Estudios genéticos recientes demuestran que el guirre, conocido como alimoche en otros lugares, lleva unos 2500 años viviendo en Canarias. Ese dato indica que su arribada a las Islas se produjo al mismo tiempo que la de los primeros canarios y canarias. Nuestro pequeño buitre blanco nos lleva acompañando más de dos milenios, siguiendo los rebaños de cabras y ovejas de los primeros pastores.
En el siglo XIX los viajeros europeos lo describían como uno de los animales más frecuentes en nuestros cielos, en especial en Tenerife y Gran Canaria. Antes que las palomas domésticas estos buitres limpiaban las calles de la suciedad que esa sociedad generaba y ese fue su papel por mucho tiempo. Hasta los normandos en su crónica de la conquista hablaban de los “pavos blancos” que limpiaban de restos orgánicos los antiguos poblados majos y majoreros. Sus últimos descendientes murieron en las dos Islas centrales en torno a 1987, hace muy poco. Nos abandonaron después de acompañarnos tanto tiempo, un espacio tan largo que los ha convertido en la primera especie salvaje constatada que se ha modificado genéticamente en esta convivencia con los humanos, constituyendo una subespecie propia, diferenciada de sus hermanos continentales.
Hoy sólo los cielos de Lanzarote y sobretodo Fuerteventura acogen a los últimos guirres canarios. Ojalá nos sigan acompañando muchos miles de años más.
En ocasiones hay testimonios de crímenes que sobreviven, incluso cuando víctimas y ejecutores ya no estén. El papel del coronel José Cáceres Sánchez en las conocidas como Brigadas del Amanecer quedó descrito con detalles estremecedores por uno de los participantes en esas madrugadas en las que presos republicanos eran lanzados en sacos en el océano, frente a la costa tinerfeña. En un documento poco conocido, el patrón de estos barcos de la muerte, Antonio Martín Brito, describió el ritual de muerte y lo que pudo ver, gracias a una fuga de película. Antonio, conocido en el pueblo como Morín, había nacido en Igueste de San Andrés en mayo de 1905 (1) y vivía en el pueblo pesquero de San Andrés. Seguramente ese entorno facilitó que se acercara al mundo del mar y a la navegación, dedicándose a la pesca, según cuenta el expediente judicial abierto contra él por los franquistas. Nunca tuvo demasiado interés por la política, más bien al contrario. El hambre y la miseria le había llevado a pro...
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