Tienen pánico, tienen miedo a
un partido que trabaja para la gente, que crece y avanza a costa de una vieja
política moribunda. En estos días algunos sacan como gran primicia una factura
legal por unos servicios jurídicos legales y que además se hace en un proceso
de concurrencia pública, de nuestro compañero Pedro Fernández Arcila, un
abogado que en el 2008 no tenía ningún cargo público y que simplemente
realizaba su trabajo profesional, con un enorme éxito además. Unos informes
pensados y hechos para parar agresiones a nuestro entorno como el puerto de
Granadilla y el plan de las Tabaibas, un instrumento que necesitaba un partido
que aceptó pactar con sus antagonistas para sacar a un cacique que era el
máximo defensor de estos proyectos, uno de los caciques del PSOE.
Ahora lo que es normal en
todas las instituciones públicas, los informes jurídicos o técnicos externos,
como recurso legal para enfrentar procesos o problemas que afectan al municipio,
se quiere convertir en un hecho escandaloso, aplicando probablemente su propia
moral. Seguramente les escandalice que estos informes no se usen para llenar la
isla de piche y cemento, o para ayudar a algún gran empresario amigo. Piensan
que como ellos esto se hace para alimentar al amigo, no por el valor de un
trabajo especializado serio, transformador y honesto, que muchas organizaciones
y colectivos de la Isla también han utilizado para ganar mil batallas, un
trabajo que por ejemplo ha sido clave para parar en seco el famoso puerto
industrial granadillero o los multipelotazos de los planes generales de varios
municipios.
Los caciques que se han repartido el poder en estas peñas en
mitad del océano quieren dar lecciones de moral mientras esconden las
vergüenzas de sus gestores, esos que siguen en los despachos oficiales, que han
dejado en la ruina a sus municipios, que han repartido prebendas sin control e
incluso que han pagado proyectos que nunca se entregaron. Atacan con miedo,
usando a sus medianeros, con argumentos que darían risa si no fuesen tan
repugnantes y bajos, siempre escondidos en el anonimato.
Usan los mismos argumentos que se utilizan contra Pablo Iglesias
por realizar el mismo tipo de trabajos técnicos transformadores, los que hablan
de dónde se compran la ropa unos o qué charlas han dado, los usan los mismos
que tienen ese miedo atroz a que un cambio llegue. Son los mismos que quieren
olvidar que en 2007 Jaime González Cejas, alcalde del PSOE, llevaba 13 años
gobernando Granadilla, con múltiples imputaciones por tratos de favor a sus
familiares y presuntos pelotazos urbanísticos varios, algunos que incluso pretendían
duplicar la población municipal. Olvidan que en esa época Carmen Nieves Gaspar,
la nueva alcaldesa y miembro de CC, fue también parte activa de Asamblea por
Tenerife en su lucha contra el puerto de Granadilla, una voz disonante dentro
de ese partido. Precisamente la voluntad de sacar al corrupto de Cejas y su
gente y de parar el Puerto fueron dos elementos claves que explican este
acuerdo antinatural, que nos costó mucho, pero que al margen de otras cosas fue
un éxito en muchos aspectos, ya que paró en seco ese proyecto portuario, que no
empezó a moverse nuevamente hasta que PSOE y PP alcanzaron un acuerdo en 2011.
No entienden que se esté en política por el cambio, no por el
poder, no entienden que habiéndonos ofrecido entrar a gobernar en al menos en
al menos cuatro importantes municipios de la Isla en 2011 hayamos dicho que no.
No entienden que nuestro objetivo no es el poder, nuestro objetivo es devolver
el poder a la gente, recuperar los municipios para la mayoría y no el repartir
la tarta. No entienden que nuestros concejales y concejalas, en muchos casos
con situaciones económicas y familiares dramáticas, hayan dicho no a un sillón
del poder o que cuando llegamos a la alcaldía, como en el caso de Buenavista,
lo primero que hicieran fuera bajarse un 40% sus sueldos.
Algunos en Granadilla no perdonan a Sí se puede que les sacaran
del poder en 2007. En este mundo loco una organización caciquil y putrefacta
amenaza con facturas legales a una organización que sabe que es fundamental
para acabar con su poder. Lo cierto es que solo en sueldos políticos el
tripartito costaba a los granadilleros 89.000 euros menos que el gobierno de
PP-PSOE actual, un pacto que es el del piche y el cemento, el de un puerto que
no sirve para nada, que solo destruye el medio ambiente. Esa minoría nos tiene
miedo y tienen razones para ello.
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