sábado, 30 de junio de 2012

Reflexionando sobre los sectarios


El sectario es el típico amargadillo que imparte justicia sin que nadie se lo pida. El sectario dicta sentencia sin escuchar, muchas veces casi sin pensar. Para el sectario sólo existe un lado correcto, el suyo. Su cariño es frágil ya que sólo soporta un asfixiante clima monocolor, donde blancos y negros, buenos y malos están tan bien definidos, el no necesita más. El sectario está siempre ávido por calzarse su túnica para quemar herejes y sus lengua o teclado pistolero siempre trata de dejar seco al enemigo, sin demasiado trabajo ni esfuerzo, es el enemigo al fin y al cabo. Un sectario no te acompaña, te vigila, te audita, te valora o juzga…hasta que detecte que no eres lo suficientemente bueno para el.  Aunque lo parezca, un sectario nunca podrá ser un amigo, mucho menos un camarada, su afinidad dura poco, siempre buscará motivos para sentirse traicionado o para la sospecha. El sectario es como el caballo de Atila, por donde pasa no vuelve a crecer la hierba. Jamás trates de convencer a un sectario, sus argumentos van más allá de la lógica, son convicciones casi religiosas que le habrá chivado al oído algún ser superior. El grupo no está hecho para el sectario, el sólo puede trabajar para si mismo. Todos y todas conocemos a algún sectario, en la familia, el trabajo, entre tus amigos o en tu grupo, están ahí, observándonos, apuntando nuestras “malas acciones” por si tenemos que ser objeto de algún juicio sumarísimo. Tengo esperanza de que la vida se convierta en mi cedazo natural y que me ayude a separar el buen grano del polvo.        

martes, 19 de junio de 2012

Un golpe a la griega


Seamos sinceros, lo del domingo en Grecia fue un golpe de los mercados en toda regla. La posibilidad de que la verdadera izquierda ganara, aglutinada en torno a Syriza,  levantó la furia neoliberal. Por boca de sus voceros se  auguró todo tipo de males para Grecia en el caso de cometer el grave pecado de votar a una organización política “no autorizada” por el capital.
Si nos quedaba alguna duda, ahora nos queda más claro que vivimos una democracia absolutamente supervisada para mantener intacto el capitalismo. Con ellos todo, contra ellos nada parecen decir los titulares periodísticos que saludaron la victoria de la derecha griega, la del mismo partido que provocó el desastre económico, político y social que ha dejado al país heleno en bancarrota.
Ahora los corruptos son los salvadores, todo vale mientras se evite que los militantes de izquierda, ecologistas, feministas, internacionalistas… entren a ensuciar sus alfombras con nuevas ideas y propuestas. A pesar de los anuncios apocalípticos un 26% de los griegos votó con esperanza e ilusión en un cambio que, por desgracia, no ha sido posible. No se que hubiese pasado de haberse dado otro resultado, probablemente ahora tendría más motivos aun para escandalizarme.
No es nuevo, en su democracia plástica sólo se admite elegir y pensar en una estrecha franja de pensamiento que sólo puede moverse unos pocos milímetros de eso que ellos consideran centro. Por eso aplauden con las orejas esas posibles uniones de socialdemócratas y demócratas liberales, jugando al capicúa político, para salvar Grecia, a mayor gloria del gran capital.
Esto no es nada nuevo, sólo que antes solía pasar en eso que conocemos como Tercer Mundo. Recuerdo bien como viví las elecciones argelinas en las que ganaron los islamistas del FIS con una importante mayoría. A Francia y al resto de potencias europeas la decisión del pueblo se la trajo al pairo directamente, en apenas 24 horas articularon un golpe de estado que borró de un plumazo la decisión soberana de los argelinos y hundió el país en una guerra civil brutal, de la que Europa sólo se preocupó de limpiarse los pies frente a las pateras de refugiados, devueltos de manera inmisericorde al avispero creado por ellos mismos.     
Mientras Merkel parece sacarle brillo en Europa a ese lema nazi que recibía a los judíos y otros “indeseables” políticos y sociales que decía Arbeit macht frei, “el trabajo les hará libres” en el la cuna de la democracia la soberanía popular  languidece, a punto de ser sustituida por una simple  y gris gestoría, ¡para que más!.

domingo, 10 de junio de 2012

Compañeros milenarios: Los guirres de Canarias

Estudios genéticos recientes demuestran que el guirre, conocido como alimoche en otros lugares, lleva unos 2500 años viviendo en Canarias. Ese dato indica que su arribada a las Islas se produjo al mismo tiempo que la de los primeros canarios y canarias. Nuestro pequeño buitre blanco nos lleva acompañando más de dos milenios, siguiendo los rebaños de cabras y ovejas de los primeros pastores. En el siglo XIX los viajeros europeos lo describían como uno de los animales más frecuentes en nuestros cielos, en especial en Tenerife y Gran Canaria. Antes que las palomas domésticas estos buitres limpiaban las calles de la suciedad que esa sociedad generaba y ese fue su papel por mucho tiempo. Hasta los normandos en su crónica de la conquista hablaban de los “pavos blancos” que limpiaban de restos orgánicos los antiguos poblados majos y majoreros. Sus últimos descendientes murieron en las dos Islas centrales en torno a 1987, hace muy poco. Nos abandonaron después de acompañarnos tanto tiempo, un espacio tan largo que los ha convertido en la primera especie salvaje constatada que se ha modificado genéticamente en esta convivencia con los humanos, constituyendo una subespecie propia, diferenciada de sus hermanos continentales. Hoy sólo los cielos de Lanzarote y sobretodo Fuerteventura acogen a los últimos guirres canarios. Ojalá nos sigan acompañando muchos miles de años más.