domingo, 22 de mayo de 2022

La tumba oceánica de Pablo Ascanio


El cuerpo de Pablo Ascanio Armas acabó en el fondo del océano, igual que su hermano Fernando. El mar fue una de las grandes fosas de la represión franquista en Canarias, sin duda la mayor. 
Ambos hermanos nacieron en Hermigua y fueron activistas vinculados al socialismo, en un lugar donde las grandes movilizaciones por los derechos laborales de los jornaleros de la platanera acabaron con un episodio de violencia que provocó una intensa represión en 1933.
Pablo estudió en el antiguo Instituto de Canarias, su familia hizo el esfuerzo de apoyar sus estudios. Su nombre aparece entre los que aportan dinero al homenaje al profesor y director de ese centro de estudios, Cabrera Pinto, que posteriormente le dio el nombre al instituto lagunero (1).
La prensa del momento y los testimonios del momento no recogen un papel especialmente activo de Pablo en la agitada vida política de la República. Su hermano Fernando sí. Es uno de los acusados por los llamados Sucesos de Hermigua, siendo especialmente señalado en el juicio. 

Pablo aparece en 1935 en una importante Asamblea de Agricultores plataneros, del Sindicato Agrícola del Norte de La Gomera, donde propusieron unir sus intereses al Sindicato Norte de Tenerife. Pablo Ascanio y Ramón Negrín, fueron dos de los productores que apoyaron la propuesta de la presidencia para "unidos todos defender nuestra riqueza agrícola" (2).
Tras el golpe de Estado de julio de 1936 Pablo es detenido, igual que su hermano y varios de sus primos originarios de la vecina Vallehermoso, como Blanca Ascanio o Juan Pedro Ascanio. José Antonio Rial, en su novela autobiográfica "La Prisión de Fyffes" habla de los dos hermanos de Hermigua, trasladados como tantos miles de republicanos a los barracones de la empresa platanera en Santa Cruz de Tenerife. Los presenta de esta manera, diciendo en palabras de Fernando: "estábamos sentenciados por los caciques de la Isla desde la muerte de los guardias civiles, y ahora nos tienen en sus manos. Son odios de pueblos y de familia. A mi padre también lo mataron" (3).

El libro asegura que Pablo estaba en esos días casi inmovilizado debido a una enfermedad reumática, que le generaba grandes dolores que apenas le permitían levantarse del camastro donde se encontraba postrado. Rial relata como llegó finalmente la ronda de la muerte a llevarse a Pablo. Narra como los hermanos se abrazaron y a nuestro protagonista, junto con otros ocho compañeros de pena, "despeinados, macilentos, casi cadáveres..." y es cargado en un jergón "al alzarlo, el enfermo de dolores reumáticos dio un pequeño grito" (4).
Después de ese momento es difícil saber lo ocurrido. Según la mayoría de las fuentes fue lanzado al mar, junto con los otros ocho hombres. Su hermano le acompañaría pocas semanas después (5). Diversos testigos dieron posibles fechas de esta muerte, indicando que los hermanos Ascanio “fueron botados al mar en enero de 1937” (6). Poco después llegarían más asesinatos aprovechando la misma fosa marina, como el del también socialista, poeta y exconcejal. Domingo López Torres (7). 
El océano, fosa de tantos hombres dignos en esos años oscuros, esconderá posiblemente para siempre a los hermanos Ascanio, pero no borrará su memoria. 

Fuentes consultadas:
1. El Progreso. 18 de junio de 1925. P.1
2. Gaceta de Tenerife. 17 de marzo 1935. P.3.
3. Rial, José Antonio. La prisión de Fyffes". Tenerife. 2003. P.42
4. Ídem. P. 55-56 
5. https://fpabloiglesias.es/entrada-db/1952_ascanio-armas-fernando/
6. Cabrera Acosta, M. Á. (Ed.). (2000). La Guerra Civil en Canarias. San Cristóbal de La Laguna: Francisco Lemus Editor. Pp 123-124
7. Al mar dentro de un saco. https://www.eldia.es/dominical/2020/09/20/mar-saco-22339353.html

lunes, 16 de mayo de 2022

La Laguna y la lucha por una correcta gestión de los residuos en Tenerife


Entre 6 y el 12 de mayo de 1982 el alcalde Pedro González y catorce concejales del Consistorio, de los grupos políticos del PSOE, Unión del Pueblo Canario, PCE y Asamblea Lagunera, junto a un miembro de UCD, realizaron un encierro y una huelga de hambre en las dependencias del Ayuntamiento durante seis días, en protesta contra el emplazamiento del vertedero de Montaña del Aire en nuestro municipio. La semana pasada se cumplieron cuarenta años de ese importante acontecimiento, uno de los más recordados de los primeros años de la etapa democrática en nuestro municipio.

La isla de Tenerife vivía en ese momento una situación muy complicada. El 1 de mayo de 1982 se debía aplicar el cierre del vertedero del Lazareto de Santa Cruz, que tras muchos años de uso había alcanzado más de 40 metros de altura, corriendo serio riesgo de colapso. En ese lugar dejaron durante años sus residuos diarios casi la mitad de los municipios tinerfeños, el resto usaban alguno de los 219 vertederos clandestinos de cierta importancia que había en la Isla, que se mantenían "en permanente combustión" (1).

Desde el verano de 1981 se empezó a intensificar la polémica sobre el riesgo que suponía el nuevo vertedero previsto, no sólo en el medio ambiente o el agua, también por su efecto para el tráfico aéreo por la "concentración de aves atraídas por los vertidos" (2).

El PCE fue de los primeros grupos políticos en preguntar por la situación del futuro vertedero insular. A finales de 1981 el grupo parlamentario comunista en el Congreso trasladó una pregunta sobre la peligrosidad del proyecto, celebrando su secretario insular, Nicolás Pérez, que sus criterios fueran compartidos por la Junta de Canarias, calificando el vertedero como "insalubre y peligroso". Además recordó que el PSOE había cambiando de opinión sobre esta polémica infraestructura, aludiendo a unas declaraciones del dirigente socialista, Antonio Martinón, donde se cuestionaba la misma (3).

En marzo de 1982 la Coordinadora de Alcaldes de Tenerife se reunió en La Laguna, apoyando por mayoría que Montaña del Aire fuera la "solución provisional al anunciado cierre del Lazareto" en el que quince municipios vertían en ese momento 800 toneladas de basura y que debía cerrarse el primero de mayo de ese año (4).

Los concejales de UPC y PCE en el Ayuntamiento de Santa Cruz también manifestaron su rechazo a este proyecto, señalando que el Gobernador Civil actuaba como "militante disciplinario de su partido, la UCD, con el triste objeto de salvar la imagen de sus compañeros de partido, Hermoso y Galván Bello, alcalde de la capital y presidente del Cabildo" (5). Recordemos que ambos políticos habían pasado de ser mandos del anterior régimen a políticos de la UCD y posteriormente fundadores de ATI y su continuidad, Coalición Canaria.

El 3 de mayo el Gobernador Civil, Jesús Javier Rebollo, aplica, al amparo de la Ley General de Sanidad de ese momento, la apertura oficial de Montaña del Aire como principal vertedero insular. El 6 de mayo el Ayuntamiento, con un gobierno de izquierdas formado por PSOE, UPC, PCE y Asamblea Lagunera, optan por pedir el cierre del mismo por carecer de licencia municipal. Además se acuerda clausurar de inmediato el depósito de agua de la zona por el riesgo de contaminación por filtraciones procedentes de los restos de basura. Tras dos intentos infructuosos de cerrar la instalación, la Corporación toma el acuerdo de iniciar un encierro en el Ayuntamiento acompañado de una huelga de hambre, con la intención clara de forzar a negociar al Gobernador Civil (6).

El alcalde Pedro González declaró a las 24 horas del inicio de la acción de protesta "mi pueblo ha sido burlado, avasallado y pisoteado por el Gobierno y por la UCD" y en nombre de los otros catorce concejales en huelga manifestó su "deber moral" de ejercer esta forma de protesta (7).

El 11 de mayo continuaron las protestas y también numerosas acciones vecinales de apoyo. El equipo médico que seguía las constantes vitales de los huelguistas manifestó su preocupación por el estado de Pedro González, con 54 años en aquel momento, y de otros dos concejales. Ese mismo día el movimiento ciudadano convoca para el jueves 13 de mayo una huelga general en la Isla, en la que además del cierre de Montaña del Aire se pide el cese del Gobernador Civil (8).

El 12 de mayo el Pleno de Cabildo vive una de las sesiones más complejas de su historia. Los vecinos y vecinas habían acudido "en masa" para abordar la necesidad de un Pacto Insular sobre los vertidos. A priori no era una decisión fácil de tomar, pero tras varias horas de trabajo se logró un acuerdo entre UCD, PSOE, PCE, CD y UPC que permitió que ese mismo día se levantara la huelga (9).

Las acciones institucionales no pararon desde ese momento. Los Silos ofreció suelo para ubicar un vertedero legal, igual que Santa Cruz de Tenerife (10). El Cabildo apostó poco después por la costa de Güímar como vertedero provisional (11).

Durante varios meses más continuarían las acciones de los afectados por el vertedero (12)(13), también tras el cambio de Gobierno estatal producido en las elecciones generales de 1982. Todo este intenso proceso de protesta y lucha sin duda ayudó a abrir un necesario debate insular sobre el futuro de los residuos y hacer un mejor uso de los mismos, una gestión sostenible que nunca acaba de llegar del todo.

La Laguna, a cuarenta años de la lucha del vertedero de Montaña del Aire, merece recordar esta acción civil y política, que acabó con la clausura de este vertedero. Por ello vamos a dar traslado de una propuesta que sirva para este necesario fin, como una lucha que dio origen a un debate necesario y a una reflexión sobre el modelo de Isla, que todavía no está concluido.

 

Fuentes:

1.      Dinámica: revista de la ingeniería canaria. 1 de enero de 1990 – p. 26

2.      El Eco de Canarias: diario de la mañana. 16 de julio de 1981. P12

3.      Tierra Canaria. 1 de diciembre de 1981. P.6

4.      El Eco de Canarias: diario de la mañana. 31 de marzo de 1982. P.11

5.      El Eco de Canarias: diario de la mañana. 5 de mayo de 1982. P.12

6.      El Eco de Canarias: diario de la mañana. 7 de mayo de 1982. P.11

7.      El Eco de Canarias: diario de la mañana. 8 de mayo de 1982. P. 11

8.      El Eco de Canarias: diario de la mañana. 9 de mayo de 1982. P. 14

9.      El Eco de Canarias: diario de la mañana. 12 de mayo de 1982. P.12

10.  El Eco de Canarias: diario de la mañana. 13 de mayo de 1982. P.14

11.  El Eco de Canarias: diario de la mañana. 30 de mayo de 1982. P.12

12.  El Eco de Canarias: diario de la mañana. 26 de junio de 1982. P. 12

13.  El Eco de Canarias: diario de la mañana. 13 de enero de 1983. P.11

 


domingo, 1 de mayo de 2022

Policarpo Niebla el pintor ante el penal franquista


El primero de mayo de 1936 Policarpo Niebla era uno más de los miles de republicanos que llenaban las calles de la Isla de Tenerife de banderas y consignas en las que celebraban los avances de la clase obrera. Tres años después se encontraba saliendo de la oscura prisión de Fyffes rumbo al Marruecos ocupado por España. Era un prisionero más, condenado a trabajos forzados, a mala comida y maltrato, en el Batallón de Trabajadores N°180. 

Niebla, además de ser uno más entre los miles de represaliados, fue uno de los grandes artistas canarios del siglo XX. Fue poeta, caricaturista y pintor, definido por sus contemporáneos como un bohemio. Allí en esa dura existencia, trabó amistad con otros intelectuales, pintores y poetas de su generación, como el surrealista Antonio Torres, con el que años después compartió exposiciones.

Su sensibilidad también le acercó a la poesía. En 1939, entre los muros grises de Fyffes, había relatado el miedo de esos que se despedían de sus compañeros al amanecer, de los que no sabían si iban a otra prisión o al fondo del océano.

Dijeron ¡hasta luego!...

y en el silencio hondo

sus pasos se sintieron...

las estrellas lloraron

todas blancas de miedo...

-¡Hasta luego!¡Hasta luego!...

y unos ojos miraron

impotentes al cielo...

y una mano crispada

se retuerce en el hierro...

P. Niebla 1939

Caricatura realizada en Xauen a su amigo, el anarquista Antonio García

No contaba con una filiación política conocida, pero su entorno sí lo tenía y además era un intelectual, lo que lo hacía sospechoso para el nuevo régimen nacido en el golpe franquista, para el que escritores y artistas modernos eran individuos peligrosos. Quizás por eso, sólo por eso, sufrió la depuración como funcionario del Ayuntamiento chicharrero y una larga pena de prisión. 

Entre 1936 y 1939 en Fyffes, después deportado al Protectorado español en del Norte de Marruecos, junto a más de 300 jóvenes canarios más. Sus dibujos y poemas retrataron ese tiempo oscuro que vivió o sirvieron como pequeño regalo a sus amistades de condena, una alegría en forma de caricatura. En la posguerra Policarpo vive años grises, a pesar de ello logra ir abriendo un hueco a su arte, que acompaña medios . Su pintura y sus caricaturas alcanzan renombre, junto con otros artistas. Muchos de sus antiguos compañeros de prisión forman parte de esos encuentros artísticos. 

En 1952 acompaña a otro represaliado, Luis Álvarez Cruz, en los diseños para el semanario Aguere, aunque el medio solo tendrá once meses de vida. Esta publicación, dedicada principalmente a la actualidad local del municipio, logra sumar también a varios intelectuales represaliados. No será el único ejemplo de cierta y discreta resistencia cultural en sociedades o entidades, muchas ligadas al mundo del arte y la cultura.

En Canarias, en la posguerra, triunfa el más absoluto puritanismo cultural. Algunos representantes del movimiento moderno en Canarias habían sido asesinados, como Domingo López Torres, redactor de Gaceta de Arte; otros se exiliaron o sufrieron persecución y encarcelamiento como Pedro García Cabrera, Juan Doreste, Felo Monzón, Antonio Tomás y el propio Policarpo Niebla, entre otros. Los supervivientes de este movimiento tenían su tertulia en el Café El Águila en Santa Cruz de Tenerife. 

Policarpo Niebla, a la derecha, con otros pintores canarios

Precisamente Emeterio Gutiérrez Albelo, intelectual isleño miembro de la extinta Gaceta del Arte, describe de esta manera una de sus tempranas exposiciones, celebrada en 1955: "podríamos clasificar estos dibujos de Niebla: en el figurativo, en una como especie de neo-realismo que nada tiene que ver con lo que se ha llamado la nueva objetividad, o realismo mágico, de Franz Roch ; y en el, vamos a denominarlo así idealista—que no, sobrerealista, aunque a veces parece escuchar sus profundas llamadas—. Al primer grupo pertenecen esos motivos vernáculos, escenas del campo y de la mar, en donde el autor construye el poema, a veces sombrío, del trabajo, y al segundo esas, casi siempre gráciles, realizaciones, en donde la pura invención a ratos, en giros que lindan con lo abstracto levantan en vilo este ideal andamiaje".

Juan Manuel Bonet lo define como un pintor y caricaturista canario, "fundador junto a Juan Ismael, Carlos Chevilly y otros artistas del grupo PIC, Pintores Independientes Canarios, que contribuyeron a transformar el clima cultural canario durante la posguerra".

En la década de los cincuenta y los sesenta se prodiga en muestras y exposiciones, muchas veces en la compañía de otros pintores y caricaturistas, caso de la que organiza en el seno de la Agrupación Vanguardista Hispana de Caricaturistas en 1957 en los salones del Museo Canario. Forma parte de la I Exposición Nacional de Caricaturas Personales en Las Palmas de Gran Canaria. Suyos serán compañeros como Harry Beuster, Ángel Chavarri, Carlos Flores, Juan Galarza, Luis Lasa, Luis López Motos, Luis Marquerie, José María Martín, Paco Martínez, Nicolás Martínez Lage, Eduardo Millares Sall, Manuel Padrón, Noble y Jaime Sánchez Romeralo serán habituales.

Revista Canarias Venezuela julio 1962

En noviembre de 1969, poco antes de morir, el Diario de Las Palmas todavía plasmaba como el pintor preparaba sus próximas exposiciones en los salones del CIM de la calle tinerfeña de Pérez de Rosas y la realización de un mural que "ha despertado notable admiración en los medios artísticos tinerfeños".
Niebla murió en noviembre de 1970, no pudo ver volver la libertad, aunque nos legó su arte fresco y lleno de identidad. Morir cinco años antes que el dictador posiblemente no le ayudó a preservar un recuerdo más extenso de su vida y obra. Quizás por eso hoy es un artista olvidado y represaliado, uno de tantos. Una "autocaricatura" literaria firmada por Pepito el de Tafira lo retrata bien, esquivando la censura: "pese a vivir mediatizado por las circunstancias históricas, supo hacerlo frente a una realidad cargada de limitaciones envolviendo su compromiso en el siempre complicado "pequeño arte" de la caricatura".

Revista El Conduto. 28 noviembre 1970



Selección de algunas de sus obras