domingo, 12 de marzo de 2023

Carmelo Duarte Pérez, cárcel y exilio de un poeta

Carmelo Duarte vivió en primera persona los horrores de las cárceles franquistas,
no es que fuera un líder social o político destacado, simplemente fue un intelectual y
maestro comprometido con sus gentes y su tiempo. Hay una foto en la maravillosa
Antología Musas Cautivas donde se le ve sentado en el oscuro interior de Fyffes,
con una mirada triste tras una gafas redondas, un libro bajo su mano izquierda y una
especie de escultura de un perro en su derecha.
Este autor nació en Breña Baja el 9 de junio de 1907 y tuvo la suerte de poder
estudiar en una sociedad donde ese privilegio solo era accesible para unas pocas
personas, formándose como maestro en la Escuela Normal de La Laguna (1).
La primera vez que la prensa escrita le dedica unas líneas tiene apenas 21 años,
estrenándose en un recital de Juventud Republicana, dedicado al fallecido
republicano palmero, Hermenegildo Rodríguez Méndez, en donde leyó un discurso
de su hermano Félix Duarte (2).
Con 22 años empiezan a publicarse sus versos en los medios de ese momento,
poemas como “Los besos de una estrella” o “Dice el viejo de mar”, llenos de
imágenes sobre la naturaleza y el amor (3)(4).
En esos años transita entre Tenerife y La Palma, son años de estudio y formación,
previos a la irrupción de la II República. En 1930 ante la Comisión de las Escuelas
Normales de La Laguna, en el colegio Santa Catalina de Santa Cruz de La Palma,
se examina de sus finales (5), logrando el título de Maestro Nacional. Es admitido
para su ingreso en el ejercicio del magisterio en mayo de 1931 (6).
Mientras eso sucede no deja de escribir, siendo cada vez más reconocido en el
ámbito insular, mereciendo el reconocimiento de varios periódicos isleños por sus
obras. Es el caso de su poema “Al Teide”, dedicado al director del conservador
peródico La Gaceta de Tenerife, Adolfo Febles, y publicado igualmente en el Diario
de Avisos (7).
En julio de 1932 obtuvo la plaza en Magisterio primario (8), siendo desde ese
momento una parte de los equipos de redacción de Obreros de la Cultura, órgano
de la Federación Tinerfeña de Trabajadores de la Enseñanza, perteneciente a UGT.
Entre noviembre de 1933 y los días anteriores al Golpe franquista publica diversos
artículos dedicados a temas de actualidad política, la sociedad o a las andanzas de
un maestro de ese momento. Seguramente esta militancia sindical y los artículos
surgidos de su fértil pluma fueron claves en las circunstancias que viviría después
del 18 de julio de 1936.
Tomemos varios ejemplos de su etapa como redactor de Obreros de la Cultura. En
su número del 1 de noviembre de 1933 aborda el proceso electoral de esa
“propaganda electoral por todas partes: insultos, agresiones, promesas
deambulando de puerta en puerta con una estela de decepciones y una siembra de
repulsas”, dando además un mensaje a las mujeres que acababan de conquistar el
derecho al voto. A ellas se dirige diciendo “vosotras que constituís la mayoría de los
españoles y que tenéis en vuestras manos la justicia, en esta hora difícil, pensad en los hombres que os concedieron un derecho, que durante muchos siglos os habían
negado lo que hoy os piden que utilicéis en su favor por una temeridad religiosa;
pensad en aquellos que os dignificaron en tal sentido, no son capaces de traicionar
vuestros sentimientos y si os piden la ayuda en el sufragio no es como recompensa,
sino por que quieren dignificar a los que aun lo necesitan y lo esperan; pensad en
qué vais a votar, acaso, a los que siempre se opusieron a que tuviéseis voto” (9).
En el mismo medio publica el artículo ¿Qué es el progreso?, en donde se dirige a
sus compañeros y compañeras de profesión: “iObreros de la inteligencia y el
músculo: amar el progreso es amar la libertad y la justicia; pero para que triunfe es
preciso derribar la alcayata podrida y miserable de la burguesía que lo sostiene con sus torpezas egoístas y envenenadas!” (10).
En octubre de 1933 es designado a propuesta del Secretario de Organización de la FETE UGT como miembro de la Sección palmera, ejerciendo en ese momento en
Mazo (11).
Carmelo de define y se defiende como un amante de su profesión, de su labor como
maestro rural. Explica en su pequeño altavoz literario que “el amor suele penetrar
hasta lo más recóndito del alma: por eso, el que más amor tenga a los escolares, si
le acompaña de habilidad para enseñar, puede decirse que es el mejor Maestro, ya
que su vocación profesional no es más que la conciencia de una ordenada
entrañabilidad a la infancia” (12).
El profesor de escuela rural, el intelectual consciente de la realidad política del
momento y el poeta conviven en esos últimos años de la efímera libertad
republicana. En mayo de 1936 interviene en la celebración de un homenaje a las
madres que se desarrolla en su isla natal, concretamente en su pueblo, Breña Baja.
En esa jornada se combinan actuaciones musicales y recitales, con presencia de
niños y niñas de seis escuelas locales. Allí Carmelo Duarte pronunció “un
emocionante discurso de exaltación a la Maternidad y de elogio a las autoridades
que tanto se distinguen por su amor al progreso, siendo acogidas sus palabras con
una salva de aplausos”. El evento, que terminó con vivas a la República y el himno
de Riego (13).
En esos últimos años de la II República la vida de Carmelo es plena, escribe, recita
y crea una pequeña familia. En 1934 se había casado con Juana América
Castañeda Concepción (14) y apenas un año después nace su primera hija (15).
Toda esa existencia vive un terremoto absoluto con el Golpe militar de 1936. La
Palma mantiene tan solo unos pocos días las esperanzas de que esta situación sólo
fuera un mal sueño. Militantes y activistas republicanos tratan de mantener la
legalidad democrática hasta que el cañonero Canalejas llega a Santa Cruz de La
Palma. Según el estudio histórico de Sergio Millares y Alfredo Mederos para Musas
Cautivas, Carmelo colaboró activamente con las autoridades republicanas en la
denominada Semana Roja, patrullando como miliciano y siendo condenado a 24
años de cárcel por ello (16). El 2 de agosto detienen a nuestro protagonista, que
queda preso hasta el 17 de ese mismo mes en el cuartel del Parque de Caballería,
siendo trasladado posteriormente a Fyffes en Tenerife (17).
Entre las grises paredes de la prisión conoce a otros muchos compañeros de
penurias. Algunos de los grandes artistas y escritores de ese momento compartían
su suerte, con ellos vive varios años de soledad y unas duras condiciones de vida,
en las que a pesar de todo mantienen viva su faceta artística y creativa. Con autores
anarquistas, republicanos, socialistas o comunistas crean obras clandestinas como
las que plasma la obra Antología de Musas Cautivas, donde junto a Manuel Acosta,
Antonio Alfonso, Luis Benítez, Francisco Calcines y otros llenan de poemas e
ilustraciones las páginas blancas de un pequeño cuaderno que posteriormente es
salvado de la destrucción. En ese documento histórico y literario Carmelo deja
plasmado el poema “Llegaré llamando”, realizado el 6 de julio de 1940 en Fyffes:
“Pero pasará esta nube
de tormenta
y yo llegaré llamando
y tú me abrirás la puerta
con júbilo de cascada
en los ríos de tus venas
y con milagro de crótalos
en tus zapatos de almendra” (18).
Casi cinco años pasa entre Fyffes y el penal de Gando, siempre con el miedo a ser
desaparecido en cualquier momento, como a tantos otros compañeros de fatigas.
En 1937 el periódico La Prensa anuncia la “Comisión Depuradora del Magisterio
Primario”, presidida por Basilio Francés, en la que se reclamaban documentos y
datos de los domicilios de un largo listado de maestros y maestras de ese momento,
donde también se encontraba Carmelo, que como tantas otras personas de esa lista
ya estaban prisioneros por sus ideas (19).
Estando en prisión también se publican en tres ocasiones que su título en la Normal
permanece hace tiempo en la secretaría de la Escuela, lo que se produce entre
1939 y 1945 (20, 21 y 22), muchos de estos títulos seguramente correspondían con
decenas de maestros y maestras que en ese momento habían quedado presos o
tuvieron que huir del Archipiélago.
El 18 de agosto de 1938 es trasladado al buque prisión Porto Pi, fondeado en el
puerto de Santa Cruz, en donde permanecerá hasta el 17 de marzo de 1940, siendo
trasladado ese mismo día a la prisión de Gando, en Las Palmas de Gran Canaria,
donde permanece hasta que es nuevamente llevado a Tenerife y puesto en libertad
el 22 de mayo de 1941 (23).
Recuperar la libertad no tuvo que ser fácil, tal y como narra uno de sus hijos en un
blog editado hace unos años. Tiene una familia y dificultades para ejercer su
profesión, debiendo realizar tareas como maestro privado en el colegio Cervantes
de Santa Cruz de la Palma, siendo clausurado por motivos políticos en 1943. En ese momento funda la Academia Pérez Galdós hasta volver a entrar como preso
preventivo en Fyffes el 4 de mayo de 1947, saliendo nuevamente en libertad el 12
de julio de 1949 (24).
En 1950 Carmelo Duarte decide tomar el camino de tantos otros isleños
perseguidos, que han sufrido la represión, la falta de libertad o simplemente el hambre atávica. Junto con otros muchos decide embarcarse en un barco
clandestino rumbo a Venezuela, se trata del Delfina Noya. En ese tránsito atlántico
cambia su vida y vuelve a saborear la libertad (25)
En la tierra de Bolívar logra recuperar su carrera y su vida activa. En Paraguaná,
Venezuela, se funde con la vida de la zona, convirtiéndose en presidente del Centro
Hispano de Punto Fijo, donde con una inmensa mayoría de canarios, conforma un
espacio dedicado al arte, donde suenan isas, folías y los Cantos Canarios de
Teobaldo Power (26).
En Venezuela desarrollará su vida, reúne a su familia y no deja de crear nuevas
obras. Allí fallece en julio de 2002, dejando entre otros los libros Tres autorretratos,
a manera de antología poética, Transparencias oníricas, Centelleo, breviario de un
caminante, Huellas del alma, Poemas de sangre, etc. (27).
Información consultada:
1. Lorenzo Arrocha, Manuel. Carmelo Duarte: docente y poeta de delicada
sensibilidad artística represaliado por sus ideas políticas.
https://www.eldiario.es/canariasahora/lapalmaahora/lapalmaopina/carmelo-du
arte-docente-poeta-sensibilidad-artistica-represaliado-ideas-politicas_129_79
28717.html
2. El Progreso. 10 de octubre de 1928. p2
3. La Gaceta de Tenerife. 30 de junio de 1929. p1
4. La Gaceta de Tenerife. 8 de diciembre de 1929. p7
5. La Gaceta de Tenerife. 19 de junio de 1930. p2
6. La Gaceta de Tenerife. 25 de mayo de 1931. p1
7. La Gaceta de Tenerife. 27 de septiembre de 1930. p1
8. La Gaceta de Tenerife. 23 de julio de 1932. p10
9. Duarte Pérez, Carmelo. En esta hora. Obreros de la Cultura. 1 de noviembre
de 1933. p5
10.Duarte Pérez, Carmelo. ¿Qué es el progreso?. Obreros de la Cultura. 15 de
noviembre de 1933. p.5
11. Obreros de la Cultura. 15 de octubre de 1933. p8
12.Duarte Pérez, Carmelo. Detrás de los cristales. Obreros de la Cultura. 1 de
febrero de 1934. p. 3
13. La Prensa. 23 de mayo de 1936. p2
14. Heraldo de alegrías y tristezas:
https://carmeloduarteperez.blogspot.com/2015/?m=0
15. La Gaceta de Tenerife. 1 de junio de 1935. p3
16.Millares Cantero, Sergio y Mederos, Alfredo. Antología de Musas Cautivas.
Estudio histórico. Zamudio. 2007. p.70
17.Heraldo de alegrías y tristezas. Op. Cit.
18. Millares Cantero, Sergio y Mederos, Alfredo. Op. Cit. p. 100-101
19. La Prensa. 11 de abril de 1937. p2
20. Escuela Azul. 10 de diciembre de 1939. p7
21. Escuela Azul. 20 de noviembre de 1940. p8
22.Escuela Azul. 30 de diciembre de 1945. p2
23. Prisión de Fyffes y Porto Pi:
https://carmeloduarteperez.blogspot.com/2016/04/de-fyffes-porto-pi.html
24.Entre idas y venidas. Lazareto de Gando:
https://carmeloduarteperez.blogspot.com/2016/09/entre-idas-y-venidas.html
25. Delfina Noya. De La Palma a Venezuela:
https://carmeloduarteperez.blogspot.com/2016/11/delfina-noya-de-la-palma-v
enezuela.html
26.Aire Libre. 29 de marzo de 1954. p5
27. Lorenzo Arrocha, Manuel. Op. cit.

Dolores Melo Aponte, la lucha de una mujer en la Arona de principios del siglo XX


A Dolores Melo Aponte le quebraron la vida a sus 49 años. Esta aronera, residente en el pago de Sabinita Alta, fue la única mujer de ese municipio sometida a un Consejo de Guerra por el Tribunal Quinto de la capital, por sus vínculos con la Federación Obrera y sus ideas anarquistas.
El 1 de marzo de 1937 salió de la prisión provincial de Santa Cruz. En la cárcel, ubicada en la toscalera calle San Miguel, compartió la suerte de otras 150 penadas por sus ideales. Todo se había precipitado desde que el 2 de octubre de 1936 se realizó un registro de su domicilio en el que incautaron en un estante de la vivienda "cartas, periódicos extremistas, libros de ideología comunista y postales pornográficas". Ese era el delito, aunque sabemos que detrás de eso había una vida militante y unos ideales, que causaban temor al nuevo poder político y militar.
Dolores había nacido el 17 de mayo de 1887 en el seno de una familia campesina. A los inicios de la República estaba viuda, su esposo había fallecido trabajando en un pozo de la poderosa familia Ahlers, que algunos vinculan con el nazismo. Se había quedado sola, con tres hijos, en una sociedad que no ponía nada fácil vivir esta realidad, donde no existían formas de protección, más allá de la que la propia comunidad generaba.
La casa donde habitaba se tuvo que acondicionar como improvisada pensión. Era una casa humilde, pero donde se habían esforzado en aprender a leer. En ella tuvo su sede el Centro de Estudios Sociales de Arona, donde los afiliados de la Federación Obrera accedían a algo tan peligroso como la literatura política, que el hijo mayor de Dolores, José Rodríguez, adquiría.
Llega el golpe y los poderes locales sureños, los patrones de las tomateras, de las obras y otros sectores económicos y eclesiásticos se aplican, junto al nuevo régimen, en aplicar su venganza contra quienes les habían disputado sus beneficios pidiendo mejores salarios, más libertad y servicios públicos. La casa de Sabinita Alta había sido un foco de ideas peligrosas, por eso no tardaron mucho en derribar su puerta a culatazos. Tal y como narra el interesante artículo de Mercedes Chinea, el alcalde aronero impuesto por los golpistas hizo un informe sobre Dolores, en el que decía que "siempre desde el año 1931 se ha distinguido por exagerado extremismo, hospedando en su casa con mucha frecuencia y, a veces, por temporadas a individuos de la calaña del conocido por el "Maño" y a otros propagandistas por el estilo".
En noviembre de 1936 es condenada a 4 meses de arresto mayor y a pagar una multa de 250 pesetas, una cantidad considerable para la época, que no podrá asumir, por lo que su pena de cárcel se amplía hasta marzo de 1937.
El miedo ya estaba bien inseminado en la zona. Los que conocían a Dolores, esta viuda de 49 años famosa en la zona por ser una gran oradora, capaz de entusiasmar a quienes la escuchaban, supieron de su desgracia. Por primera vez deja de ser una de tantas mujeres anónimas y su nombre sale hasta en los periódicos. No lo hace sola, sus hijos también vivieron las consecuencias de las ideas y los sueños que tenían sobre la sociedad que había que lograr.

En agosto de 1937 nuevamente la prensa de la dictadura señala a Dolores. Es la única mujer que aparece en el listado por el que la Comandancia General de Canarias declara la responsabilidad civil contra un grupo de personas "por consecuencia de los daños y perjuicios ocasionados con motivo de la oposición al Movimiento Nacional". La voz firme y las lecturas de la familia Melo desatan una campaña que demuestra un odio atroz, una acción que posiblemente, como en tantos otros casos, acabó casi con total seguridad con la pérdida de los escasos bienes familiares y sus propiedades. En este caso la vivienda de Sabinita Alta, su principal medio de vida.
Manuel Rodríguez Melo, hijo de Dolores

La brutalidad que se desató contra Dolores Melo y su familia demuestra el enorme miedo que había a que sus ideas siguieran arraigando en el corazón de la mayoría social. A que nuevas generaciones reclamaran con más fuerza derechos laborales, educación, libertad y justicia. Que simplemente cuestionaran que unos pocos debieran decidir por ellos el futuro o impedirles tener un futuro mejor. Dolores, llamada en la zona Pasionaria o "la loca", según quién cuente la historia, es el ejemplo de tantas otras mujeres valientes e invisibles de nuestra historia isleña de silencios amordazados.