martes, 14 de agosto de 2018

Una travesía rumbo a la libertad: El Telémaco


En este mes de agosto se cumplen 68 años del viaje del Telémaco, uno de los veleros que salieron sin permiso de Canarias cargados de emigrantes que buscaban el futuro y la libertad que no tenían en esta tierra. Esta historia cercana para tantas familias de estas Islas nos recuerda mucho a lo que día a día vemos en la televisión de un drama que habla de la humanidad, de la solidaridad...y de la falta de ellas.
Mi abuelo Benjamín contó en 1981 en el Diario de Avisos su vivencia personal y la de 170 personas más en esos 43 días de travesía, apenas sin agua y comida. Me gustaría destacar algunos extractos de sus recuerdos:
“Finalmente, salimos rumbo a La Guaira, en Venzuela, en unas condiciones precarias, sin carta de navegación, sin sextante, nada, completamente solos. Porque por el sextante pedían 15.000 pesetas y los organizadores no querían gastarse esa cantidad, eso que ellos se ganaron en ese viaje 800.000 pesetas, a 5000 por persona”
Al cabo de más o menos una semana se empezó a racionar el agua, tomando solo la cuarta parte de una leche condensada dos veces al día, montándose guardia junto al barril para que no se cometieran abusos: “Hubo momentos en los que la sed llegó a ser tremenda, concretamente yo llegué a perder 11 kilos”...”yo llegué a tomar gofio con agua salada porqué, equivocadamente, creía que era mejor que la desidratación y no hacíamos sino bañarnos continuamente para apagar la sed”.
El 27 de agosto se encontraron con El Campante, un petrolero español, y mi abuelo dice: “les pedimos una carta de navegación, libro de faro, agua, petróleo, etcétera. No nos dejaron atracar junto a su barco, no arriaron ni siquiera un bote para acercarnos lo que nos daban, lo echaron al mar. Un barril de petróleo, dos barriquitas de agua, una lata de aceite, arroz, fue lo que tuvimos que recoger, tirándonos en pleno Caribe al mar. Es decir, solo cumplieron con las normas estrictas de ayuda en navegación. Tenían la idea de que todos éramos comunistas, huídos”.
El 17 de septiembre llegaron a La Guaira, de ese momento dice “nada más llegar la policía preguntó que quién había traído y a mí me pusieron en una lista de la tripulación y aunque intentamos desmentirlo después de varias veces no nos creyeron. Total que los pasajeros fueron trasladados a la Isla de Orchilla y más tarde se instalaron en Caracas. La tripulación y yo, que supuestamente pertenecía a ella, estuvimos durante un mes en la cárcel modelo de Caracas. Al cabo de un tiempo fuimos repatriados”.


domingo, 1 de abril de 2018

Clemencia Hardisson, la resistencia hecha vida



En este marzo que acaba se cumplen 79 años de la salida de prisión de Clemencia Hardisson, una aristócrata lagunera con una vida de película. Una heroína condecorada en Francia por su labor en la resistencia antinazi, que además ayudó al desarrollo del lagunero barrio de Gracia, donde una calle la recuerda, ya que donó parte de los terrenos que ocupa este núcleo de población y vendió terrenos que hoy en día albergan varias instalaciones educativas y científicas.
Nace en La Laguna en 1908, en el seno de una familia de origen francobelga perteneciente a la burguesía comercial en Tenerife, vinculada a importantes consignatarias. Clemencia aparece una y otra vez en los ecos de sociedad de la prensa de los inicios del siglo XX.

Su familia mantuvo una labor militante en la denuncia de las atrocidades a las que se sometió a la población civil belga durante la ocupación alemana del país durante la primera guerra mundial. Siendo una niña de poco más de ocho años participará en el festival artístico literario de recaudación de fondos que tuvo lugar en el teatro Guimerá de Santa Cruz en abril de 1915.

La prensa escrita de la época, fiel relatora de los acontecimientos sociales de las élites tinerfeñas, menciona en numerosas ocasiones el devenir de Clemencia. Entre bodas, concursos de belleza, donde ganará el galardón de reina de la belleza de la Provincia en 1929, recitales poéticos, haciendo el saque de honor en un disputado partido entre Club Deportivo Tenerife y el Marino, o en actos de etiqueta de “característico aristocratismo” discurre su existencia. Su nombramiento con Miss le hizo objeto de la “Oda Hespérica”, a cargo del poeta León Rodríguez-Figueroa, publicada en la edición de La Prensa del 4 de mayo de 1929.

Su vida acomodada no será ajena a la irrupción de nuevas ideas que supuso la proclamación de la II República. En 1931 entabla una relación sentimental con el ingeniero anarquista Juan José Luque Argenti, que fue director de la Junta de Obras del Puerto de Santa Cruz de Tenerife, y se vinculó con el Sindicato de Tabaqueros y la CNT.
Su entorno personal se relaciona desde ese momento con los ideales republicanos, sirviendo de enlace de comunicación con una organización sindical vinculada con el movimiento anarquista. Cuando Juan José Luque marcha a Barcelona se convertirá en difusora de los materiales que desde ese lugar le envían, cuestión que será investigada por las autoridades franquistas.
En julio de 1936, justo la noche antes del golpe militar, Clemencia participará en el homenaje a Gustavo Adolfo Becquer que organizó el Círculo de Bellas Artes de Santa Cruz con motivo del centenario del escritor sevillano. Esta sociedad y otras similares, como el Círculo de Amistad XII de Enero, el Orfeón La Paz o el Ateneo lagunero, serán lugares donde muchas personas de la izquierda tinerfeña se mantendrán activas durante la etapa republicana e incluso después.
La dictadura rápidamente señala a esta activa mujer como “mujer peligrosa”, tal y como atestiguan un curioso informe policial recopilado por Pedro Medina Sanabria donde se dice literalmente que “ésta obtuvo las simpatías de los elementos obreros de ideas avanzadas y fue vista con frecuencia con el citado Ingeniero (Juan José Luque), teniéndose referencias que ambos se reunían el Café Alemán con el súbdito de aquella Nación, Guillermo Handech, conocido por “Galan”, extremista. Estas reuniones tenían por objeto temas referentes a su ideología”. En los informes policiales también se menciona entre sus amistades al “izquierdista” Jesús Maynar Duplá, que posteriormente fue catedrático de Biología de la Universidad de La Laguna.


Clemencia fue detenida tras el golpe fascista, estando como presa gubernativa desde el 31 de diciembre de 1937 hasta el 27 de marzo de 1939, aunque los documentos recopilados por Medina Sanabria indican que en agosto de 1936 también estuvo detenida, encontrándose en su casa “una caja con un cargador y varias cápsulas de pistola, un bote conteniendo metralla y un paquete con documentos, cartas y telegramas”, pasando posteriormente a estar en régimen de libertad domiciliaria, que queda en entredicho cuando las autoridades franquistas detectan que mantenía correspondencia clandestina con Juan José.

Según el interesante estudio de Yanira Hermida, es catalogada con un grado de peligrosidad inmediata, al ser considerada como miembro del “Inteligence Service” británico, por su marcado carácter de “inglesofilia”. En la prisión ubicada en la tinerfeña calle San Miguel compartirá suerte con las más de 150 presas políticas que llenaron sus salas en esos años. En esa prisión estaban mujeres como Blanca Ascanio, maestra comunista de La Gomera, Carmen Goya, destacada anarquista que estuvo condenada a muerte, la aronera Dolores Melo Aponte o Peregrina Ventura, condenada por su papel en el Fogueo de Vallehermoso. Un curioso elemento común indica Pedro Medina, muchas de las presas por él documentadas sabían leer y escribir, en una sociedad donde la inmensa mayoría de la población era analfabeta...¿serían esos conocimientos en si mismos motivos de sospecha para el régimen filonazi?.
En el diario La Prensa de esa época aparecen noticias sobre la presencia de Clemencia Hardisson en La Palma entre junio y julio de 1938, donde incluso se publica que “ha sufrido una difícil y delicada intervención quirúrgica en la clínica que dirige el doctor Camacho en Santa Cruz de La Palma”, siendo su estado “satisfactorio”. ¿Fue una información destinada a tranquilizar a las élites tinerfeñas ante la “ausencia” de la joven revolucionaria?. No lo descarto en absoluto.
Como decimos, el 27 de marzo de 1939 fue puesta en libertad, aunque la creciente presión del franquismo la obligará a salir de la Isla. Marchará primero a Bélgica y posteriormente a Francia, en donde vive la entrada de las tropas alemanas en el país.
Entre 1939 y 1945 trabajará con la Cruz Roja, prestando paralelamente una intensa actividad de apoyo a la resistencia francesa, una labor que mereció el reconocimiento del propio Gobierno de la Francia liberada en 1945, de las manos del general De Gaulle.
En la década de los sesenta está de vuelta en Tenerife, donde venderá parte de los terrenos familiares ubicados en la zona de Gracia, en La Laguna, donando lotes de tierras a las familias con menos recursos. Su labor en la Isla se mantiene vinculada con sus ideas y formación, siendo una colaboradora en el regreso de personas represaliadas y en su búsqueda de empleo, aprovechando para ello sus vínculos con destacadas familias de la élite isleña ligadas al franquismo.

En el año 2.000 Clemencia Hardisson fallece, dejando un hondo recuerdo fruto de una vida comprometida e intensa, llena de emociones y experiencias. De momento los homenajes recibidos han sido dos calles, una en Santa Cruz y otra en La Laguna, en el barrio que ayudó a conformar. Además hace unos años el IES Domingo Pérez Minik le dedicó unas jornadas en las que la propia comunidad escolar se implicó (en la imagen casa natal).

No sé si estos homenajes póstumos fueron suficientes, tal vez su memoria deba ser objeto de un recuerdo mayor, como una mujer del siglo XX que entregó parte de su juventud y madurez en favor de ideas fundamentales, como las libertad y justicia, sufriendo por ello duras consecuencias.

Bibliografía:
Cabrera Acosta, M.A. (1991). La II República en las Canarias Occidentales . La Laguna. CCPC
Hermida Martín, Y. (2016). Mujeres y represión política: las “rojas” de la prisión provincial de Santa Cruz de Tenerife. XXI Coloquio de Historia Canario-Americana (2014), XXI-053.
Hermida Martín, Y. Mujeres y cambios sociales en la Provincia de Santa Cruz de Tenerife 1931-1975. (Tesis doctoral)
González Pérez, Teresa. Mujeres republicanas y represión en Canarias (1936-1939). XIV Coloquio de historia canario-americana. (2000).

Prensa:
La Gaceta de Tenerife. Nº4848 1 de mayo de 1929 P.2
La Gaceta de Tenerife. Nº4850 3 de mayo de 1929 P.2
La Gaceta de Tenerife. Nº4935 10 de agosto de 1929 P.2
La Gaceta de Tenerife. Nº6108. 1 de marzo de 1930. P.2
La Gaceta de Tenerife. Nº6836. 19 de julio 1931. P.2
La Gaceta de Tenerife. Nº7016. 20 febrero de 1932 P.2
La Gaceta de Tenerife. Nº8581. 17 de julio de 1936 P.2
La Gaceta de Tenerife. Año II Nº10041. 19 de junio de 1938. P.2
La Gaceta de Tenerife. Año III Nº10113. 15 de septiembre de 1938 P.2
La Opinión. Año XXXVI Nº6801 14 de abril 1915 P.1
La Prensa. Año XIX Nº3991 4 mayo de 1929
La Prensa Año XXVIII Nº10505 21 de julio 1938 P.3

Enlaces:
González Martínez, Antonio. Clemencia Hardisson. La aristocrata "roja" chicharrera a la que condecoró de Gaulle y encarceló Franco: https://www.facebook.com/notes/antonio-gonzález-martínez/clemencia-hardisson-la-aristocrata-roja-chicharrera-a-la-que-condecoró-de-gaulle/10150977489156893/


miércoles, 7 de marzo de 2018

Blanca Ascanio Moreno, la condena de una maestra comprometida


Vallehermoso durante la II República se convirtió en uno de los focos más luminosos de resistencia al caciquismo histórico y de organización campesina. Una de las figuras destacadas en esas tareas de organización colectiva fue la maestra Blanca Ascanio Moreno, mujer comprometida y rebelde a la que sin duda debemos recordar, más aún ante un 8 de marzo histórico como el de este año.
Nacida el 4 de noviembre de 1910 en este pueblo gomero, en el seno de una familia de la pequeña burguesía rural, marcada por las consecuencias de la crisis económica de entreguerras y un evidente proceso de toma de conciencia social frente a las profundas desigualdades sociales, que en ese periodo con especial crudeza, generaban la exclusión completa de importantes sectores de la población. La mayoría social sufría las terribles condiciones laborales del proletariado agrícola, dedicado principalmente al cultivo de exportación del plátano mediante compañías frutícolas de capital europeo, en una sociedad con características semifeudales.
En un panorama marcado por un grado altísimo de analfabetismo y una dura represión social, política y económica, la familia Ascanio Moreno logra dar una formación superior a su descendencia, su hermano Guillermo, que sería fusilado en el año 1941 por su papel en la defensa del Madrid republicano, y sus hermanas Petra, Eulalia y Amelia (en la imagen), esta última también represaliada duramente por su activismo político.

Una parte sustancial de esa juventud gomera con cierto nivel formativo y que ha vivido directamente las consecuencias sociales y económicas posteriores a la primera guerra mundial, especialmente la competencia en el mercado bananero de las colonias inglesas, vive una efervescencia ideológica que les lleva a una creciente identificación política. Arraigan con fuerza ideas que reivindican los derechos de obreros y campesinos, junto con un profundo republicanismo y laicismo, contando con órganos de comunicación propios donde también participarán intelectuales como el poeta Pedro García Cabrera.
Tanto su hermana mayor, Amelia, como Guillermo y ella, además de sus primos Juan Pedro Ascanio García, Fernando Ascanio Armas y Pablo Ascanio Armas, se implicarán con los valores socialistas y comunistas, colaborando en las labores de la federación Obrera, a la que entregaron en 1932 los terrenos donde se edificará su sede, con planos que elaborará su hermano.

Mientras avanza en su formación universitaria, Blanca Ascanio colabora en tareas de educación popular en su pueblo, dando clases a los miembros del proletariado rural de Vallehermoso y organizando acciones culturales como charlas y obras de teatro, destinadas a un colectivo que en ese momento tenía enormes dificultades para acceder a una formación educativa y formativa básica.
Blanca Ascanio se prepara como maestra en la Escuela Normal del Magisterio Primario de La Laguna. Al finalizar sus estudios se convierte en colaboradora del periódico de la Federación de Trabajadores de la Enseñanza (FETE), organización integrada en la Unión General de Trabajadores, donde no sólo apostaba por la enseñanza popular sino también por la emancipación femenina.
El 22 de enero de 1933, año álgido de protestas en el conjunto de Canarias, es organizadora, junto a su hermano, y los vecinos José Manuel Fernández Mora, Victor Cabrera Armenteros, Antonio Sierra Ramos y Eduardo Molina, de una manifestación pública en la que se quería denunciar el caciquismo y la represión que se vivía en ese momento en la sociedad gomera. Este mitin le valió la apertura de diligencias en el juzgado de San Sebastián de La Gomera, por un oficio del que en ese momento ocupaba la alcaldía de Vallehermoso.

En el magnífico libro El Fogueo se recogen diversos testimonios vecinales que reflejan su personalidad y su actuación político-cultural, la describen de este modo: “Tiene una personalidad apasionada. Dentro de sus hermanas descuella por ser muy independiente, por tomar decisiones propias, enfrentarse en familia, determinar casarse contra el gusto de su familia -porque su marido era persona un poco mayor -y sin embargo ella lo llevó adelante. Entonces ella se entrega bastante apasionadamente a la lucha de clases, a la lucha por las reivindicaciones obreras, un poco tal vez influenciada por la posición de Guillermo, su hermano tenía un fuerte ascendiente; Blanca veía a Guillermo como 'el hombre que marca una pauta nueva, unos ideales nuevos, una cosa de desprendimiento, una forma de ser bonita y ella se ilusiona con esto y se entrega de lleno a su labor, un poco mesiánica en cierta manera. Es una chica con bastante cultura, ha terminado su carrera de Magisterio, está preparando sus Oposiciones; procede de una familia que tiene mucho, que tiene una buena biblioteca -una persona con un nivel más elevado que el normal del pueblo”.

Ella era maestra de escuela, era profesora de corte; organizó entre las chicas obreras una clase de corte y en la misma casa les daba clase, y como tenía máquina pues las enseñó a coser y todas esas cosas. Y fue haciendo propaganda política”.
Blanca aquí era 'el todo del todo'; no tenía cargo pero era el todo del todo de la juventud. Ella era en quien confiábamos, muy inteligente. Hablaba con nosotras dándonos consejos”.
Una bella mujer. Daba mítines, hablaba muy bien, muy educada; tenia una pasión muy grande por el socialismo”.
Para mí una gran señora, cuidado con eso. De una gran familia burguesa de allá. Pues ella era comunista. Ella allí se trataba con todas, hacia obras de teatro y daba mítines. Tenía mucha cultura. Una buena mujer”.
Mujeres que dieran mítines, sólo Blanca Ascanio, es que no había cultura tampoco. Cuando ella estaba hablando, ¡porque ella hablaba... ay, Dios, encantaba!”.

Su compromiso político y social se mantiene incluso cuando el golpe franquista se confirma. El 22 de julio de 1936 fue una de las voces que desde el Ayuntamiento de Vallehermoso hizo el llamamiento a resistir al golpe militar. Según los periódicos del anterior régimen, Blanca “ejercía gran influencia sobre las masas proletarias” y las “indujo de una manera directa para que se realizara un alzamiento contra el movimiento militar”.
En el periódico La Prensa lo relatan así: “desde los balcones del Ayuntamiento de Vallehermoso arengó a las masas a resistir hasta quedarse el último hombre y el último cartucho”. En el mismo medio se la define durante el Consejo de Guerra a la joven gomera como “figura central de este proceso”, que afectó a 47 personas relacionadas con la resistencia a los golpistas en la localidad gomera. Se dice de ella que “la procesada, de unos 26 años de edad, demuestra poseer una regular cultura, y se expresa con gran desenvoltura, aunque con algo de nerviosismo”. Durante el proceso la propia Blanca niega las acusaciones que se le imputaban, diciendo que “únicamente dio conferencias de carácter cultural”.
Años después la propia Blanca se refiere a ese importante momento de resistencia social al golpe militar franquista señalando que La resistencia antifascista en Vallehermoso estuvo comandada en todo momento por el Brigada Francisco Mas García y sus brazos derechos entre los civiles fueron Manuel Quintana Florentino como presidente de la Federación Obrera y como hombre honesto y consecuente con sus ideas. Así mismo lo fue Ramón Cabrera Bernal como Teniente Alcalde del pueblo, quién en ausencia de su titular tomó la responsabilidad”. Todos los mencionados por nuestra protagonista fueron fusilados en la Batería del Barranco del Hierro entre 1936 y 1937, junto a tres líderes sociales más del municipio gomero.
A las diez de la mañana del 23 de julio, Ramón Cabrera, alcalde accidental de Vallehermoso, recibió una llamada en la que le comunican que los militares habían desembarcado en la capital de la Isla. La Federación Obrera, a las órdenes de la guardia civil, procede a buscar armas y otros elementos que permitieran la resistencia y la defensa de la legalidad republicana. Nuestra protagonista definió esas jornadas previas a la entrada de los militares en el pueblo “de disciplina hacia el comando por parte del pueblo organizado en lucha”. Explica que “no hubo saqueos ni cacheos. Adhesión absoluta a la resistencia y fidelidad a la República”.
Tras dos días de resistencia, con intercambio de disparos en varios momentos que dejan algunos heridos, se produce un proceso de negociación el 25 de julio para proceder a la entrega de la población, aunque, según diversos testimonios, Blanca Ascanio es una de las que se manifiestan a favor de mantener la resistencia.
Con la entrada del ejército da comienzo a una dura represión en la localidad, detenciones, mujeres a las que se les rapa el cabello, palizas. La joven gomera permanecerá en prisión desde el 26 de julio de 1936, “el mismo día que cambiaron la bandera republicana por la de la monarquía”.
Es sometida a un duro Consejo de Guerra, del que hablábamos con anterioridad, que el 27 de febrero de 1937 acaba condenándola a ella y a seis personas más a pena de muerte por “rebelión” contra el golpe militar, pena que es posteriormente objeto de un indulto que le salva la vida, no así la de otros de los condenados, los miembros de la Federación Obrera, Juan Medina Herrera, Manuel Méndez Prieto y Nicolás Prieto Ventura, asesinados en el Barranco del Hierro de Santa Cruz el 10 de marzo de 1937.
En el año 1938 Blanca Ascanio aparece, según los estudios del investigador Pedro Medina Sanabria, entre las 300 presas de la cárcel de Mujeres de Santa Cruz de Tenerife, siendo posteriormente trasladada a La Laguna, regresando en 1939 a la cárcel Provincial. En esa prisión compartirá celdas con mujeres como Isabel González, primera concejala comunista del Estado español, Clemencia Hardisson, heroína de la resistencia francesa en la segunda guerra mundial, Carmen Goya, destacada anarquista que también estuvo condenada a muerte, o Peregrina Ventura, también condenada por su papel en el Fogueo de Vallehermoso.

Se encuentra en prisión cuando en la revista el Eco del Magisterio Canario del 7 de diciembre de 1939 se recoge que su título de maestra le esperaba en la secretaría de la Escuela Normal del Magisterio Primario de La Laguna. De poco le valdría en ese momento, igual que a tantas otras personas, aunque en la tesis de la doctora Yanira Hermida se refleja que la propia dirección de la prisión la recomendó como formadora de las mujeres que por su ideas también eran compañeras de destino y no tenían estudios, que gracias a su labor "han alcanzado un buen provecho adelantando notablemente en los primeros estudios".
En julio de 1941 le llegan las noticias del proceso en Madrid a sus hermanos Guillermo y Amelia, que habían sido detenidos tras la caída de la ciudad por su papel en la defensa de la legalidad republicana y su estrecha vinculación con el Partido Comunista. En ese mismo mes el primero será fusilado y la segunda es condenada a 20 años de prisión por “auxilio a la rebelión”.

La investigadora Teresa González señala en su artículo, Mujeres republicanas y represión en Canarias (1936-1939), que “muchas maestras fueron represaliadas por pertenecer a sindicatos o por demostrar ideas progresistas y aplicar sus innovaciones en la docencia, como le sucedió a Blanca Ascanio”. Ella también sufrió la persecución laboral que se aplicó tras la guerra y provocó que una parte significativa del funcionariado público perdiera sus puestos de trabajo.
Tras un largo proceso de prisión y depuración política, el 9 de agosto de 1943, Blanca recupera la libertad, manteniendo una activa labor educativa y formadora desde ese momento, desarrollada en buena parte en Venezuela, donde se trasladará junto a su hermana Amelia. La emigración forzada fue la opción obligada para muchas personas que habían sufrido una brutal persecución política y las duras condiciones sociales y económicas del franquismo se ven obligadas a huir para disfrutar de una vida mejor.
Blanca regresará brevemente a Canarias a mediados de los años setenta, manteniendo todavía un claro compromiso social y político, dando testimonio de sus vivencias de una dictadura brutal que le costó perder a su hermano y a dos de sus primos, Fernando y Pablo, desaparecidos en las prisiones tinerfeñas, o que hizo que su primo Juan Pedro y su hermana Amelia también sufrieran como ella años en prisiones y batallones de castigo, por no hablar de un duro y largo exilio forzado. Su historia ilustra la de tantas otras mujeres que sufrieron con especial dureza los embates de la opresión, su memoria sigue siendo necesaria en una sociedad que tiende a olvidar con demasiada facilidad sus propias raíces.
Rubens Ascanio Gómez
Licenciado en Historia

Bibliografía utilizada:
Cabrera Acosta, M.A. (1991). La II República en las Canarias Occidentales . La Laguna. CCPC.
Hermida Martín, Y. (2016). Mujeres y represión política: las “rojas” de la prisión provincial de Santa Cruz de Tenerife. XXI Coloquio de Historia Canario-Americana (2014), XXI-053.
Hermida Martín, Y. Mujeres y cambios sociales en la Provincia de Santa Cruz de Tenerife 1931-1975. (Tesis doctoral)
Garcia Luis, R. y Torres Vera, M. (1986). Vallehermoso “El Fogueo”. La Laguna. Ed. Amilcar Cabral.
García Luis, R. y Torres Vera, M. (1996). El 18 de julio en La Gomera. Santa Cruz de Tenerife. Editora Juvenil Canaria.
González Pérez, Teresa. Mujeres republicanas y represión en Canarias (1936-1939). XIV Coloquio de historia canario-americana. (2000).
VV.AA. (2007) Guillermo Ascanio Comandante del batallón Canarias. CCPC
VV.AA. (2000) La Guerra Civil en Canarias. Francisco Lemus Editor.
Periódicos:
La Prensa. Año XXIV Nº8895. 15 de febrero de 1933. P.3.
La Prensa. Año XXVII Nº10.083. 27 de febrero de 1937. P.2.
La Prensa. Año XXVII Nº 10.093. 11 de marzo de 1937. P.2.
Eco del Magisterio canario. Año XXII Nº1891. 7 de diciembre de 1939. P.11.
Enlaces:
Ascanio Gómez, Rubens. (15 de noviembre de 2017). Aproximación a la figura de Juan Pedro Ascanio García: un comunista inquieto a 100 años de una revolución. http://www.eltambor.es/2017/11/aproximacion-a-la-figura-de-juan-pedro-ascanio-garcia-un-comunista-inquieto-a-100-anos-de-una-revolucion/
Ascanio Gómez, Rubens. (5 de julio de 2012). Memoria Histórica Canaria (XIII): Guillermo Ascanio Moreno, un gomero revolucionario. http://www.tamaimos.com/2012/07/05/guillermo-ascanio-moreno-un-gomero-revolucionario/
González Lugo, Montserrat. (21 de febrero de 2014). Carmen Goya, anarquista ejemplar. http://www.alasbarricadas.org/forums/viewtopic.php?t=57352
Medina Sanabria, Pedro. (30 de agosto de 2017).Causa sumarísima 223 por rebelión en Vallehermoso https://pedromedinasanabria.wordpress.com/2017/08/30/causa-sumarisima-223-por-rebelion-en-vallehermoso/
Medina Sanabria, Pedro. (29 de abril de 2013). Hembras empadronadas en San Miguel 11. https://pedromedinasanabria.wordpress.com/2013/04/29/hembras-empadronadas-en-san-miguel-11/
VV.AA. Indagación histórica y localización arqueológica de los desaparecidos en Tenerife: el caso de Las Cañadas del Teide. http://www.gobiernodecanarias.org/justicia/documentos/memoriaHistorica/MEMORIA_2011_Tenerife.pdf