sábado, 27 de febrero de 2010

Politicuchos, mentiras y homicidio en el norte de La Gomera


Quiero solidarizarme modestamente con la familia de José Mendoza que murió en la isla de La Gomera a la puerta de un centro de salud por no disponer de médicos de guardia que lo atendieran. Es lamentable que a estas alturas sucedan cosas como estas y que el Gobierno Canario siga jugando con nuestra salud mientras se derrocha dinero en grandes proyectos que sólo benefician a unos pocos. Les dejo este artículo elaborado por uno de los hijos de José Mendoza para ayudar a difundir su caso para que dejen de retirar fondos de los servicios públicos en Canarias para otros fines alejados del interés común.

Politicuchos, mentiras y homicidio en el norte de La Gomera
Me llamo Óscar Mendoza y soy el hijo de José Mendoza, persona fallecida el pasado día 17 de diciembre en las puertas del Centro de Salud de Hermigua.
En primer lugar me gustaría comentar cómo está la situación respecto a la muerte de mi padre. Como dije en mi anterior escrito, no pensaba iniciar reclamaciones ante el Gobierno de Canarias porque pensaba ( de forma ilusa y estúpida, lo reconozco) que el Servicio Canario De Salud iba a reaccionar como un organismo serio y establecer dos acciones: en primer lugar, disculparse públicamente ante mi familia por ser el causante ( por pésima gestión) de la muerte de mi padre y, en segundo lugar, y más importante aún, reestructurar las guardias localizadas( de lunes a viernes de 22’00 horas a 8’00 horas) en guardias presenciales, garantizando así que cualquier gomero del norte tuviese un médico rápidamente en esa franja horaria ante un caso de urgencia. Si hubiese sido así yo no estaría escribiendo esto pero ninguna de las dos cosas se ha cumplido y ahora no voy a parar hasta que se reconozca que la mala praxis política (por infradotación de recursos) causó la muerte de mi padre. Mi padre se hubiese salvado con la presencia de un médico y una botella de oxígeno. De hecho, un mes antes le pasó algo parecido y sí pudo ser atendido ya que fue en fin de semana. Se recuperó sin problemas. Pero la noche fatídica era jueves y no hay guardia presencial de lunes a viernes. La tardanza del médico (aproximadamente media hora) le costó la vida. Algún cargo político del SCS ha dicho que murió de infarto. Eso no es cierto. Mi padre murió asfixiado (al no tener un médico y una simple botella de oxígeno) y lo voy a demostrar delante de un juez si el SCS no me da la razón. Tengo testigos no familiares de todo ello.
Así pues hace ya un mes que he interpuesto una reclamación administrativa ante el Servicio Canario de Salud (SCS) por todo lo expuesto anteriormente. Dos abogados me están ayudando en todo esto y éste es el primer paso de un camino ciertamente largo. Cuando agote la vía administrativa, y si no me dan la razón, iré a la vía judicial. Estoy dispuesto a todo, incluso a ir al Tribunal Supremo y por Dios que así lo haré. La memoria de mi padre y las lágrimas de mi madre me dan una fuerza que nunca he sentido en mi vida. Sé que tengo la razón (así me lo han hecho ver infinidad de abogados) y estoy dispuesto a luchar hasta conseguirlo. No tengo nada que perder y, como decía el clásico, “nunca luches contra alguien que no tiene nada que perder”. Las posibles represalias contra mi persona me las paso, y perdón por la expresión, por el forro de mis vergüenzas.
Por otro lado me he quedado perplejo e indignado ante la situación vivida en el Parlamento de Canarias hace pocos días respecto a la tragedia de mi familia. Quiero que la señora Rosa Guadalupe Jerez (con cuyo partido, PSOE, no tengo nada, es más, los considero traidores a las ideas socialdemócratas) sepa que mi familia y yo mismo le estamos agradecidos y que está luchando por la gente que le ha votado y que espera que sus políticos luchen por lo que es justo. Desde ese punto de vista Rosa Guadalupe Jerez ofrece algo que rara vez se ve en aquéllos encargados de defender el bien común: compromiso y cercanía.
Todo lo contrario que la Señora (perdón por la exageración) Tavío y la Señora (excusas otra vez por reiterar la hipérbole) Roldós, representantes de una forma de hacer política basada en engañar a la gente y decirles que no hay dinero para más.
Dicho engaño se basa en comprar voluntades con carnavales y fiestas de todo tipo para las que, oh gran milagro, sí que hay dinero (además de, por ejemplo, para la Televisión Autonómica que, por cierto, me ha vetado). ¿Saben los canarios que dicha televisión nos cuesta casi 100 millones de Euros al año. ¿Hay o no hay dinero? ¿Se dan cuenta ahora por qué no interesa una educación pública de calidad? No quieren gente que piense y reflexione, eso sería muy peligroso para ellos. Mientras los hijos de los políticos (de todos los colores) estudian en colegios privados o concertados, incluso en el extranjero, nuestros dirigentes se dedican a infradotar la educación pública y a hacer reformas estúpidas que sólo crean borregos y gente sin sacrificio ni valores. Por cierto, es curioso que nunca cuenten con nosotros los profesores para dichas reformas, ya que, mientras nosotros estamos “en las trincheras” los reformadores de corbata nunca han pisado un centro educativo.
Las Señoras Tavío y Roldós son muy hábiles en el arte de la falacia. Ahora resulta que es demagógico, como dice la Señora Tavío, llevar al Parlamento de Canarias la tragedia de una familia por la mala gestión de los dirigentes del SCS. ¿Le ha pasado a ella una circunstancia parecida en la que un hombre se muere en los brazos de su hija y de su esposa a las puertas de un Centro de Salud? Lo dudo mucho ya que su poder adquisitivo (el sueldazo que gana, para entendernos) sólo está a la altura de su falta de humanidad. Y estoy midiendo mucho mis palabras. Si yo hubiese estado esa noche ahí a lo mejor mi padre no es el único que se entierra al día siguiente.
¿Se han fijado como cuando dices verdades como puños te llaman demagógico? ¡Qué cínicos son! A la señora Roldós le faltó tiempo en decir que se estaba acusando a los profesionales de la Sanidad Canaria. ¡No me tome por estúpido, Señora, que no está usted en campaña electoral en una Asociación de Vecinos! Ahí sí que puede manipular usted. Yo no tengo nada contra el personal sanitario. Ya he comentado que tengo amigos en el gremio y tengo una buena opinión de ellos en general.
Resulta francamente doloroso y digno de república bananera, por otra parte, que no solucionen algo que garantiza vidas y que sólo cuesta, agárrense, 4.000 euros más al mes. Quizás lo que no vale un traje de Cristina Tavío o ciertos complementos de Mercedes Roldós. Pueden ustedes, Señoras, bailar claqué sobre una mesa pero lo único cierto, ya que denigran la memoria de mi padre y la dignidad de mi familia, es que ustedes dos comparten (para mí, para el hijo que no tiene palabras de consuelo ante las lágrimas de su madre) el mismo nivel que las ratas en la escala zoológica. Y que conste que no tengo nada contra las ratas.
La clase o, mejor, casta política española (de todos los partidos) está absolutamente alejada de la realidad del pueblo. Viven en una burbuja llena de sueldos estratosféricos, prebendas y privilegios de todo tipo. Han hecho de la política un oficio y no están dispuestos a dejar de vivir a todo tren. Han hecho, mi admirado Pérez Reverte dixit, “que España sea un país condescendiente de mierda”. Por eso se apoyan unos a otros. ¿No están cansados de escuchar como nuestros políticos hacen declaraciones grandilocuentes diciendo que sólo una pequeña parte son corruptos? Si se pinchase el teléfono de todos ellos, a ver cuántos eran honrados, sobre todo en los ayuntamientos, auténticos nidos de corrupción, ya que gestionan el suelo.
Vivimos en un país sumergido en una auténtica crisis de valores, más grave que la económica. De esta última saldremos, qué raro, con los sacrificios que sólo hará una parte de la sociedad: los trabajadores. De la crisis ética será mucho más complicado salir porque le interesa a mucha gente que todo esto siga así. La muerte de mi padre está enmarcada en esta crisis, la muerte de mi padre es el resultado de esta crisis, la muerte de mi padre se produjo como consecuencia de darle más importancia a conservar el poder (mediante la compra de voluntades y el borreguismo) que a garantizar el corazón y el pulmón de una sociedad, es decir, la Sanidad y la Educación.
La tragedia de mi familia sólo se acabará cuando le diga a mi madre que se ha hecho justicia. La tragedia de los canarios tiene una solución más complicada y que, quizás, sólo pase por las urnas.

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