Una
imagen compartida por su nieto nos deja patente la abrumadora demostración de
afecto y cariño que despertó su fallecimiento, el 27 de febrero de 1947. Allí,
casi encabezando el cortejo fúnebre, estaba la primera concejala del
Ayuntamiento santacrucero, miembro del PCE, Isabel González. Había pasado los
últimos diez años escondida de las autoridades franquistas y era la primera
ocasión que abandonaba esta vida de encierro involuntario. Según el investigador José Manuel Rodríguez, “El
acto coincidía con el auge de una importante actividad comunista clandestina en
los barrios de la capital y se convirtió en una verdadera demostración política
de ex presos y militantes de izquierda” (1).
Evidentemente
el luto y el dolor por este reconocido ciudadano no fue impedimento para que la
policía franquista, por orden de la Dirección General de Seguridad, realizara
un informe de los asistentes. No en vano se trataba de un “individuo peligroso”
para el régimen y entendían que sus amistades también lo serían. Otro de los
identificados en esa jornada Germinal Bello, antiguo miembro del Partido
Republicano Tinerfeño (2).
En ese mismo año, apenas un mes después, se desarrollarán las acciones
más importantes del periodo para la desarticulación y detención de algunas
incipientes células de resistencia antifranquista. El informe de la Brigada Político Social
detalla que “...en el mes de marzo de 1947 fue descubierta en esta Plaza la
existencia de una Organización Clandestina, que siguiendo la inspiración de
Grupos Políticos en el exilio se encimaba (sic) a unificar elementos
descontentos con el actual Régimen, reorganizándolos en Partidos Políticos de
tendencia marxista, utilizando como medio la publicación de folletos en los que
se hacía propaganda antiestatal, insertando artículos y noticias tendenciosos;
el reparto de periódicos subversivos, pasquines y octavillas, consiguiendo
adeptos y recabando fondos para la organización mediante cotización entre los
afiliados y rifas de objetos” (3).
Una
de las primeras referencias periodísticas que he podido encontrar se refiere a
la solicitud que realiza para convertirse en uno de los “aspirantes al concurso
abierto para proveer 3 plazas de vigilantes al servicio de la Administración de
Arbitrios de esta Capital” (4).
Las
primeras huellas de su activismo social aparecen también en esos años, se convierte
en secretario contador de la nueva sociedad de recreo llamada “La Unión”,
ubicada en la capital y presidida por Agustín Morales Santiago (5).
Bartolomé
es además un claro impulsor y defensor del fútbol en la Isla. Su papel es
visible en la constitución en 1925 de la “Asociación Insular de Foot-Ball”, que
agrupaba a todos los equipos de la capital y al Real Hespérides lagunero, donde
es elegido miembro del comité directivo (6) , ya que desde esa misma época
mantiene una intensa labor en el equipo Iberia, club del que será vicesecretario
en 1927 (7).
Ya
en ese momento forma parte activa del sindicalismo, siendo representante del Sindicato
de Panaderos de la UGT, sector al que representó en el XVI congreso de esta
entidad (11), viviendo, como veremos posteriormente, una evolución paulatina de
sus postulados políticos en el ámbito de la Federación Obrera y de la CNT.
En
1929 es elegido como representante de los obreros propietarios en el ámbito de
las “artes blancas”, en la elección de los comités paritarios de la Provincia
(12), organismos de representación de obreros y patronos creados durante los
años de la dictadura de Primo de Rivera, en los que los sindicalistas cercanos
al socialismo participaban (13). Su labor en este espacio se mantiene durante
los siguientes años, ocupando el puesto de vocal y además interviniendo en
procedimientos como los “autos sobre ejecución de la sentencia dictada por el
Comité de Transportes de la Comisión Mixta Provincial del Trabajo de esta
capital, dictada en la reclamación interpuesta por don Carlos Alonso Magdaleno
y 54 más, representados los dichos autos por don Bartolomé Hernández Acosta,
contra la Asociación Mixta de Patronos, empleados y obreros” (14).
De esa misma época data su relación con el asociacionismo vecinal, concretamente con "Luz y Vida" del barrio de El Toscal. El periodista Francisco Pimentel, en una de sus crónicas retrata ese ambiente social y vecinal, como “un fluir ruidoso como de una acracia libérrima que venía del antiguo “Luz y Vida”, ahora Centro de Fomento urbano del barrio y de plasmación social de iniciativas, con el recuerdo de su cálida atmósfera, de Bartolomé Hernández y Juan José Cova (sic), viejos luchadores obreristas, sindicalistas de pro” (15).
No
solo se vincula con estos ámbitos ya comentados, su nombre también aparece en
los estudios del profesor Manuel de Paz sobre la Logia Añaza Nº270, entre 1931
y 1936 como mínimo (16). Una participación en la masonería ya de por sí
generaría suficientes suspicacias entre las autoridades golpistas con
posterioridad al 18 de julio.
Su
acción sindical le hace acercarse a las posiciones de la Federación Obrera, entidad
en la que preside un importante mitin, casi a modo de congreso, celebrado en el
cine La Paz en junio de 1932. Allí, junto a otros destacados integrantes de
este movimiento de muchos otros municipios y algunas islas, se decide crear un
Comité de Defensa Proletario para las negociaciones con la patronal a los
numerosos conflictos laborales del momento (17).
En
el año 1934 es nombrado secretario general de la Federación Tinerfeña de Fútbol,
donde el nuevo comité firmó un documento dirigido a los clubes y medios de la
Isla para “dignificar y fomentar el deporte” (18).
Al
año siguiente también se encuentra su nombre entre los vocales de la nueva
directiva de la Masa Coral Tinerfeña (19), demostrando además ese carácter
polifacético que parece que le siguió durante toda su etapa vital. No solo eso,
también se le encuentra entre el amplio listado de promotores del famoso
Monumento a García Sanabria, exalcalde de la capital, fallecido un mes antes (20).
En los últimos años de la II República parece que Bartolomé tiene un acercamiento a la CNT, a través de la Federación Obrera, y este será uno de los elementos centrales de su detención con posterioridad al alzamiento franquista. Cabe destacar, por ejemplo, el viaje a Madrid en mayo de 1936 junto a Juan José Cova, uno de los más destacados dirigentes de la rama más sindicalista de esta organización y uno de los responsables de su órgano de comunicación, En Marcha (21). Ambos regresan en junio a la Isla, sin saber el tiempo que estaba por venir (22). Cova y Bartolomé, acompañados del destacado abogado republicano, Luis Rodríguez Figueroa, fueron designados para negociar con Tabacalera sobre la situación del sector del tabaco isleño, que en ese momento daba empleo a miles de personas (23).
Con la llegada al poder de los militares, Bartolomé, es detenido, tal y como demuestran los documentos investigados por Pedro Medina Sanabria. Se le identifica como vecino de la capital y casado con Rosalía Oliva, nacida en La Palma. El informe define las “señas personales del procesado que son las siguientes: Color de las pupilas verdosos, cabello castaño, cara alargada, cejas al pelo, boca regular, barba poblada estatura un metro seiscientos setenta milímetros, señas particulares ninguna”. Además, la ficha indica, posiblemente aleccionado por la dureza de la prisión y las indagatorias policiales, que él “nunca, ni en ningún momento ha sido enemigo” (24).
Bartolomé se encuentra
prisionero y es juzgado en la Causa 246 de 1936, enfocada en los responsables y
militantes de la CNT tinerfeña y sus intentos de resistencia al golpe fascista.
En ella se ratifican las “declaraciones de rebeldía hechas por el Instructor, la
elevación de la presente causa a plenario contra los procesados Miguel Amador
Marrero, Juan Cabello, José Antonio Méndez Cabrera, Francisco Román Romero,
Juan García Monteverde, José Indalecio Pérez, Ramón Sosa Castilla, José Clavijo
González, Bartolomé Hernández Acosta, Joaquín Pomares Castellano, José Antonio
Rial, Francisco Cedrés Cabrera, Aurelio Manuel Cedrés García, Amalia Pérez
Bonilla, Clara Juana Anta González, Vicente Rodríguez Martín, Rafael Alberto,
Alejo Díaz Fernández, José Estévez Déniz, Pablo Gonzalo González, Marcelino
Martínez Alet y Francisco Bethencourt Clavijo solo por lo que respecta a la
responsabilidad civil del mismo quedando todos aquellos en situación de prisión
preventiva” (25).
En esta causa se le acusa de haberse hecho eco del llamamiento realizado
por la CNT para impedir el Golpe, “el procesado en esta pieza separada
(Bartolomé Hernández Acosta) a la vez que individuo de gran influencia entre el
elemento obrero de la Confederación y miembro del Comité de Defensa que
funcionaba dentro de aquel; siendo de recordar que en esa reunión se acordó
lanzarse a un movimiento revolucionario que traería como consecuencia arrebatar
la Plaza al mando Militar” (26).
No solo sufrirá prisión y castigos de todo tipo, también se aplicará
contra Bartolomé Hernández y su familia un embargo de sus bienes en 1943, poco
antes de morir, tal y como testimonia la documentación conservada en el Archivo
Histórico Provincial (27).
Resulta
hasta poético pensar, que después de este sufrimiento, su muerte se convirtió
en todo un gran acto de rebeldía en un momento que, tras la caída de Hitler y
Mussolini con el fin de la II Guerra Mundial, algunos pensaban que sería
posible recuperar la senda de la democracia antes de lo pensado. Algunos vieron
esa jornada como una toma de las calles, como una demostración de pérdida de
miedo, aunque todavía quedaban demasiadas noches oscuras y mucha dictadura por
delante.
Fotos: Grupo Fotos Antiguas de Tenerife
Fuentes consultadas
1. 1. Rodríguez Acevedo, José Manuel. La aparición del
Comunismo en Tenerife: Azucena Roja. Boletín Millares Carlo. 2003. P. 172
2. 2. Hoy. 24 de enero 1936. P. 3
3. 3. Cabrera Acosta, Miguel Ángel. Algunas notas
sobre la oposición política al franquismo en las Canarias Occidentales
(1940-1960). Museo Canario. Nº48. P.159-160
4. 4. El Progreso. 29 de julio 1915. P1
5. 5. El Progreso. 20 de noviembre 1917. P. 1
6. 6. La Prensa. 5 de agosto 1925. P.3
7. 7. El Progreso. 20 de agosto 1927. P.2
8. 8. El Progreso. 20 de abril 1926. P.2
9. 9. Pacheco Báez, Laura. Azucena Roja, la gran
olvidada. La Clara Campoamor de Canarias: https://www.soldelsurtenerife.com/articulo/cultura1/azucena-roja-gran-olvidada-clara-campoamor-canarias/20210503163620058116.html
1010. El Progreso. 19 de septiembre 1927. P.2
1111. Fundación Pablo Iglesias: https://fpabloiglesias.es/entrada-db/10037_hernandez-acosta-bartolome/
1212.
La Prensa. 22 de febrero 1929. P.5
1313.
Montagut Contreras, Eduardo. Los socialistas y
los Comités Paritarios en el final de Primo de Rivera: http://www.andalan.es/?p=16246
1 14. Gaceta de Tenerife. 16 de abril 1932. P.6
15. 15.
D 16. de Paz Sánchez, Manuel. La francmasonería canaria del siglo XX (1895-1936). Santa Cruz de Tenerife. 2008
16. 17. La
Prensa. 28 de junio 1932. P.4
17. 18. La Prensa. 12 de septiembre 1934. P.6
18.
19. La
Prensa. 26 de mayo 1935. P.3
19.
20. Gaceta de
Tenerife. 26 de junio 1935. P.8
20.
21. La
Prensa. 15 de mayo 1936. P.3
21.
22. La
Prensa. 4 de junio 1936. P.3
22. 23. El Día 8 de mayo 2010 p77
23. 24. Medina Sanabria, Pedro. Indagatoria de Bartolomé
Hernández Acosta: https://pedromedinasanabria.wordpress.com/2015/07/13/indagatoria-de-bartolome-hernandez-acosta/
24.
25. Medina
Sanabria, Pedro. Auditor Mariano García Cambra en quinta pieza: https://pedromedinasanabria.wordpress.com/2011/05/30/auditor-mariano-garcia-cambra-en-quinta-pieza/
25. 26. Medina Sanabria, Pedro. Gracias a la inspiración
de nuestro imperecedero Franco: https://pedromedinasanabria.wordpress.com/2011/05/31/gracias-a-la-inspiracion-de-nuestro-imperecedero-franco/
26. 27. Archivo Histórico Provincial de Santa Cruz de
Tenerife. Número de expediente: 489/1943