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Mostrando las entradas etiquetadas como guanches

La aculturación del mundo guanche y el pleito de los naturales

Rendición de los menceyes en el fresco del Ayuntamiento de La Laguna En 1587 los regidores del Cabildo tinerfeño, Cristóbal Trujillo de la Coba y Gaspar Yanes Delgado, trataron de acabar con la tradición de que los descendientes de los guanches llevaran las andas de la virgen de Candelaria en el día de su festividad. Esto generó casi de motín en un territorio donde los descendientes de la población precolonial eran mayoría, más aún cuando estos insultan a los naturales llamándolos “guanches de baja suerte”. Posiblemente no esperaban que esos guanches les volvieran a ganar la batalla. Después de casi un siglo de ataques, esclavitud y un proceso de aculturación rápido y duro, cambiando de religión, olvidando su lengua y modificando sus costumbres. En esa sociedad nueva, reivindicarse guanche o descendiente de guanche no era nada fácil, más bien al contrario. Llama la atención como uno de los pocos privilegios de los descendientes de guanches les hiciera tener que identificarse como tales...

Niños esclavos de las antiguas afortunadas

En el año 1494 el mercado de esclavos de Valencia era un hervidero. Uno de los negocios más terribles y antiguos de la humanidad mantenía una febril actividad en el puerto mediterráneo. Barcos aragoneses, portugueses, genoveses y castellanos llegaban cargados de mercancía humana, berberiscos, negros del golfo de Guinea y también muchos niños y niñas procedentes de Canarias. Según los estudios de la investigadora Vicenta Cortés, entre 1493 y 1496 se desarrollaron los años de mayor llegada de esclavos guanches, palmeros y canarios al mercado esclavista valenciano gracias a la generosa colaboración de Alonso Fernández de Lugo. Con frío protocolo y con cierto detalle los escribanos dejaron registrados estas ventas de menores esclavos que huían de la guerra y caían en manos de los piratas europeos que asolaban las costas isleñas y que veían en estas jóvenes presas un negocio fácil y seguro. Sus nombres, vivos hoy en nuestros pueblos y barrios, quedaban apuntados mecánicamente junto con ...