A principios de octubre de 1937 tres jóvenes gomeros movilizados por
los franquistas decidieron cruzar las trincheras y pasarse al bando
republicano. Eran soldados forzados, la mayoría, trabajadores,
jornaleros o hijos de la clase obrera, que en muchos casos
simpatizaba más con los que debían combatir que con sus propios
mandos. José Coello Damas, se pasó en Huesca, Benigno Vera Ramos lo
hizo en Sabiñánigo, cerca del anterior, y Sebastián Barroso
Gutiérrez también en el frente de Aragón. Los tres habían nacido
en Vallehermoso, los tres fueron capturados tiempo después y pasaron
bajo condena de cárcel muchos años. Hubo muchos más.
Y
es que la represión de la nueva dictadura tomó muchas formas. Más
de 60.000 canarios fueron forzados por los franquistas a participar
en la Guerra Civil, era la misma tierra que en febrero de 1936 había
dado más de 120.000 votos a los partidos republicanos y solo 58.000
a las derechas. Eran jóvenes entre 18 y 30 años movilizados, en
algunos casos amenazados por tener familiares presos. Algunos no
volvieron nunca.
Durante
los primeros meses del franquismo ya algunos habían logrado alcanzar
la zona republicana saliendo en embarcaciones precarias que
milagrosamente llegaron a territorios bajo control colonial francés
en Marruecos, Mauritania o Senegal. El capitán de la marina mercante
de Gran Canaria, Francisco Miranda Díaz, logró salir en un vapor
noruego a finales de 1936. Otros tuvieron que esperar a estar cerca
del frente y dar un paso más que peligroso, donde se jugaban la
vida.
Un
testimonio recogido por Ricardo García Luis y Juan Manuel Torres
Vera en “El Fogueo” plasma la importancia de las fugas: “llegamos
al frente y fuimos al 1º de Tenerife, 260 soldados. La primera noche
se pasaron 32, la segunda se pasaron 64”. En noviembre de 1936, en
el frente de Guadarrama, incluso un teniente y un sargento
procedentes de Canarias hicieron lo mismo.
La
simpatía de buena parte de las tropas con la República se hace
evidente en otro de los casos más sonados, la fuga de los
republicanos canarios presos en Villa Cisneros, donde la tropa
encargada de su custodia se sumó mayoritariamente. José Rial, uno
de los presos, recordaba en el libro donde recordaba la fuga, como
uno de los soldados “...se arriesga demasiado. Todos los días a la
hora del desayuno, acompaña a los quintos que nos traen el rancho
(…) y al pasar levanta el puño con cuidado”. Un total de 96
soldados, mayoritariamente de Tenerife, se sumaron a la fuga en 1937.
En
diciembre de 1937, el Diario El Diluvio narraba como un soldado
canario logró cruzar las líneas en la zona de Jaca, “aterido de
frío, casi descalzo y sin más ropa que un pantalón y una camisa”.
Algunos,
como los vecinos de la Isleta, Gregorio
Olivares Caballero, Manuel Plácido Suárez Cerpa y Santiago Medina
Hernández, 24, 30 y 23 años, casados y con hijos pequeños, fueron
capturados y fusilados años después.
Los
que habían llegado a territorio no ocupado por los golpistas antes
de julio de 1936 conformaron el Frente Antifascista de Canarias, que
junto a los diputados canarios sobrevivientes, realizaron una intensa
labor de apoyo a los jóvenes evadidos. Otra tarea fue la de
identificar a paisanos con ideales republicanos entre los soldados
capturados en operaciones militares. Es el caso de Pedro López
Calero, albañil de la CNT, Antonio Calero Acuña, primo del
anterior, Pastor Luis Hernández, los tres de La Cuesta en Tenerife,
Domingo García, albañil de la UGT en Las Palmas, Eloy Real
González, marinero de la UGT y del Puerto de la Cruz, Facundo Pérez
Toledo, jornalero de las Juventudes Socialistas de Icod, Santiago
Toledo Fuentes, jornalero de la CNT en Santa Cruz de Tenerife, Jesús
Dorta Pérez de Masca en Buenavista, Manuel Martín Regalado de La
Orotava y Manuel López Díaz de la Cruz Santa.
El
diputado comunista tinerfeño, Florencio Sosa Acevedo, será
especialmente activo en la labor de localizar y proteger a los
evadidos canarios. Sabía bien el tránsito que habían tenido que
pasar muchos de sus paisanos. Hay múltiples ejemplos de esta labor,
como el caso de la petición de liberar a Francisco Medina y Juan
Bautista Curbelo, militantes de la UGT de Las Palmas que habían sido
hechos prisioneros en la zona del frente de Aragón. Lo mismo hará
por Hilario Llanos González, maestro del Realejo Bajo, que tras dos
años como prisionero del franquismo fue enviado al frente y
capturado.
El
camino de todos fue diverso. Algunos sumaron los cuatro mil canarios
que perdieron la vida en los frentes y diez mil heridos en los campos
de lucha. Otros fueron capturados en el acto y fusilados, o pagaron
con años de cárcel su fuga. Una parte consiguió sumarse a los
cientos de miles que tomaron el camino del exilio. De esos soldados
desertores hubo quienes lucharon en la resistencia francesa y otros
que acabaron sus días en los muros de Mauthausen y otros campos de
trabajo nazis.
Su
historia, el miedo que vivieron sus familias e incluso las duras
represalias, forman parte de la campaña de terror que sometió la
voluntad de la mayoría durante más de cuarenta años.
Fuentes
utilizadas
- García Luis, Ricardo y Torres Vera, Juan Manuel. Vallehermoso, “el Fogueo”. Toma de conciencia popular, resistencia y represión (1930-1942). Centro Amilcar Cabral, Tenerife, 1986.
- Anaya Hernández, L. A., Alcaraz Abellan, J., Suárez, A. O., & Millares Cantero, S. (1989). Huidos, evadidos, desertores y canjeados. Los canarios republicanos en la Guerra Civil Española y la Segunda Guerra Mundial, 1936- 1945. Santa Cruz de Tenerife: Cabildo Insular de Fuerteventura y Cabildo Insular de Lanzarote. Obtenido de Memoria Histórica del Gobierno de Canarias
- Hernández Hernández, José Manuel. Villa Cisneros, 1937. La gran evasión de los antifascistas canarios. Santa Cruz de Tenerife. 2018.
. Millares Cantero, Sergio. Desertores a Franco y fieles a la República. El Día. 1 de febrero de 2025.
- El Diluvio. 10 de diciembre de 1936 p8
- El Diluvio. 15 de diciembre de 1937. p6
- Hoja oficial de la provincia de Barcelona. 9 de noviembre de 1936 p5
- Centro Documental de la Memoria Histórica de Salamanca. Sección Guerra Civil. Leg. Florencio Sosa Acevedo. Memorándum del Frente Antifascista de Canarias al Presidente del Consejo de Ministros.
- García Luis, Ricardo y Torres Vera, Juan Manuel. Vallehermoso, “el Fogueo”. Toma de conciencia popular, resistencia y represión (1930-1942). Centro Amilcar Cabral, Tenerife, 1986.
- Anaya Hernández, L. A., Alcaraz Abellan, J., Suárez, A. O., & Millares Cantero, S. (1989). Huidos, evadidos, desertores y canjeados. Los canarios republicanos en la Guerra Civil Española y la Segunda Guerra Mundial, 1936- 1945. Santa Cruz de Tenerife: Cabildo Insular de Fuerteventura y Cabildo Insular de Lanzarote. Obtenido de Memoria Histórica del Gobierno de Canarias
- Hernández Hernández, José Manuel. Villa Cisneros, 1937. La gran evasión de los antifascistas canarios. Santa Cruz de Tenerife. 2018.
. Millares Cantero, Sergio. Desertores a Franco y fieles a la República. El Día. 1 de febrero de 2025.
- El Diluvio. 10 de diciembre de 1936 p8
- El Diluvio. 15 de diciembre de 1937. p6
- Hoja oficial de la provincia de Barcelona. 9 de noviembre de 1936 p5
- Centro Documental de la Memoria Histórica de Salamanca. Sección Guerra Civil. Leg. Florencio Sosa Acevedo. Memorándum del Frente Antifascista de Canarias al Presidente del Consejo de Ministros.
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