El
19 de enero de 1932 un joven Bernardino Afonso García, con apenas 24 años, entra en prisión. Su único delito había sido
redactar un artículo en el que criticaba el papel de las fuerzas armadas por
su represión contra el movimiento obrero en el órgano de expresión
de la Federación Obrera de Santa Cruz de Tenerife, el semanario En
Marcha (1).
Permaneció seis meses en prisión, no fue su última vez, ni se podía imaginar
lo que sucedería apenas cuatro años después. En ese momento, donde
la Dictadura de Primo de Rivera acababa de morir y la II República
empezaba su andadura. Bernandino fue un activo militante de la CNT,
uno de los espacios políticos y sindicales más potentes de aquel momento en Tenerife.
Bernandino
nace en Valle Tabares, La Laguna, el 8 de diciembre de 1906 (2), en
una familia humilde con doce hermanos más, varios de ellos también
destacados activistas sindicales y políticos en la década de los
treinta, como su hermano Francisco Afonso García, que acabó sus
días tras los muros grises de las prisiones nazis después de luchar
en Guerra española y también apoyando a Francia en la Segunda
Guerra Mundial (3).
El
joven lagunero conoció en su propio cuerpo la realidad de una
sociedad en crisis, con unas importantes desigualdades, altos índices
de desempleo y un caciquismo atroz, que controlaba casi todo. Es una
sociedad que pasa en poco tiempo de una democracia escasamente
desarrollada con una monarquía corrupta moribunda, a una dictadura
militarizada y a una república. Son años de guerra colonial, donde
el ejército reclutaba a los más humildes para luchar contra los
Rifeños en los territorios norteafricanos ocupados por España.
Bernardino es uno de los que deberá pasar por esa experiencia,
aunque lo hará a los pocos meses del final de la contienda, con los
ecos de terribles batallas y enormes matanzas todavía frescos. La
prensa del 13 de marzo de 1928 lo nombra entre los jóvenes que
partirán a Marruecos con el grupo de Artillería de Montaña de La
Laguna (4). Igual que la Guerra de África tuvo consecuencias entre
los altos mandos militares que posteriormente protagonizarían el
Golpe, también lo tuvo entre los jóvenes de las clases populares de
todo el Estado movilizados para una guerra, de la que una vez más,
los señoritos se libraban.
Ya
hablamos de su primera experiencia en prisión, tras varios artículos
publicados por el semanario obrerista y libertario En Marcha. Se
trata de la causa 45/1931, en la que actuará como abogado defensor un destacado republicano, Luis
Rodríguez de la Sierra Figueroa (5), miembro de una de las familias que con mayor dureza sufrió la represión franquista.
El proceso se
desarrolla como un Consejo de Guerra, que tiene lugar en la sala de
actos del cuartel de San Carlos de Santa Cruz de Tenerife, por el
delito de insulto a fuerza armada y sedición por dos artículos,
titulados “La guerra y la madre del soldado” y otro llamado
“Arona”(6).
Rodríguez
Figueroa en la defensa asegura que aunque Afonso se reconoce autor de
ese último “no estoy conforme en que sea constitutivo de ninguno
de los delitos a que se refieren los artículos 249 y 258 el Código
de Justicia Militar, pues ni en el primer articulo ni en el segundo
contiende injuria alguna contra el Instituto de la Guardia Civil”,
rechazando igualmente que sea culpable de pena alguna (7).
A
pesar de los esfuerzos de su abogado, Afonso es condenados
a un año de prisión, igual que otros miembros de En Marcha por
circunstancias similares, ingresando en la misma el 19 de enero de
1932 (8), permaneciendo seis meses en la cárcel.
Durante
esos días, junto con los otros militantes de izquierda detenidos por
sus artículos, son el centro de campañas de apoyo promovidas desde
las organizaciones sindicales y políticas afines. En el medio
Espartaco Juan Pedro Ascanio, Bernardino Afonso, Imeldo Guerra, S.
Infante, Francisco Román, Juan José Coba, Antonio Vidal Arabí y
Nicolás Padrón Brito escriben un manifiesto denunciando la injusticia
que sufren, en el que dicen “nosotros, los presos sociales que nos
hallamos en esta Cárcel Provincial, cumpliendo la condena impuesta
por los Tribunales Militares, por el delito de ofensa a la “Fuerza
Armada”, habiéndosenos aplicado el Artículo 268 del Código de
Justicia Militar...”, añadiendo que permanecen en prisión a pesar
de la opinión de la Fiscalía de la República, que consideraba que
los procesos debían pasar a la “jurisdicción ordinaria” (9),
idea que posteriormente se impone.
En
septiembre de 1932 el "Diario Oficial de Guerra", publica
una disposición, concediendo la libertad condicional a varios
penados de la Prisión Provincial, entre los que está Bernardino
Afonso, que vuelve a la calle definitivamente en la tarde del 24 de
septiembre (10). En la salida le acompañan Miguel Luque, Francisco
Román, Francisco S. Infante, Juan José Coba y Nicolás Padrón
(11). Según la tradición familiar, su sobrina recibió el nombre de
Libertad Afonso para conmemorar la dura vivencia de Bernandino,
aunque tras el golpe fascista tuvo que cambiar su nombre por el de
Beatriz (12).
La
Gaceta de Tenerife publica los efectos de la Ley de Amnistía, que se
les aplica a finales de ese mismo mes de septiembre, ya que “por la
Auditoría se ha hecho aplicación de los beneficios de la Ley de
Amnistía de 11 del corriente mes, promulgada con fecha 21, a los
siguientes sentenciados por la Jurisdicción; Don Bernardino Afonso
García, don Pedro Málaga Peral, don Juan Marrero Morales, don José
Enrique Gutiérrez, don Juan José Coba Cabrera, don Miguel Luque
Espino y don Antonio Vidal Arabi” (13).
Tras
su puesta en libertad, Bernardino, junto con la mayoría de
detenidos, se reincorpora activamente a sus tareas militantes en el
efervescente ambiente político y social que se vive en Tenerife en
los primeros años de la República.
Apenas
cinco meses después de salir de prisión ya participa con intensidad
y de forma destacada en actividades como el mitin pro presos
organizado en el local del Parque Recreativo capitalino por la
Confederación Regional del Trabajo. En ese acto tomarán parte “un
delegado de la Federación de La Laguna, los obreros Bernardino
Afonso y Francisco S. Infante, el abogado José Trujillo y Manuel
Pérez, secretario del Comité Regional de Canarias”. Además en el
evento se aborda también la situación de “los procesos de
Buenavista y La Laguna , así como sobre el curso de los conflicto
desarrollados últimamente” (14).
El diario Hoy narra su valiente intervención en el mitin cenetista, “en
primer término, hizo uso de la palabra Bernardino Afonso, del ramo
de la construcción, que combatió duramente la actuación de las
autoridades con motivo de los últimos conflictos sociales, teniendo
frases de aliento para la causa de la Confederación. Aludió a la
situación de los presos por delitos sociales, a los que dijo por
todos los medios debemos defender” (15).
Fue uno de los participantes y promotores de la semana de Huelga General de enero de 1933, una de las más destacadas del periodo republicano. En La Prensa recogen unas declaraciones suyas en un mitin obrero celebrado en el Cine La Paz, en las que se manifestó "a
favor de la continuación de la huelga.
Aunque nos manden a Villa Cisneros—
dijo-—que allí edificaremos una ciudad,
demostrando que no somos gandules,
sino hombres trabajadores" (16).
También
forma parte activa del Congreso Regional Obrero que se desarrolla en
abril del agitado 1933, en el que Tenerife vive algunas de las
mayores movilizaciones obreras y sociales del momento. Lo celebran en
el Teatro Guimerá, estando en la mesa presidencial junto a Manuel
Pérez Fernández, Juan José Coba, Francisco Marrero, Ricardo Sanz y
Manuel González. Afonso, dirigiéndose al plenario en nombre del
Comité pro Presos que “refirió la actuación de dicho Comité en
la misión que le fue encomendada y defendió la causa por que
algunos compañeros permanecen encerrados en cárceles, donde —
añadió — nada bueno se aprende” (17).
No
solo mantiene una activa labor sindical, vinculado al movimiento
anarquista, también colabora con el cada vez más fuerte Sindicato
de Inquilinos, que en ese momento manifestaba tener más de 2.500
asociados en la Isla. Participa junto con otros destacados líderes
sociales de Tenerife en el mitin organizado en el antiguo cine San
Sebastián, evento en el que participa como representante de la
Federación Obrera, reseñando varios desahucios vividos en La
Laguna, según la crónica periodística “citó la manera trágica
de vivir en las ciudadelas, manifestando que los trabajadores tienen
derecho a vivir en un hogar decente y sin lujos, pero no en pocilgas.
Pidió que si no se concedían las tiendas de campaña que el
Sindicato tiene solicitadas, que se les den los edificios públicos
que permanecen cerrados y que son del pueblo” (18).
También
representa a la Federación Obrera de Santa Cruz en el mitin del
Sindicato de Obreros del Tabaco, acompañando a su representante
principal en la toma de la palabra, Domingo García, militante
comunista y futuro concejal lagunero en el último gobierno
republicano, asesinado meses después del golpe militar, según los
medios de comunicación del momento “ambos se extendieron en
amplias consideraciones sobre la cuestión que ha motivado la
Asamblea, resaltando el sinnúmero de familias canarias que quedarían
en la miseria en plazo breve si rápidamente no se resuelve por el
Gobierno de la nación el aumento de pedidos de tabacos a los
Sindicatos de industriales de las islas” (19).
Afonso
también forma parte de los importantes mítines que se celebran en
la capital tinerfeña con motivo del 1º de mayo de 1934, organizado
por los Comités Local y Regional de la C. N. T., y en el que hablará
ante el numeroso público asistente, junto a Gabriel de la Fuente y
Manuel Pérez (20).
El
13 de mayo de 1934 la prensa publica uno de los pocos datos de su
vida privada que trascienden, el matrimonio civil de Bernardino
Afonso, de 27 años de edad, con Nieves Márquez Acosta, de Santa
Cruz de Tenerife, 29 años y viuda (21), con la que tendrá dos hijos, Nieves y José Bernardino Afonso Márquez.
La
huelga de los obreros del Dique del Este de Santa Cruz de Tenerife
también contó con el apoyo de Bernardino, que en junio de 1935
manifiesta su respaldo a la misma, relatando a los asistentes a la
asamblea celebrada en el local del Sindicato de la Construcción, en
la chicharrera calle San Francisco Nº61, donde tras abordar los
motivos de la huelga y el apoyo del sindicato a la misma “interesó
la opinión de la mayoría de los asistentes. Estos acordaron no
entrar al trabajo en tanto no se busque una solución satisfactoria
al problema” (22). Precisamente a raíz de esa huelga de la construcción sufrirá nuevamente una detención en la calle San Francisco, al "haber sido sorprendido cuando llevaba algunas hojas clandestinas relacionadas con el movimiento huelguístico" (23).
También fue uno de los responsables en abordar la crisis del sector tabaquero, como en el mitin de la Comisión Regional de Defensa del Tabaco Canario celebrado el 26 de mayo de 1935 en el Guimerá, donde comparte escenario con Eduardo SanJuan, Imeldo Guerra de La Palma, David Suárez de Las Palmas y destacado cenetista, Manuel Pérez (24).
Bernardino, a pesar de sus claros ideales anarcosindicalistas, es del sector de la CNT que de forma más clara respaldará la participación y el respaldo a la campaña del Frente Popular en febrero de 1936. Tras la victoria de la izquierda llega a participar de las celebraciones en nombre de la Confederación, como da testimonio este artículo sobre la manifestación, de celebración que recorrió las calles de la capital "que era muy numerosa, al Ayuntamiento, desde cuyos balcones hicieron uso
de la palabra los señores Rodríguez Figueroa, Schwartz, Díaz Castro, Sosa
Acevedo, y por la Confederación del
Trabajo, Bernardino Afonso" (25). En esos primeros meses la CNT también hace un esfuerzo en la ampliación de su implantación, celebrando mítines en abril en Tacoronte, y para la zona de Tejina y Valle de Guerra, donde estará acompañado de otros destacados militantes como Isabel Hernández y Eduardo SanJuan (26).
Mitin del Sindicato de Inquilinos en 1936, donde participa Bernardino Afonso
El
último testimonio periodístico que habla de Bernardino es el propio
medio de expresión del Sindicato de Inquilinos, La Voz del
Inquilino, que en su número primer número y único, publicado en
julio de 1936, recoge las palabras de nuestro protagonista principal
en el gran mitin que llenó la Plaza de Toros de la capital. Este
artículo sale a la luz justo una semana antes del golpe Franquista y
seguramente lo situó aún más entre los individuos a los que
perseguir por el nuevo orden. Narra que en su discurso ante el
público lee, “unos datos que demuestran con cifras claras y
concretas que no es un tópica el calificar a una mayoría de
propietarios como descarados explotadores. Hace alusión a la
carencia de humanidad de dichos propietarios, aportando documentos
demostrativos, que levantan aplausos de aprobación. Se extiende
analizando las consecuencias de tal conducta, y los acusa de
atentadores contra la salud pública. Mermando, sin razón ni
conciencia, el ingreso, ya corto, de un jornal de trabajador, son los
propagadores eternos de la inmoralidad y fomentadores de la
tuberculosis "porque el niño que vive en habitación insalubre,
que no puede respirar aires puros en aquellas —ellos llaman casas—
cuevas, sin ventilación y aprovechada hasta la más mínima parte
para hacinar carne humana; sin consideración a clase o sexo, ese
niño, mal alimentado, más pronto haya a la tuberculosis que a
disfrutar una mediana salud. Es preciso, es necesario, es forzoso,
que tal estado de cosas acaben para siempre y para eso, acabar con
esa explotación e inmoralidad, es para lo que nosotros estamos aquí,
y las acabaremos pese a quien pese y sea como sea". Según el
mismo medio, la ovación que sigue a las encendidas palabras de
Afonso “es imponente” (27).
El
18 de julio de 1936 cae como una losa de silencio y violencia sobre
las vidas, los sueños y las esperanzas de miles de militantes,
activistas, artistas, sindicalistas o simplemente personas que
creyeron que los avances alcanzados ya no se podían perder. En casa
de la familia Afonso la realidad fue dramática. Bernardino es
detenido y comparece ante el temible Delegado de Orden Público,
Capitán Manuel Otero Rubio, el 22 de septiembre de 1936 en el
Palacio de Justicia. En esos mismos días son detenidos sus hermanos
José, Francisco y Florencio, todos vinculados al anarcosindicalismo. El primero sufrirá más de 26 años en multitud de prisiones, siendo el preso republicano con mayor condena que haya sido contrastada (28). Francisco pasa por las prisiones isleñas y es canjeado durante la Guerra, participando de la acción del Frente Antifascista de Canarias y de la resistencia bélica, hasta que debe salir nuevamente al exilio con la victoria franquista. En Francia vive la invasión alemana, siendo encarcelado y deportado, muriendo por enfermedad en el campo de Mauthausen, donde muere en 1942 (29). El último de ellos, con apenas 18 años, es sometido a tales
torturas que acaba arrojándose por una ventana del Palacio de
Justicia de Santa Cruz, falleciendo casi en el acto (30). Hay
referencias a las torturas que se realizaban en ese espacio de la
capital tinerfeña, como recuerda la testigo Pino García, “los
quemaban, hierros calientes por sus partes, después los sacaban a la
Casa de Socorro” (31).
A
Bernardino lo identifican varias personas como un destacado referente
en el momento de la resistencia. Según el investigador Ricardo
García Luis su vivienda, situada en el Puente Zurita, fue el lugar
en el que Miguel González Gutiérrez, obrero de la CNT, junto con
sus compañeros Luis García Delgado, Domingo Dieppa García y Felipe
Rodríguez Pérez, acudió el 20 de julio de 1936 para tratar de
lograr armas para defender la legalidad republicana (32), tal vez por
su experiencia durante el servicio militar en el Rif.
Junto
con cientos de hombres más es internado en el campo de concentración
en el que se habían convertido los salones de Fyffes, apareciendo en
los listados de presos de antes del 1 de diciembre de 1936 (33), allí
también estaban otros familiares, como su primo Bernandino García
Martín, también militante de la CNT, enviado posteriormente al
Batallón de Trabajadores Nº180, que realizó trabajos forzados en
el Marruecos español (34).
En el expediente de responsabilidades políticas iniciado contra él y otros militantes de izquierda en 1939 se le imputa cargos por su participación en el mitin del Sindicato de Inquilinos de junio de 1936, donde dice que "el Sindicato quiere marchar por los cauces de la más estricta legalidad, pero que si se les obliga apelarán a todos los procedimientos para hacer valer los derechos de los inquilinos explotados". Además le acusan de participar en el mitin de la CNT del 1º de mayo de 1936, donde señalan que manifestó que ese día "una multitud de hermanos trabajadores de todo el mundo se manifiestan en un sentido de repulsa hacia la clase opresora". También se le apunta como participante en el mitin del Sindicato de Inquilinos del 29 de marzo de 1936, en el Teatro Guimerá de la capital tinerfeña (35). Los informes de la Comisaría de Investigación y Vigilancia afirma que "está considerado muy peligroso" y que era "uno de los elementos de la CNT que gozaba de más preponderancia entre los obreros", estando en el año 1939 preso en Gando, tras pasar en 1938 por la Cárcel Provincial de Las Palmas (36). Igualmente lo acusan de ser "gran batallador y luchador de las ideas y tácticas revolucionarias", además un informe de los miembros de Falange de la capital lo acusan de no trabajar por estar recibiendo dinero de Socorro Rojo para su actividad sindical (37).
Por su esquela sabemos que no morirá en Canarias. Es uno de los miles que tratará de respirar algo más de libertad cruzando el océano. Fallece a las 73 años en Caracas, Venezuela, el 5 de noviembre de 1979, al menos pudo ver morir al dictador (38). Un año antes, su hijo, José Bernardino Afonso, había sido nombrado miembro de la ejecutiva en el I Congreso de Comisiones Obreras en Canarias (39), la semilla había quedado plantada.
Como expresó
brillantemente otro de sus compañeros de prisión, José Antonio
Rial, “desde julio de 1936 hasta abril de 1939, España fue
transformándose en un país cursi-cruelísimo, donde volvía a
imponerse la Inquisición, donde figuraban y ayudaban a mandar los
analfabetos con “títulos” obtenidos en los cuarteles, donde de
una generación del 27 de brillantes poetas, habían asesinado o
hecho exiliarse a la mayoría, dejando en casa y activos a los
malparidos y bastardos” (40).
Bibliografía
y fuentes consultadas
Ascanio
Gómez, Rubens. Aproximación a la figura de Juan Pedro Ascanio
García: un comunista
inquieto: http://latadelgofio.blogspot.com/2017/11/aproximacion-la-figura-de-juan-pedro.html
Medina
Sanabria, Pedro. Bernardino Afonso García nació el 8 de diciembre
de
1906: https://pedromedinasanabria.wordpress.com/2016/10/04/bernardino-afonso-garcia-nacio-el-8-de-diciembre-de-1906-en-valle-de-tabares/
Medina
Sanabria, Pedro y Hernández Romero, Fabián. Francisco Afonso
García, lagunero nacido en Valle Tabares asesinado en Mauthuasen en
1942: https://deportadoscanarios.wordpress.com/francisco-afonso-garcia-1902-1942-lagunero-nacido-en-valle-tabares-asesinado-en-mauthuasen-en-1942/
El
Progreso. 13 de marzo de 1928. P2
Medina
Sanabria, Pedro y Hernández Romero, Fabián. Op. Cit.
Gaceta
de Tenerife. 16 de abril de 1932. P2
Medina
Sanabria, Pedro. Luis R. Figueroa disconforme con el Fiscal de la
causa 5 de
1932: https://pedromedinasanabria.wordpress.com/2018/11/16/luis-r-figueroa-disconforme-con-fiscal-en-causa-5-de-1932/
Medina
Sanabria, Pedro. Bernardino Afonso García en prisión el 19 de
enero de
1932: https://pedromedinasanabria.wordpress.com/2016/10/04/bernardino-afonso-garcia-en-prision-el-19-de-enero-de-1932/
Espartaco.
28 de mayo de 1932. p4
Hoy.
3 de septiembre de 1932 p3
Hoy.
24 de septiembre de 1932. p5
Medina
Sanabria, Pedro y Hernández Romero, Fabián. Op. Cit.
Gaceta
de Tenerife. 29 de septiembre de 1932. P10
Hoy.
5 de febrero de 1933. P3
Hoy.
7 de febrero de 1933. p8
La Prensa. 14 de enero 1933 p3
Hoy.
11 de abril de 1933. p3
Gaceta
de Tenerife. 23 de mayo de 1933. p8
Hoy.
30 de mayo de 1933. p3
Hoy.
29 de abril de 1934. p2
Hoy.
13 de mayo de 1934. p2
Hoy.
12 de junio de 1935. p2
Gaceta de Tenerife. 12 de junio 1935 p3
La Prensa. 25 de mayo 1935 p5
La Prensa. 20 de febrero 1936 p1
La Prensa. 8 de abril 1936 p3
La
Voz del Inquilino. 11 de julio de 1936. p.2
Canarias 7. 11 de marzo 2010 p49
Medina Sanabria, Pedro y Hernández Romero, Fabián. Op. Cit.
Idem
García
Luis, Ricardo. Crónica de vencidos. Santa Cruz de Tenerife. 2003.
p.90
Idem.
p.170
López
Felipe, José Francisco. La represión franquista en las Islas
Canarias 1936-1950. Santa Cruz de Tenerife-Las Palmas de Gran
Canaria. 2002. p.142
García
Luis, Ricardo. Op. Cit. p.257
AHPSCT
Expediente de Responsabilidades Políticas contra Fernando Arocena
Quintero y otros.
ES.05.AHPLP/TRRPC.AHPLP-0295//003015058
Idem
Informe de la Guardia Municipal de Santa Cruz de Tenerife. AHPSCT Expediente de Responsabilidades Políticas contra Fernando Arocena Quintero y otros. ES.05.AHPLP/TRRPC.AHPLP-0295//003015058
Diario de Avisos 10 de noviembre 1979 p29
Diario de Avisos. 31 de octubre 1978 p3
VV.AA.
Antología de Musas Cautivas. Zamudio. 2007. p.26