domingo, 21 de julio de 2024

La desaparición de José María Martín Díaz, segundo teniente alcalde de Santa Cruz de Tenerife en 1936

La violencia franquista se desató con toda su crudeza, incluso contra los perfiles más moderados del republicanismo. José María Martín Díaz es un ejemplo de ello. El que fuera segundo teniente de alcalde de Santa Cruz de Tenerife durante el último gobierno republicano sufrió la misma pena que tantos otros, fue desaparecido, igual que su compañero de filas políticas y alcalde, José Carlos Schwartz.

No sabemos bien qué edad tenía, ni siquiera he encontrado testimonio de sus estudios o el nombre de sus familiares. Lo cierto es que era un joven activo social y políticamente. En 1928 nos encontramos que es elegido como vocal del Consejo del Alto Patronato en la capital tinerfeña, por parte del Consejo nacional de los Exploradores de España (1), lo que actualmente llamaríamos scouts. Estos grupos juveniles habían tomado cada vez mas relevancia social vinculados con los hábitos saludables.

Con la llegada de la II República la labor de José María se vincula a la actividad política y específicamente con el sector del republicanismo moderado de izquierdas, ligado especialmente con los sectores de la pequeña burguesía tinerfeña. Uno de estos partidos es el Partido Radical Socialista, que se constituye en la Isla en el verano de 1931 en clara competencia con el más conservador Partido Republicano Tinerfeño (2). En 1932 es nombrado vocal del Partido Radical Socialista, presidido en ese momento por Francisco González Trujillo (3), que sería también compañero suyo en la última corporación republicana.

La organización política había sufrido intensos altibajos durante los meses posteriores a su conformación, al encontrarse en un espacio político estrecho entre el republicanismo más tradicional y el nicho que ocupaba el Partido Socialista. La nueva organización logrará retomar algo de impulso a partir del mitin celebrado el 30 de septiembre de 1932 en el Parque Recreativo de Santa Cruz en el que tomaron la palabra los diputados de esa minoría en el Congreso “Vargas, Cano Coloma y Ballester Gonzalvo”. Otro de los destacados participantes en ese mitin será el intelectual y abogado, Luis Rodríguez Figueroa (4), que ayudará a avanzar en un discurso más izquierdista y laicista.

En noviembre de ese año ya hay cierta expansión organizativa. Su comité local en Granadilla convoca un mitin en el que, además de las figuras más importantes de la organización, Como Luis Rodríguez Figueroa, Marcelino Domingo o Domingo Pérez, interviene José María Martín, abordando “la política realizada por el partido radical y el gobernador civil” (5).

El Partido Radical Socialista celebrará el 29 de octubre de 1933 su Congreso Provincial. Luis Rodríguez Figueroa es destacado como uno de sus líderes, sumándose a la directiva el  periodista Luis Álvarez Cruz, Domingo Pérez, el que fuera alcalde de Tegueste, Emilio Rivero, y es reelegido como miembro del comité provincial nuestro protagonista (6). En ese congreso deciden apoyar la fórmula electoral de Bloque de Izquierdas, concurriendo a las elecciones de ese año junto con el PSOE y Acción Republicana, entre otras fuerzas (7).

En 1934 José María Martín es elegido por el Ayuntamiento capitalino como vocal de la Comisión Inspectora de la Oficina Local de colocación obrera, que atendía la situación de paro de muchos trabajadores del municipio. Le acompañará en sus funciones otro futuro concejal chicharrero del Frente Popular, el poeta Nicolás Mingorance (8).

Sobre su vida personal no podemos saber mucho. Estaba casado y en noviembre de 1934 nacerá una hija (9). Con respecto a su labor profesional solo sabemos que en esos años trabajaba en la calle La Marina de la capital tinerfeña, donde ejercía como apoderado de Antonio Acosta, “consignatario de barcos que tiene, entre otras compañías, la J. Lauritzen, de Copenhague”. Sobre la compañía, el propio José María responde a una entrevista que la empresa en la que trabaja “posee barcos para llevar frutos al norte de África. En diversas ocasiones, de regreso, vienen de Dinamarca con mercancías danesas” (10).

El año de la victoria del Frente Popular será el de mayor actividad política de nuestro protagonista. Su organización, integrada en Izquierda Republicana, participará activamente en la contienda electoral. El primero de enero de 1936 a las once de la mañana ofrecerá un mitin en La Esperanza, lo hará acompañado de Luis Rodríguez Figueroa y el también abogado, José Carlos Schwartz (11). No será el único mitin en el que tomará parte animando a votar al Frente Popular. Pasará por El Sobradillo, Tegueste, Adeje o San Andrés, compartiendo escenario con otras figuras de la izquierda tinerfeña como el socialista Pedro García Cabrera, el abogado Benigno Mascareño o Emilio Rivero.
Con la victoria electoral llegan otros compromisos. A José María lo eligen dentro de los ocho miembros de Izquierda Republicana que formarán parte del gobierno chicharrero, junto a otros seis ediles socialistas, cinco de Unión Republicana y tres comunistas. Es elegido por 19 votos segundo teniente de alcalde en el gobierno dirigido por su compañero José Carlos Schwartz (12). Le corresponderá participar de la Comisión de Hacienda y del Consejo Local de Enseñanza (13).

Otra importante labor encomendada a Martín es la de colaborar con las gestiones del nuevo Gobernador Civil, Manuel Vázquez Moro, al que acompañará desde su llegada a la Isla. Gracias a eso tenemos la única imagen que he podido encontrar de nuestro protagonista.

En marzo acompaña al nuevo Gobernador a su visita a varios pueblos del Norte de Tenerife, donde compartirá un mitin en el balcón del Ayuntamiento del Realejo Alto. Según la crónica periodística: “toda la concurrencia se trasladó a las Casas Consistoriales, desde cuyo balcón pronunciaron discursos los señores Martín, Schwartz y Vázquez Moro ante el numeroso público que se hallaba congregado frente al edificio municipal” (14).

Entre los meses de abril y julio, José María Martín será una figura habitual de los procesos de negociación sindical y social en los que los representantes del Gobierno Civil ejercían de mediadores. Es designado delegado de la máxima autoridad isleña en la resolución del conflicto del personal de los viveros que van a la costa de África (15). También hará lo propio en las negociaciones del sector de las artes gráficas en la provincia, afirmándose que “actuando con gran ponderación y espíritu de imparcialidad, logró armonizar los deseos del gremio y los intereses patronales” (16).

En el mes de mayo se celebra la asamblea de Izquierda Republicana en Santa Cruz de Tenerife, en la que es designado junto a Elías Zerolo como representantes locales en la próxima asamblea insular de la formación política (17).

Uno de los momentos de mayor relevancia fue en el que, ostentando la alcaldía accidental, debe intervenir en la subida descontrolada de los precios de la carne. Según describe la prensa, “en vista de la actitud inconsulta de los industriales carniceros, elevando el precio de la carne de consumo, sin previa discusión acerca de su necesidad con las autoridades competentes”, se les impone una sanción de 500 pesetas a cada uno. Además se fija que “las cantidades recaudadas de más por dichos industriales en los días de vigencia de las nuevas tarifas impuestas a su capricho, sean puestas a disposición de la Alcaldía para ser destinadas al fondo contra el paro obrero” (18). Sin duda esa respuesta frente a uno de los poderes económicos locales pasaría a estar en el listado de los agravios que le costaría la vida a nuestro protagonista.

Uno de los grandes problemas de ese momento en la capital tinerfeña es el de la vivienda. Ese asunto ya había provocado una gran huelga en el año 1933, que sin duda dejó una honda huella. El nuevo gobierno municipal trató de abordar esa realidad, ya que según el edil, Óscar Pestana, Tenerife es “el sitio de España donde la vivienda es más cara”. A este respecto “los señores Martín Díaz, Reverón y Rodríguez Guanche, en nombre de las minorías de Izquierda Republicana, Unión Republicana y Comunista, se adhieren a las manifestaciones”, realizadas por Pestana y se les nombra para acudir a las asambleas del Sindicato de Inquilinos, para tratar de buscar soluciones (19).

La convivencia de la diversidad ideológica dentro del gobierno local del Frente Popular se hace evidente, tal y como se deduce de ciertos debates plenarios en los que Martín también participa. Sucede en las fechas posteriores a las grandes movilizaciones obreras del primero de mayo, en el debate sobre cómo abordar las provocaciones del general Franco, que ubicó retenes militares en varios puntos de la Isla. Martín Díaz dijo que “el Comité del Frente Popular había acordado no tratar esta cuestión en el Ayuntamiento, indicándose a los Diputados que la promovieran en el Congreso, interpelando sobre el particular. Pero en vista que la cuestión se ha traído al Ayuntamiento, si no en la forma, si en el fondo se suma en nombre de Izquierda Republicana a todo lo manifestado” (20). Este acuerdo, donde se pedía el cese del general, también tendrá una graves consecuencias posteriores para alguno de los que participaron en él, igual que en otros gobiernos locales.

También será intenso el debate plenario sobre la gestión del paro obrero, que a propuesta de los concejales del PCE se proponía abordar también desde el ámbito local. Martín en nombre de Izquierda Republicana manifestó que “deseaba no se perturbara la marcha del Ayuntamiento con proposiciones que no estaban dentro de su cometido ni tenían eficacia. Está conforme en que hay que abordar el problema del paro, que afecta a toda España, y que ha de ser el Parlamento y el Gobierno los que dicten las leyes oportunas”. La votación de la propuesta fractura el voto del gobierno, incluso de la propia Izquierda Republicana, donde todos menos uno la rechazan, junto con Unión Republicana (21).

Su labor como mediador en diversos conflictos, por designación del Gobernador Civil, seguirá siendo destacada. Participará junto a Vázquez Moro en la Asamblea Agrícola celebrada en La Orotava, enfocada en la crisis que vivía el sector platanero, creándose una comisión donde ejercerá de delegado (22). También participa de la búsqueda de soluciones al conflicto agrícola en San Juan de la Rambla (23), en la huelga agrícola de Tejina (24) o las bases de los empleados agrícolas de La Orotava, La Victoria y Santa Úrsula (25)- De la misma forma, media en el conflicto de los empleados de oficinas mercantiles e industriales, donde se alcanzaron “mejoras en los sueldos de los auxiliares, contables y apoderados, concediéndose al personal femenino los mismos beneficios” (26).

En el mes de junio se celebra el ya mencionado Congreso Provincial de Izquierda Republicana, donde es nombrado secretario. En la dirección también participaban como presidente José Carlos Schwartz, vicepresidente. Antonio Nuñez, vicesecretario, Emilio Rivero, tesorero, Adolfo Hernández, y contador, Adrián Savoie (27).

El 18 de julio todo cambiará de forma dramática. Los debates políticos, los avances laborales y sociales son cortados por un golpe militar fulminante. Todos los responsables políticos republicanos son cesados de inmediato y muchos son sometidos a detención, tortura y en algunos casos desaparición. No es frecuente que aparezcan estas detenciones reflejadas en la prensa, pero en el caso de José María sí se da. Lo hace en un periódico de Las Palmas, es difícil saber si tal vez había buscado un lugar donde ocultarse fuera de la Isla. Lo detienen en octubre, en una noticia donde le acompañan otros presos, Manuel Díaz Valido, Antonio Mejías Ascanio, Diego Quintana· Quintana, José Catalá Santana, Manuel Fernández Hernández, Esteban Machín Martín, Juan Rodríguez Castellano y Fernando Padrón Silva. Desde ese momento se pierde su rastro.
En el expediente del Tribunal de Responsabilidades Políticas, donde se investiga a los cargos públicos del Ayuntamiento capitalino, se acompañan varios documentos en los que se menciona a nuestro protagonista. En el informe remitido por el propio consistorio el 12 de septiembre de 1939 se dice: “pertenecía al partido Izquierda Republicana, del que fue directivo y Secretario del comité de enlace del Frente Popular. Empleado en una casa consignataria de vapores, no se le conocen bienes en esta capital” (28). La Delegación Provincial de Falange también lo califica en dicho expediente como "revoltoso", ya que "en todas las manifestaciones políticas en que intervinieran los partidos integrantes del Frente Popular, figuraba a la cabeza de las mismas". Igualmente indican que mantenía una estrecha amistad con Manuel Vázquez Moro, último Gobernador Civil republicano y con el alcalde José Carlos Schwartz, siendo "detenido en los primeros días del Movimiento Nacional" (29).
En este mismo proceso judicial consta un informe de la Guardia Civil en el que se le señala a juicio de los golpistas como “de mala conducta en todos los órdenes”, indicando además su papel en el Frente Popular, asegurando que era “gran propagandista del mismo, habiendo desarrollado una acción muy intensa en perjuicio de la Patria, por lo que se le considera muy peligroso. Es masón de la Logia Añaza, sin grado, alta en 5 de mayo de 1936. No se le conocen bienes ni fortuna” (30). El mismo expediente, en un informe de la Jefatura del Servicio Nacional de Seguridad de 14 de septiembre de 1939 se indica que se encuentra en paradero ignorado, igual que José Carlos Schwartz, Santiago Albertos y el “ausente” Domingo López Torres, formas de indicar su asesinato.

El Boletín Oficial del Estado del 27 de febrero de 1940 lo menciona entre los que son sometidos a juicio por su pertenencia a los grupos políticos izquierdistas, aunque señala que está “ausente” (31). José María Martín Díaz no volverá a reunirse con sus seres queridos, su nombre forma parte de la larga lista de asesinados por sus ideas, que ojalá algún día podamos saber de forma certera dónde reposan en esa larga ausencia forzada del franquismo, que la democracia no ha sabido resolver del todo.


Fuentes consultadas

  1. La Prensa, 21 de julio 1928, página 3

  2. Cabrera Acosta, M.A. (1991). La II República en las Canarias Occidentales. La Laguna. CCPC p 430

  3. La Prensa. 24 de agosto 1932 p5

  4. La Prensa. 29 de septiembre 1932 p3

  5. La Prensa. 16 de noviembre 1932. p2

  6. La Prensa. 31 de octubre 1933 p2

  7. Cabrera Acosta, M.A. (1991). Op cit. p 434

  8. La Prensa. 28 de octubre 1934. p9

  9. La Prensa. 3 de noviembre 1934. p3

  10. Hoy 10 de noviembre 1935. p8

  11. La Prensa. 1 de enero 1936. p5

  12. La Prensa. 19 de marzo 1936 p2

  13. La Prensa. 20 de marzo 1936 p1

  14. La Prensa. 31 de marzo 1936. p4

  15. La Prensa. 11 de abril 1936. p3

  16. La Prensa. 28 de abril 1936 p1

  17. La Prensa. 3 de mayo 1936 p3

  18. Gaceta de Tenerife. 13 de mayo 1936. p2

  19. La Prensa. 21 de mayo 1936. p1

  20. Medina Sanabria, Pedro. Incidentes del 1º de mayo con las fuerzas militares: https://pedromedinasanabria.wordpress.com/2011/05/25/incidentes-del-1%c2%ba-de-mayo-con-las-fuerzas-militares/

  21. La Prensa. 2 de julio 1936 p2

  22. La Prensa. 19 de mayo 1936 p1

  23. La Prensa. 28 de mayo 1936 p3

  24. La Prensa. 17 de junio 1936. p1

  25. La Prensa. 8 de julio 1936. p1

  26. Gaceta de Tenerife. 13 de junio 1936. p4

  27. La Prensa. 9 de junio 1936. p3

  28. AHPSCT Expediente de Responsabilidades Políticas de Manuel Guadalupe Pérez y otros ES.05.AHPLP/TRRPC.AHPLP-0295//003015108

  29. Idem

  30. Idem

  31. Boletín Oficial del Estado. 27 febrero 1940 p.1022




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