Rendición de los menceyes en el fresco del Ayuntamiento de La Laguna En 1587 los regidores del Cabildo tinerfeño, Cristóbal Trujillo de la Coba y Gaspar Yanes Delgado, trataron de acabar con la tradición de que los descendientes de los guanches llevaran las andas de la virgen de Candelaria en el día de su festividad. Esto generó casi de motín en un territorio donde los descendientes de la población precolonial eran mayoría, más aún cuando estos insultan a los naturales llamándolos “guanches de baja suerte”. Posiblemente no esperaban que esos guanches les volvieran a ganar la batalla. Después de casi un siglo de ataques, esclavitud y un proceso de aculturación rápido y duro, cambiando de religión, olvidando su lengua y modificando sus costumbres. En esa sociedad nueva, reivindicarse guanche o descendiente de guanche no era nada fácil, más bien al contrario. Llama la atención como uno de los pocos privilegios de los descendientes de guanches les hiciera tener que identificarse como tales...