domingo, 30 de enero de 2022

Los fusilados del 1937 en Tenerife

Poco podían imaginar estos alegres excursionistas de la CNT, que visitaron Los Silos en marzo de 1936, que entre los meses de enero y marzo de 1937, hace justo 85 años, un total de veinticinco miembros de su organización en Tenerife serían fusilados. Fueron casi la mitad de los fusilados oficialmente en el Archipiélago, su único delito había sido ser activos miembros de este movimiento anarcosindicalista y tratar de organizar una resistencia popular al golpe franquista del 18 de julio de 1936.

La nueva sociedad franquista prestó especial atención a este proceso, que no discurrió en la clandestinidad del resto de asesinatos, de paseos al amanecer y de cuerpos enterrados en lugares recónditos o simplemente lanzados al mar en un saco. Aquí se desplegó con todo su odio y terror la “nueva legalidad” con un Consejo Militar que apareció bien destacado en la prensa del momento, que anunció su inicio para el lunes 4 de enero de 1937, pero se retrasó cuatro días, dando comienzo el día 8 en el Salón de Actos del Cuartel del Regimiento de Infantería de Santa Cruz de Tenerife, contra el maestro armero de esto Regimiento, Fernando Rodríguez Domínguez, el brigada Emilio Pastor Antón, los cabos, Manuel Díaz Camacho, Manuel Quijada Pacheco y Francisco Millán Ruil, el músico, Miguel Varea Serrano, el soldado Pedro Prieto Moróte y ocho individuos más, todos del Regimiento de Infantería, y paisano Gutenbeg Pérez Martín y cuarenta y cinco individuos más, “por el delito de traición” (1).

A los acusados se les señala como responsables de “un vasto complot revolucionario organizado por elementos de la CNT”, a los que se le atribuyen “actos extremistas, atentados y los crímenes cometidos en los últimos tiempos en esta capital”, además de haber reunido más de setenta armas de fuego, varios miles de cartuchos de fuego y cajas con dinamita, junto con el reparto de propaganda animando a resistir el golpe fascista, que fue encontrada en poder de los militares antes mencionados (2).

¿Qué ideas había detrás del poder que orquestó este Consejo de Guerra?. Lo deja muy claro uno de los máximos responsables de este proceso, el Fiscal Rafael Díaz-Llanos Lecuona, que en la tarde del 8 de enero lanza su alegato más clarificador. Manifiesta, enlazando con palabras de Adolf Hitler sobre el riesgo bolchevique, que “si el ejército español, y toda la parte sana de España, no se hubiese alzado para defender esencias nacionales a punto de ser aniquiladas, habría estallado a los pocos días la revolución roja”. Considera además que “el canciller Hitler, con su actitud decidida le hizo un gran bien a la humanidad, poniendo una barrera a la revolución salvaje que se avecinaba...” (3).

Las consecuencias de los procesos pseudojudiciales de ese año fueron brutales El 9 de enero de 1937 fue fusilado el cenetista Martín Serasols Treserras, conocido como “Pepe el Catalán”. Otros 19 miembros de la CNT fueron fusilados el 23 de enero, José Alonso Pérez, Marcos Báez Afonso, Tomás Cabrera Vera, Modesto Carballo Sosa, José y Pedro Carreño Hernández, Domingo Dieppa García, Miguel González Gutiérrez, Teresol Guerra Ortega, Jorge Hernández Mora, Francisco Infante Díaz, José Martín Herrero, Feliciano Pérez Jorge, Ginés Ramírez Basindo, Francisco Reyes Martín, Tomás Rodríguez Benítez, Casimiro Romero Renazco, Vicente Talavera Pachá y Miguel Varea Serrano. El 6 de marzo se fusiló a otros 5 miembros de CNT, entre ellos el presidente regional de la Confederación, Rodrigo Coello Martín (4). Dos mujeres también forman parte de la lista de condenadas a muerte, aunque sus penas fueron conmutadas por prisión, son Carmen Goya Hernández (indultada por treinta años de reclusión) y María Luisa Hernández Remón (pasando varios años de reclusión).

El investigador Ricardo García Luis recoge en un estudio algunas de las despedidas de las personas que vivieron los días previos a su fusilamiento, que sabían que tarde o temprano se ejecutaría por un régimen que venía hambriento de sangre. Uno de ellos, Néstor Mendoza, dejo dicho a su madre en una carta unas palabras que resumen bien los sentimientos de muchos de ellos, “quiero que sepas que si muero, muero por una causa que creí justa, no por hechos vergonzosos. Puedes estar orgullosa de tu hijo, pues fue todo lo honrado que se puede ser. No siento más que el dolor de Ustedes y el de María” (5).

Este Consejo Militar sirvió basicamente para llevar a las portadas de la prensa una justificación encendida de la necesidad del Golpe y la maldad de las ideas anarquistas y marxistas. Las páginas de La Prensa, histórico diario republicano tomado por los franquistas, se llenan en esos días de imágenes con las viviendas dañadas en la huelga de inquilinos de 1933, los robos o las acciones violentas de los movimientos obreros tinerfeños, acompañadas de las ardientes palabras del Fiscal contra las “ideas rojas” destructoras de la familia y los valores patrios. Veinticinco personas pierden la vida por esa escenificación de la “maldad republicana”. Rafael Díaz-Llanos, el apologista del nazismo y personaje central del proceso judicial tendrá una vida larga. Su trayectoria militar y profesional, estrechamente ligada al franquismo, le harán merecedor de títulos como Primer Presidente del Consejo General de Colegios de Economistas de España 1971-1978, Presidente de Honor del Colegio Nacional de Economistas, Presidente de la Real Academia de Doctores, Doctor en Derecho y en Ciencias Políticas y Económicas, Gran Cruz de Alfonso X el Sabio y Medalla de Oro de la Provincia de Santa Cruz de Tenerife (6). Tampoco faltó, como muchos otros buenos defensores del régimen franquista, de consejos de administración como el de Telefónica (7) e igualmente fue Procurador en Cortes (8). Ojalá la futura Ley de Memoria Democrática ayude a que algunos de esos vergonzosos reconocimientos le sean retirados, aunque sea tarde y mal. Estoy seguro que los descendientes de estos 25 militantes anarquistas asesinados, los de los jóvenes torturados hasta la muerte para este proceso y los de las decenas de presos durante años en las prisiones fascistas por este Consejo de Guerra lo agradecerán como un tardío acto de justicia.
Hace unos años, la iniciativa popular de vecinos y vecinas de Cueva Roja permitió, no sin cierta resistencia del conservador poder político chicharrero, organizar en el 2008 un reconocimiento a estos represaliados, con la colocación de una placa conmemorativa que hoy todavía perdura en la zona (9). 


Fuentes consultadas:

  1. La Gaceta de Tenerife. 31 de diciembre de 1936. p2

  2. La Prensa. 8 de enero de 1937. p3

  3. La Prensa. 9 de enero de 1937. p3

  4. Fusilamientos en 1937 de miembros de la CNT, en Santa Cruz de Tenerife:
    http://www.eltambor.es/fusilamientos-en-1937-de-miembros-de-la-cnt-en-santa-cruz-de-tenerife/#:~:text=La%20resistencia%20en%20Canarias%20al,islas%20orientales%20alrededor%20de%20600.

  5. García Luis, Ricardo. Los fusilados: las últimas letras. ¿Temor a la muerte?. Cuadernos del Ateneo. Nº23

  6. https://economistas.es/rafael-diaz-llanos-y-lecuona/

  7. https://www.telefonica.com/es/wp-content/uploads/sites/4/2021/07/1977_organos_gobierno.pdf

  8. https://elpais.com/diario/1993/02/04/agenda/728780406_850215.html

  9. https://www.canarias7.es/hemeroteca/el_pp_casi_aborta_un_homenaje_a_fusilados-MECSN110972?ref=https%3A%2F%2Fwww.google.com%2F&fbclid=IwAR0PqhnVaiZe3TOGx2PUSwRWjAef8l3fw--FNLeYbhfJuuIyBPuJVIbk1kM


domingo, 23 de enero de 2022

Las dos vidas de Luis Álvarez Cruz

Habían pasado pocos días del golpe franquista y Luis Álvarez Cruz, uno de los grandes periodistas y poetas del siglo XX en Tenerife, que había sido presidente del Orfeón La Paz, estaba tranquilamente hablando con su novia en la calle y notó una pistola contra su espalda. Según sus familiares fue un falangista el que lo denunció y provocó una detención que lo llevó primero a la Comisaría de Santa Cruz de Tenerife y posteriormente a los cuarteles de Caballería, cerca del puente Zurita, siendo posteriormente trasladado a los barcos prisión (1). Su vida no volvería a ser igual, quedó marcado para siempre por ese momento y las consecuencias políticas de ese golpe, en el que como tantos otros intelectuales tuvo que abandonar sus intereses políticos y tratar de sobrevivir en una sociedad en la que para siempre sería mirado con la lupa de un poder absolutista.

El escritor tinerfeño nació el 21 de junio de 1904 en la lagunera calle del Agua, actualmente Nava y Grimón, en el seno de una familia campesina acomodada, en la que descubrió el amor por la lectura y la escritura. Amigo del poeta Manuel Verdugo, empezará muy temprano a despuntar en el mundo de la poesía, publicando sus primeros trabajos con apenas 17 años y recibiendo sus primeros premios con tan solo 21 años (2).

A finales de la década de los veinte Luis ya es un habitual en recitales poéticos y actos culturales. Uno de los primeros que recoge la prensa de la época fue en el Ateneo de La Laguna, en la Fiesta del Romance del año 1927, donde recita junto a los consagrados Diego Crosa, Juan Pérez Delgado "Nijota", Luis Rodríguez Figueroa y su amigo Manuel Verdugo, entre otros (3). Según las crónicas “recibieron grandes ovaciones como premio a sus respectivas y sobresalientes intervenciones artísticas” (4).

También comparte escenario en sus recitales con otros jóvenes poetas, como Pedro García Cabrera y Saturnino Tejera, otros dos de los grandes escritores isleños, también represaliados años después, que participaron en la fiesta literaria celebrada el 25 de marzo de 1927 en el mismo lugar que el anterior (5). Participa igualmente en la Fiesta literario-musical que celebra el Colegio Nava en La Laguna, en la que recitó “un tríptico bajo el título de “Rutas”, que asimismo fueron "calurosamente aplaudidas” (6).



Los intelectuales mantienen una intensa actividad cultural, pero también política, no en vano muchos de los colaboradores destacados de espacios literarios, como el Semanario Literario Horizontes, nacido en mayo de 1927 bajo la dirección de Saturnino Tejera y José A. Wangüemert, que contó con un importante elenco de escritores isleños, como Carlos Fernández del Castillo, Manuel Verdugo Bartlett, José Hernández Amador, Domingo Juan Manrique, Domingo Cabrera Cruz, Juan Pérez Delgado “Nijota”, José Galán Hernández y Pedro García Cabrera (7) son también activistas republicanos. Igual que en otros medios nacidos al calor de la sociedad convulsa de finales de los veinte y principios de la década de los treinta, muchos de sus autores acabaron pasando por las cárceles franquistas o incluso fueron asesinados en los primeros meses de la dictadura, como el socialista José Galán.

Más allá de La Laguna, eje donde transcurre buena parte de su vida, la voz de Luis Álvarez Cruz no falta en eventos culturales de otros lugares de la Isla, como Los Silos, La Orotava, Tegueste o Tacoronte, en un evento organizado por el activo Círculo Minerva de la localidad (8)(9)(10) y (11).

En 1928 sale a la luz su primer libro, Senderos. En la Revista Hespérides, en la que también era un activo colaborador, señalan que “el joven poeta lagunero, Luis Álvarez Cruz, el sonetista, deja de ser esto para convertirse en un verdadero artista de la poesía: vario, fecundo e inspirado, con raigambre que va espontáneamente del corazón hasta el cerebro” (12).

En esa misma revista nuestro protagonista se inicia también como articulista, reflexionando sobre diversos asuntos, entre otros sobre el propio resurgimiento cultural que se vive en el Archipiélago en esos años, donde a un puñado de intelectuales se les unen multitud de escritores jóvenes y mayoritariamente republicanos. Luis aborda esa realidad diciendo “libros, revistas, periódicos, exposiciones, conferencias; diversos matices y múltiples orientaciones, son los elementos constituyentes, las características risueñas de nuestro balance artístico” (13). En otro de sus números plasmará reflexiones sobre la vida, a sus 24 años de edad, en un artículo llamado “Meditaciones oscuras” en el que expresa su madurez con ideas como “todas las manifestaciones del egoísmo son igualmente negativas. Pero una, en especial, por frecuente, es desoladora: el egoísmo del célebre perro del hortelano, es un egoísmo estéril y suicida” (14).

En el año 1930 se edita su segundo libro, “Mi vaso pequeño”, prologado por Eduardo Zamacois (15), escritor nacido en Cuba y de ideas republicanas, que años después hará célebres crónicas de la resistencia de Madrid ante las tropas franquistas. Álvarez Cruz vive claramente un creciente acercamiento a las ideas republicanas y socialistas, con su habitual intercambio y colaboración con destacados miembros de esas organizaciones, muy palpable en los actos y eventos de esos años previos a la II República. Con el cambio político son muchos los intelectuales que pueden sacar a la luz sus ideales, también Luis Álvarez da ese paso, apareciendo en la constitución en Tenerife del Partido Republicano Radical Socialista, posteriormente integrado en Izquierda Republicana, que en las primeras elecciones será tercera fuerza en el Congreso, esta fuerza política quedó presidida en Tenerife por Adolfo Hernández y donde nuestro protagonista ocupará el puesto de vocal (16).

Su tercer libro es editado en 1932 bajo el nombre “Alamares”, que es objeto de cierta crítica en el diario republicano Hoy, especialmente por las palabras de otros medios que resaltan lo alejado que está de la poesía vanguardista o futurista, lo que para el redactor del medio de izquierdas merece que se le señale a esos críticos literarios que “el mundo ha girado una vuelta completa todos los días desde hace 20 años” (17).

En agosto de ese mismo año es nombrado presidente del Orfeón La Paz de La Laguna, siendo ratificado en el mes de noviembre, donde se elige una junta directiva en la que le acompaña como vicepresidente su amigo y también poeta, Saturnino Tejera, también destacado miembro de la entidad nacida en la segunda década del siglo XX (18)(19). Muchas asociaciones señeras y colectivos sociales o culturales de ese momento mantienen vínculos estrechos con un buen número de intelectuales y militantes de las organizaciones políticas y sindicales del momento, que serán miembros activos y destacados de las mismas. En el caso del Orfeón, además de en su directiva, también hay presencia de destacados militantes comunistas, como Domingo García y su hermano Homobono, miembros de la coral de la importante entidad lagunera (20). En 1933 Álvarez Cruz reflexiona sobre esta entidad lagunera en las páginas del Hoy, donde dice que ve al Orfeón La Paz “como una suerte de remanso artístico en la pobreza ambiental de la ciudad” destacando el papel de la música y de su director musical, Fernando Rodríguez, que en su opinión significa un “alto exponente de cultura que este fenómeno significa y todo lo que puede tener de trascendente y fecundo para el folclore isleño, hoy abandonado y desperdigado por nuestros campos” (21), señalando también uno de los grandes intereses que mantuvo en su vida, la identidad canaria y las tradiciones del pasado.

Luis Álvarez no es inmune a la agitación política y social que se vive en ese momento. Junto a la Federación Obrera, la Agrupación Socialista lagunera, decanos, poetas y escritores firma un manifiesto el 29 de noviembre de 1932 en el que señalan una “maniobra del más viejo y reaccionario estilo” sobre la libertad de la Universidad de La Laguna, de personas que quieren boicotear el espíritu liberal de esta institución “con manejos confesionales y políticos -confesionalidad beata y política arcaica- hacer abortar el sentido de la Universidad” (22).

Tampoco puede vivir al margen de las polémicas políticas y sindicales de ese momento. Desde la portada de Obreros de la Cultura, órgano de comunicación de la Federación Tinerfeña de Trabajadores de la Enseñanza de UGT le dedican una afilada réplica contra un artículo publicado en La Prensa el 13 de agosto de 1933, en el que Álvarez Cruz habla de las colonias escolares en lo que consideran “exaltado lirismo sentimental erróneamente empleado”. El artículo critica que se abordara la realidad de los menores participantes en estas colonias, olvidando que en ese mismo verano se quedaban “2958 niños que asándose como en calderas en sus miserables viviendas, que son auténticas pocilgas malolientes y oscuras, propensas a cualquier enfermedad” (23).

En esos años el autor recorre las islas recogiendo en sus artículos, publicados principalmente en La Prensa, donde describe desde crímenes a las vivencias y experiencias de sectores vinculados con los oficios tradicionales, que posteriormente recopilará en su magistral obra, de alto valor etnográfico y antropológico, Retablo Isleño. Su pluma se hace cada día más popular y reconocida. En otros medios valoran estos trabajos con adjetivos muy positivos “el brillante periodista Luis Álvarez Cruz ha dado a conocer algunos rincones de Tenerife donde aún existe el antiguo telar ya olvidado, pero que evoca una época de esplendor para la isla, cuando nuestros tafetanes, cintas y calceta iban para América en navíos tripulados y dirigidos por tinerfeños” (24).

En enero de 1936 Luis Álvarez Cruz es elegido vicepresidente del Comité Local de Izquierda Republicana en La Laguna, en el que le acompaña como tesorero el también escritor y poeta José A. Wangüemert (25). Con este puesto participará activamente de la campaña de las elecciones de febrero de ese año, realizando mítines en compañía de los abogados José Carlos Schwartz y Luis Rodríguez Figueroa, (26) ambos asesinados en los primeros meses de la dictadura por su defensa de los militantes de izquierda represaliados durante la república, por hechos como los Sucesos de Hermigua.

En el mes de mayo de 1936 también aparece en los micrófonos de Radio Club Tenerife en donde, junto con otros autores reconocidos, como Crosa, Nijota, Saturnino Tejera o Felipe P. Ravina, dedican un recital de “exaltación regional” con motivo de las fiestas de la capital (27).

La brutal respuesta de la reacción barrerá de golpe todas las polémicas ideológicas de la izquierda o los grandes debates del mundo de la cultura a partir del 18 de julio de 1936. Como cuenta su hija, Luis Álvarez es apresado y sometido a las duras condiciones que viven tantas personas en ese momento, aunque según sus familiares nunca quiso rememorar sus duras vivencias en esos oscuros días (28). En La Gaceta de Tenerife del 1 de septiembre de 1936 aparece entre los que tienen un sobreseimiento provisional por parte del Auditor de Guerra, por el “delito comprendido en el artículo 258 del Código Militar” (29), que establecía prisión para “el que de palabra, por escrito ó en otra forma equivalente, injurie ú ofenda clara ó encubiertamente al Ejército ó a instituciones, armas, clases ó cuerpos determinados del mismo”.

Aunque permanece en libertad vigilada, posiblemente gracias al apoyo de sus amistades más próximas al nuevo régimen, y cree escapar a lo peor de la represión, finalmente es sometido a la Ley de Responsabilidades Políticas, que se aplicaba contra quienes “habían contribuido con actos u omisiones graves a forjar la subversión roja”, siendo obligado a desterrarse a El Hierro el 10 de octubre de 1940, junto su mujer y una hija, acompañándole a ese exilio interior su amigo Saturnino Tejera y José Manuel Guimerá. Allí deja de cobrar de La Tarde, no volviendo a cobrar de este medio hasta meses después, tras su vuelta a Tenerife. La persecución se mantiene activa, ya que en 1943 el gobierno ordena a El Día y La Tarde cesar nuevamente de sus funciones a Luis Álvarez por sus “antecedentes y actuación política”, no siendo rehabilitado hasta 1945 (30).

Nuestro protagonista se vuelca en su faceta más costumbrista, dedicando escritos a los paisajes y tradiciones de las Islas, también al mundo de las crónicas deportivas, evitando cualquier línea que pueda volver a colocarlo en el ojo de la represión. En 1952 logra poner en marcha el semanario Aguere, aunque solo tendrá once meses de vida. Este medio dedicado principalmente a la actualidad local del municipio, aunque acoge noticias referidas a otros aspectos. Curiosamente en este espacio logra sumar también a otros intelectuales represaliados, como al caricaturista y pintor Policarpo Niebla, que ilustra parte de los contenidos, y su hermano (31).

Luis Álvarez Cruz no volverá a poder hablar ante auditorios o en las páginas de los periódicos sobre la república que quiso y defendió, su muerte le llega a finales de mayo de 1971, con el dictador vivo. A pesar de ello su enorme inteligencia le hizo no dejar de colaborar en medios de prensa escrita y radio, muy especialmente en revistas culturales en las que participa junto con viejos compañeros de batalla, como Pedro García Cabrera, recibiendo numerosos homenajes de la prensa a la que tanto quiso, que lo define ante su sepelio como “un hombre bueno, romántico y también humilde, una humildad sincera sin afectaciones y sin concesiones” (32). Qué distinta hubiese sido la vida de este poeta y periodista que hoy, en forma de escultura, vigila la plaza donde se ubica la oficina principal de Correos en La Laguna, si no se hubiese cruzado con sus días los efectos terribles de un golpe fascista. Su trabajo intenso, valioso y largo hizo que finalmente no pudiera ser ignorado, y tuviera que ser reconocido incluso por el mismo régimen que lo persiguió. 


 

Fotos: Manuela Álvarez de Armas y Revista Hespérides

Fuentes consultadas

  1. Álvarez de Armas, Manuela. Luis Álvarez Cruz y el periódico Aguere. La Laguna. 1997

  2. Idem pp 19-20

  3. El Progreso. 24 de enero de 1927. p1

  4. Gaceta de Tenerife. 27 de enero de 1927. p1

  5. Gaceta de Tenerife. 16 de marzo de 1927. p1

  6. Gaceta de Tenerife. 17 de mayo de 1927. p6

  7. Horizontes. Semanario Literario: https://jable.ulpgc.es/horizontes

  8. Gaceta de Tenerife. 18 de junio de 1927 p.2

  9. El Progreso. 21 de junio de 1927. p1

  10. Gaceta de Tenerife. 10 de julio de 1927. p1

  11. Gaceta de Tenerife. 28 de octubre de 1927. p1

  12. Revista Hespérides. 8 de enero de 1928. p8

  13. Revista Hespérides. 5 de junio de 1928. p1

  14. Revista Hespérides. 6 de noviembre de 1928. p10

  15. El Progreso. 22 de marzo de 1930. p2

  16. El Socialista. 17 de agosto de 1931. p7

  17. Hoy. 29 de julio de 1932. p5

  18. Hoy. 25 de agosto de 1932. p 3

  19. Hoy. 2 de noviembre de 1932. p.2

  20. VV.AA. En Rebeldía. Once desaparecidos de La Laguna durante la Guerra Civil en Tenerife. Santa Cruz de Tenerife. 2002. P.92

  21. Hoy. 20 de junio de 1933. p11

  22. Hoy. 30 de noviembre de 1932. p8

  23. Obreros de la Cultura. 31 de agosto de 1933. p1

  24. Hoy. 1 de enero de 1934. p193

  25. La Prensa. 12 de enero de 1936. p4

  26. La Prensa 1 de febrero de 1936. p1

  27. La Prensa. 3 de mayo de 1936. p3

  28. Álvarez de Armas, Manuela. Op. Cit. p22

  29. La Gaceta de Tenerife. 1 de septiembre de 1936. p2

  30. Álvarez de Armas, Manuela. op. Cit pp 24-26

  31. Idem. P.47

  32. El Eco de Canarias. 1 de junio de 1971. P18



domingo, 16 de enero de 2022

Bernardino Afonso García, voz del movimiento obrero tinerfeño



El 19 de enero de 1932 un joven Bernardino Afonso García, con apenas 24 años, entra en prisión. Su único delito había sido redactar un artículo en el que criticaba el papel de las fuerzas armadas por su represión contra el movimiento obrero en el órgano de expresión de la Federación Obrera de Santa Cruz de Tenerife, el semanario En Marcha (1).

Permaneció seis meses en prisión, no fue su última vez, ni se podía imaginar lo que sucedería apenas cuatro años después. En ese momento, donde la Dictadura de Primo de Rivera acababa de morir y la II República empezaba su andadura. Bernandino fue un activo militante de la CNT, uno de los espacios políticos y sindicales más potentes de aquel momento en Tenerife.

Bernandino nace en Valle Tabares, La Laguna, el 8 de diciembre de 1906 (2), en una familia humilde con doce hermanos más, varios de ellos también destacados activistas sindicales y políticos en la década de los treinta, como su hermano Francisco Afonso García, que acabó sus días tras los muros grises de las prisiones nazis después de luchar en Guerra española y también apoyando a Francia en la Segunda Guerra Mundial (3).

El joven lagunero conoció en su propio cuerpo la realidad de una sociedad en crisis, con unas importantes desigualdades, altos índices de desempleo y un caciquismo atroz, que controlaba casi todo. Es una sociedad que pasa en poco tiempo de una democracia escasamente desarrollada con una monarquía corrupta moribunda, a una dictadura militarizada y a una república. Son años de guerra colonial, donde el ejército reclutaba a los más humildes para luchar contra los Rifeños en los territorios norteafricanos ocupados por España. Bernardino es uno de los que deberá pasar por esa experiencia, aunque lo hará a los pocos meses del final de la contienda, con los ecos de terribles batallas y enormes matanzas todavía frescos. La prensa del 13 de marzo de 1928 lo nombra entre los jóvenes que partirán a Marruecos con el grupo de Artillería de Montaña de La Laguna (4). Igual que la Guerra de África tuvo consecuencias entre los altos mandos militares que posteriormente protagonizarían el Golpe, también lo tuvo entre los jóvenes de las clases populares de todo el Estado movilizados para una guerra, de la que una vez más, los señoritos se libraban.

Ya hablamos de su primera experiencia en prisión, tras varios artículos publicados por el semanario obrerista y libertario En Marcha. Se trata de la causa 45/1931, en la que actuará como abogado defensor un destacado republicano, Luis Rodríguez de la Sierra Figueroa (5), miembro de una de las familias que con mayor dureza sufrió la represión franquista. El proceso se desarrolla como un Consejo de Guerra, que tiene lugar en la sala de actos del cuartel de San Carlos de Santa Cruz de Tenerife, por el delito de insulto a fuerza armada y sedición por dos artículos, titulados “La guerra y la madre del soldado” y otro llamado “Arona”(6).

Rodríguez Figueroa en la defensa asegura que aunque Afonso se reconoce autor de ese último “no estoy conforme en que sea constitutivo de ninguno de los delitos a que se refieren los artículos 249 y 258 el Código de Justicia Militar, pues ni en el primer articulo ni en el segundo contiende injuria alguna contra el Instituto de la Guardia Civil”, rechazando igualmente que sea culpable de pena alguna (7).

A pesar de los esfuerzos de su abogado, Afonso es condenados a un año de prisión, igual que otros miembros de En Marcha por circunstancias similares, ingresando en la misma el 19 de enero de 1932 (8), permaneciendo seis meses en la cárcel.

Durante esos días, junto con los otros militantes de izquierda detenidos por sus artículos, son el centro de campañas de apoyo promovidas desde las organizaciones sindicales y políticas afines. En el medio Espartaco Juan Pedro Ascanio, Bernardino Afonso, Imeldo Guerra, S. Infante, Francisco Román, Juan José Coba, Antonio Vidal Arabí y Nicolás Padrón Brito escriben un manifiesto denunciando la injusticia que sufren, en el que dicen “nosotros, los presos sociales que nos hallamos en esta Cárcel Provincial, cumpliendo la condena impuesta por los Tribunales Militares, por el delito de ofensa a la “Fuerza Armada”, habiéndosenos aplicado el Artículo 268 del Código de Justicia Militar...”, añadiendo que permanecen en prisión a pesar de la opinión de la Fiscalía de la República, que consideraba que los procesos debían pasar a la “jurisdicción ordinaria” (9), idea que posteriormente se impone.

En septiembre de 1932 el "Diario Oficial de Guerra", publica una disposición, concediendo la libertad condicional a varios penados de la Prisión Provincial, entre los que está Bernardino Afonso, que vuelve a la calle definitivamente en la tarde del 24 de septiembre (10). En la salida le acompañan Miguel Luque, Francisco Román, Francisco S. Infante, Juan José Coba y Nicolás Padrón (11). Según la tradición familiar, su sobrina recibió el nombre de Libertad Afonso para conmemorar la dura vivencia de Bernandino, aunque tras el golpe fascista tuvo que cambiar su nombre por el de Beatriz (12).

La Gaceta de Tenerife publica los efectos de la Ley de Amnistía, que se les aplica a finales de ese mismo mes de septiembre, ya que “por la Auditoría se ha hecho aplicación de los beneficios de la Ley de Amnistía de 11 del corriente mes, promulgada con fecha 21, a los siguientes sentenciados por la Jurisdicción; Don Bernardino Afonso García, don Pedro Málaga Peral, don Juan Marrero Morales, don José Enrique Gutiérrez, don Juan José Coba Cabrera, don Miguel Luque Espino y don Antonio Vidal Arabi” (13).

Tras su puesta en libertad, Bernardino, junto con la mayoría de detenidos, se reincorpora activamente a sus tareas militantes en el efervescente ambiente político y social que se vive en Tenerife en los primeros años de la República.

Apenas cinco meses después de salir de prisión ya participa con intensidad y de forma destacada en actividades como el mitin pro presos organizado en el local del Parque Recreativo capitalino por la Confederación Regional del Trabajo. En ese acto tomarán parte “un delegado de la Federación de La Laguna, los obreros Bernardino Afonso y Francisco S. Infante, el abogado José Trujillo y Manuel Pérez, secretario del Comité Regional de Canarias”. Además en el evento se aborda también la situación de “los procesos de Buenavista y La Laguna , así como sobre el curso de los conflicto desarrollados últimamente” (14).

El diario Hoy narra su valiente intervención en el mitin cenetista, “en primer término, hizo uso de la palabra Bernardino Afonso, del ramo de la construcción, que combatió duramente la actuación de las autoridades con motivo de los últimos conflictos sociales, teniendo frases de aliento para la causa de la Confederación. Aludió a la situación de los presos por delitos sociales, a los que dijo por todos los medios debemos defender” (15).

Fue uno de los participantes y promotores de la semana de Huelga General de enero de 1933, una de las más destacadas del periodo republicano. En La Prensa recogen unas declaraciones suyas en un mitin obrero celebrado en el Cine La Paz, en las que se manifestó "a favor de la continuación de la huelga. Aunque nos manden a Villa Cisneros— dijo-—que allí edificaremos una ciudad, demostrando que no somos gandules, sino hombres trabajadores" (16).

También forma parte activa del Congreso Regional Obrero que se desarrolla en abril del agitado 1933, en el que Tenerife vive algunas de las mayores movilizaciones obreras y sociales del momento. Lo celebran en el Teatro Guimerá, estando en la mesa presidencial junto a Manuel Pérez Fernández, Juan José Coba, Francisco Marrero, Ricardo Sanz y Manuel González. Afonso, dirigiéndose al plenario en nombre del Comité pro Presos que “refirió la actuación de dicho Comité en la misión que le fue encomendada y defendió la causa por que algunos compañeros permanecen encerrados en cárceles, donde — añadió — nada bueno se aprende” (17).

No solo mantiene una activa labor sindical, vinculado al movimiento anarquista, también colabora con el cada vez más fuerte Sindicato de Inquilinos, que en ese momento manifestaba tener más de 2.500 asociados en la Isla. Participa junto con otros destacados líderes sociales de Tenerife en el mitin organizado en el antiguo cine San Sebastián, evento en el que participa como representante de la Federación Obrera, reseñando varios desahucios vividos en La Laguna, según la crónica periodística “citó la manera trágica de vivir en las ciudadelas, manifestando que los trabajadores tienen derecho a vivir en un hogar decente y sin lujos, pero no en pocilgas. Pidió que si no se concedían las tiendas de campaña que el Sindicato tiene solicitadas, que se les den los edificios públicos que permanecen cerrados y que son del pueblo” (18).

También representa a la Federación Obrera de Santa Cruz en el mitin del Sindicato de Obreros del Tabaco, acompañando a su representante principal en la toma de la palabra, Domingo García, militante comunista y futuro concejal lagunero en el último gobierno republicano, asesinado meses después del golpe militar, según los medios de comunicación del momento “ambos se extendieron en amplias consideraciones sobre la cuestión que ha motivado la Asamblea, resaltando el sinnúmero de familias canarias que quedarían en la miseria en plazo breve si rápidamente no se resuelve por el Gobierno de la nación el aumento de pedidos de tabacos a los Sindicatos de industriales de las islas” (19).

Afonso también forma parte de los importantes mítines que se celebran en la capital tinerfeña con motivo del 1º de mayo de 1934, organizado por los Comités Local y Regional de la C. N. T., y en el que hablará ante el numeroso público asistente, junto a Gabriel de la Fuente y Manuel Pérez (20).

El 13 de mayo de 1934 la prensa publica uno de los pocos datos de su vida privada que trascienden, el matrimonio civil de Bernardino Afonso, de 27 años de edad, con Nieves Márquez Acosta, de Santa Cruz de Tenerife, 29 años y viuda (21), con la que tendrá dos hijos, Nieves y José Bernardino Afonso Márquez.

La huelga de los obreros del Dique del Este de Santa Cruz de Tenerife también contó con el apoyo de Bernardino, que en junio de 1935 manifiesta su respaldo a la misma, relatando a los asistentes a la asamblea celebrada en el local del Sindicato de la Construcción, en la chicharrera calle San Francisco Nº61, donde tras abordar los motivos de la huelga y el apoyo del sindicato a la misma “interesó la opinión de la mayoría de los asistentes. Estos acordaron no entrar al trabajo en tanto no se busque una solución satisfactoria al problema” (22). Precisamente a raíz de esa huelga de la construcción sufrirá nuevamente una detención en la calle San Francisco, al "haber sido sorprendido cuando llevaba algunas hojas clandestinas relacionadas con el movimiento huelguístico" (23).

También fue uno de los responsables en abordar la crisis del sector tabaquero, como en el mitin de la Comisión Regional de Defensa del Tabaco Canario celebrado el 26 de mayo de 1935 en el Guimerá, donde comparte escenario con Eduardo SanJuan, Imeldo Guerra de La Palma, David Suárez de Las Palmas y destacado cenetista, Manuel Pérez (24). 

Bernardino, a pesar de sus claros ideales anarcosindicalistas, es del sector de la CNT que de forma más clara respaldará la participación y el respaldo a la campaña del Frente Popular en febrero de 1936. Tras la victoria de la izquierda llega a participar de las celebraciones en nombre de la Confederación, como da testimonio este artículo sobre la manifestación, de celebración que recorrió las calles de la capital "que era muy numerosa, al Ayuntamiento, desde cuyos balcones hicieron uso de la palabra los señores Rodríguez Figueroa, Schwartz, Díaz Castro, Sosa Acevedo, y por la Confederación del Trabajo, Bernardino Afonso" (25). En esos primeros meses la CNT también hace un esfuerzo en la ampliación de su implantación, celebrando mítines en abril en Tacoronte, y para la zona de Tejina y Valle de Guerra, donde estará acompañado de otros destacados militantes como Isabel Hernández y Eduardo SanJuan (26).

Mitin del Sindicato de Inquilinos en 1936, donde participa Bernardino Afonso

El último testimonio periodístico que habla de Bernardino es el propio medio de expresión del Sindicato de Inquilinos, La Voz del Inquilino, que en su número primer número y único, publicado en julio de 1936, recoge las palabras de nuestro protagonista principal en el gran mitin que llenó la Plaza de Toros de la capital. Este artículo sale a la luz justo una semana antes del golpe Franquista y seguramente lo situó aún más entre los individuos a los que perseguir por el nuevo orden. Narra que en su discurso ante el público lee, “unos datos que demuestran con cifras claras y concretas que no es un tópica el calificar a una mayoría de propietarios como descarados explotadores. Hace alusión a la carencia de humanidad de dichos propietarios, aportando documentos demostrativos, que levantan aplausos de aprobación. Se extiende analizando las consecuencias de tal conducta, y los acusa de atentadores contra la salud pública. Mermando, sin razón ni conciencia, el ingreso, ya corto, de un jornal de trabajador, son los propagadores eternos de la inmoralidad y fomentadores de la tuberculosis "porque el niño que vive en habitación insalubre, que no puede respirar aires puros en aquellas —ellos llaman casas— cuevas, sin ventilación y aprovechada hasta la más mínima parte para hacinar carne humana; sin consideración a clase o sexo, ese niño, mal alimentado, más pronto haya a la tuberculosis que a disfrutar una mediana salud. Es preciso, es necesario, es forzoso, que tal estado de cosas acaben para siempre y para eso, acabar con esa explotación e inmoralidad, es para lo que nosotros estamos aquí, y las acabaremos pese a quien pese y sea como sea". Según el mismo medio, la ovación que sigue a las encendidas palabras de Afonso “es imponente” (27).

El 18 de julio de 1936 cae como una losa de silencio y violencia sobre las vidas, los sueños y las esperanzas de miles de militantes, activistas, artistas, sindicalistas o simplemente personas que creyeron que los avances alcanzados ya no se podían perder. En casa de la familia Afonso la realidad fue dramática. Bernardino es detenido y comparece ante el temible Delegado de Orden Público, Capitán Manuel Otero Rubio, el 22 de septiembre de 1936 en el Palacio de Justicia. En esos mismos días son detenidos sus hermanos José, Francisco y Florencio, todos vinculados al anarcosindicalismo. El primero sufrirá más de 26 años en multitud de prisiones, siendo el preso republicano con mayor condena que haya sido contrastada (28). Francisco pasa por las prisiones isleñas y es canjeado durante la Guerra, participando de la acción del Frente Antifascista de Canarias y de la resistencia bélica, hasta que debe salir nuevamente al exilio con la victoria franquista. En Francia vive la invasión alemana, siendo encarcelado y deportado, muriendo por enfermedad en el campo de Mauthausen, donde muere en 1942 (29).  El último de ellos, con apenas 18 años, es sometido a tales torturas que acaba arrojándose por una ventana del Palacio de Justicia de Santa Cruz, falleciendo casi en el acto (30). Hay referencias a las torturas que se realizaban en ese espacio de la capital tinerfeña, como recuerda la testigo Pino García, “los quemaban, hierros calientes por sus partes, después los sacaban a la Casa de Socorro” (31).

A Bernardino lo identifican varias personas como un destacado referente en el momento de la resistencia. Según el investigador Ricardo García Luis su vivienda, situada en el Puente Zurita, fue el lugar en el que Miguel González Gutiérrez, obrero de la CNT, junto con sus compañeros Luis García Delgado, Domingo Dieppa García y Felipe Rodríguez Pérez, acudió el 20 de julio de 1936 para tratar de lograr armas para defender la legalidad republicana (32), tal vez por su experiencia durante el servicio militar en el Rif.

Junto con cientos de hombres más es internado en el campo de concentración en el que se habían convertido los salones de Fyffes, apareciendo en los listados de presos de antes del 1 de diciembre de 1936 (33), allí también estaban otros familiares, como su primo Bernandino García Martín, también militante de la CNT, enviado posteriormente al Batallón de Trabajadores Nº180, que realizó trabajos forzados en el Marruecos español (34).

En el expediente de responsabilidades políticas iniciado contra él y otros militantes de izquierda en 1939 se le imputa cargos por su participación en el mitin del Sindicato de Inquilinos de junio de 1936, donde dice que "el Sindicato quiere marchar por los cauces de la más estricta legalidad, pero que si se les obliga apelarán a todos los procedimientos para hacer valer los derechos de los inquilinos explotados". Además le acusan de participar en el mitin de la CNT del 1º de mayo de 1936, donde señalan que manifestó que ese día "una multitud de hermanos trabajadores de todo el mundo se manifiestan en un sentido de repulsa hacia la clase opresora". También se le apunta como participante en el mitin del Sindicato de Inquilinos del 29 de marzo de 1936, en el Teatro Guimerá de la capital tinerfeña (35). Los informes de la Comisaría de Investigación y Vigilancia afirma que "está considerado muy peligroso" y que era "uno de los elementos de la CNT que gozaba de más preponderancia entre los obreros", estando en el año 1939 preso en Gando, tras pasar en 1938 por la Cárcel Provincial de Las Palmas (36). Igualmente lo acusan de ser "gran batallador y luchador de las ideas y tácticas revolucionarias", además un informe de los miembros de Falange de la capital lo acusan de no trabajar por estar recibiendo dinero de Socorro Rojo para su actividad sindical (37).


Por su esquela sabemos que no morirá en Canarias. Es uno de los miles que tratará de respirar algo más de libertad cruzando el océano. Fallece a las 73 años en Caracas, Venezuela, el 5 de noviembre de 1979, al menos pudo ver morir al dictador (38). Un año antes, su hijo, José Bernardino Afonso, había sido nombrado miembro de la ejecutiva en el I Congreso de Comisiones Obreras en Canarias (39), la semilla había quedado plantada.
Como expresó brillantemente otro de sus compañeros de prisión, José Antonio Rial, “desde julio de 1936 hasta abril de 1939, España fue transformándose en un país cursi-cruelísimo, donde volvía a imponerse la Inquisición, donde figuraban y ayudaban a mandar los analfabetos con “títulos” obtenidos en los cuarteles, donde de una generación del 27 de brillantes poetas, habían asesinado o hecho exiliarse a la mayoría, dejando en casa y activos a los malparidos y bastardos” (40).



Bibliografía y fuentes consultadas

  1. Ascanio Gómez, Rubens. Aproximación a la figura de Juan Pedro Ascanio García: un comunista inquieto: http://latadelgofio.blogspot.com/2017/11/aproximacion-la-figura-de-juan-pedro.html

  2. Medina Sanabria, Pedro. Bernardino Afonso García nació el 8 de diciembre de 1906: https://pedromedinasanabria.wordpress.com/2016/10/04/bernardino-afonso-garcia-nacio-el-8-de-diciembre-de-1906-en-valle-de-tabares/

  3. Medina Sanabria, Pedro y Hernández Romero, Fabián. Francisco Afonso García, lagunero nacido en Valle Tabares asesinado en Mauthuasen en 1942: https://deportadoscanarios.wordpress.com/francisco-afonso-garcia-1902-1942-lagunero-nacido-en-valle-tabares-asesinado-en-mauthuasen-en-1942/

  4. El Progreso. 13 de marzo de 1928. P2

  5. Medina Sanabria, Pedro y Hernández Romero, Fabián. Op. Cit.

  6. Gaceta de Tenerife. 16 de abril de 1932. P2

  7. Medina Sanabria, Pedro. Luis R. Figueroa disconforme con el Fiscal de la causa 5 de 1932: https://pedromedinasanabria.wordpress.com/2018/11/16/luis-r-figueroa-disconforme-con-fiscal-en-causa-5-de-1932/

  8. Medina Sanabria, Pedro. Bernardino Afonso García en prisión el 19 de enero de 1932: https://pedromedinasanabria.wordpress.com/2016/10/04/bernardino-afonso-garcia-en-prision-el-19-de-enero-de-1932/

  9. Espartaco. 28 de mayo de 1932. p4

  10. Hoy. 3 de septiembre de 1932 p3

  11. Hoy. 24 de septiembre de 1932. p5

  12. Medina Sanabria, Pedro y Hernández Romero, Fabián. Op. Cit.

  13. Gaceta de Tenerife. 29 de septiembre de 1932. P10

  14. Hoy. 5 de febrero de 1933. P3

  15. Hoy. 7 de febrero de 1933. p8

  16. La Prensa. 14 de enero 1933 p3

  17. Hoy. 11 de abril de 1933. p3

  18. Gaceta de Tenerife. 23 de mayo de 1933. p8

  19. Hoy. 30 de mayo de 1933. p3

  20. Hoy. 29 de abril de 1934. p2

  21. Hoy. 13 de mayo de 1934. p2

  22. Hoy. 12 de junio de 1935. p2

  23. Gaceta de Tenerife. 12 de junio 1935 p3

  24. La Prensa. 25 de mayo 1935 p5

  25. La Prensa. 20 de febrero 1936 p1

  26. La Prensa. 8 de abril 1936 p3

  27. La Voz del Inquilino. 11 de julio de 1936. p.2

  28. Canarias 7. 11 de marzo 2010 p49

  29. Medina Sanabria, Pedro y Hernández Romero, Fabián. Op. Cit.

  30. Idem

  31. García Luis, Ricardo. Crónica de vencidos. Santa Cruz de Tenerife. 2003. p.90

  32. Idem. p.170

  33. López Felipe, José Francisco. La represión franquista en las Islas Canarias 1936-1950. Santa Cruz de Tenerife-Las Palmas de Gran Canaria. 2002. p.142

  34. García Luis, Ricardo. Op. Cit. p.257

  35. AHPSCT Expediente de Responsabilidades Políticas contra Fernando Arocena Quintero y otros. ES.05.AHPLP/TRRPC.AHPLP-0295//003015058

  36. Idem

  37. Informe de la Guardia Municipal de Santa Cruz de Tenerife. AHPSCT Expediente de Responsabilidades Políticas contra Fernando Arocena Quintero y otros. ES.05.AHPLP/TRRPC.AHPLP-0295//003015058

  38. Diario de Avisos 10 de noviembre 1979 p29

  39. Diario de Avisos. 31 de octubre 1978 p3

  40. VV.AA. Antología de Musas Cautivas. Zamudio. 2007. p.26