En las últimas semanas hemos sido testigos de una insurrección indígena en Perú que fue brutalmente reprimida. Ayer me llegaban noticias del intento de golpe militar que se estaba preparando contra el presidente electo de Honduras por querer establecer alianzas con otros Estados de izquierda de la zona y apoyar al ALBA. Ante estos hechos no puedo dejar de recordar al EZLN y como el 1 de enero de 1994 le aguaron la fiesta al imperialismo mundial que estaba aún de borrachera por la caída del “telón de acero”. Fue la primera resaca de las muchas que vendrían después. Esa mañana, cuando tomaron pacíficamente San Cristóbal de las Casas, capital de Chiapas, el mismo día que entraba en vigor el tratado de Libre Comercio con los EE.UU. para muchos fue como si tras el humo de los escombros de la caída soviética que había cubierto el cielo de la izquierda mundial una lucecita hubiese vuelto a relumbrar en el firmamento. Los indígenas mexicanos que habían sido los grandes olvidados del capitalism...