miércoles, 13 de julio de 2011

En recuerdo de mi abuela Sara


En su último libro mi abuela decía que “se envejece realmente cuando no se quiere aprender...y yo quiero envejecer aprendiendo siempre”. Casi hasta hoy este principio acompañó a Sara Cabrera García durante sus 85 años de existencia. Hoy por la mañana esta gomerita luchadora no ha podido más en su combate contra el cáncer, que libraba desde hace un puñado de años.
Hace un tiempo recordaba en mi blog la figura de mi abuela como una mujer realmente adelantada a su tiempo, que pudo estudiar gracias al empeño de su familia y que además devoró la vida en todos sus aspectos. Sara ejerció de hija, estudiante, compañera, madre, empresaria, viajera, artesana, abuela, pintora, escritora...siempre rodeada de gente, casi sin tiempo para aprender y conocer todo lo que le hubiese gustado.
Hace apenas dos semanas pude hablar con ella, aunque castigada por el avance de la enfermedad seguía aferrada a la vida, preocupada por sacarse las fotos con sus bisnietos y por lo mucho que le quedaba por hacer.
Hoy se nos ha ido Sara, dejándonos muchos hermosos cuadros, manos artesanas que continuarán su labor, numerosos relatos con sus memorias, artículos y un libro sobre la alfarería tradicional de La Gomera, pero sobretodo nos deja una enorme sensación de respeto por su coherencia, tranquilidad y energía.
Siguiendo sus propios deseos su cuerpo servirá para conocer un poco más la enfermedad de Hodgkin, que se la llevó, y para que los futuros médicos puedan aprender mejor su oficio.
La echaremos de menos, no sólo sus hijos, hermanas, nietos y bisnietos, seguro que todo el que la conoció, aunque sólo fuera un poco, lo hará. Mi abuela vivió una vida plena, sobreviviendo a momentos duros de guerra, represión, enfermedad y emigración, su lucha la llevó a apurar sus últimos momentos de vida, batallando hasta el final.