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El porqué a Evo le gustó “Avatar”.


Esta mañana al fin pude cuadrar momento, obligaciones familiares y dinero para poder ir a ver “Avatar”, el nuevo fenómeno cinematográfico que se ha llevado el favor de gran público en las últimas semanas. La película es una obra más de las grandes productoras de Hollywood y su todopoderosa industria, pero a parte de eso creo que los que sepan leer más allá de las potentes imágenes digitales pueden obtener unas interesantes reflexiones sobre el modo de actuar del capitalismo contra los diferentes pueblos del planeta, aunque en este caso trasladados a otro planeta y a la fantasía de James Cameron.
Avatar narra la manera en que una poderosa empresa “multiplanetaria” encuentra un planeta llamado Pandora lleno de vida y con un subsuelo rico en un mineral por el que se pagan enormes sumas de dinero. La empresa ha instalado una mina a cielo abierto como base en el planeta con centenares de ex marines USA contratados como mercenarios para su defensa (curiosamente algunos de ellos fueron veteranos en Venezuela...un poco mosqueante ¿no?). El único problema de la empresa es que el planeta está habitado por tribus de humanoides llamados na`vi que son vistos como un molesto inconveniente para las actividades mineras. Un grupo de científicos y un ex marine parapléjico habitan también las instalaciones dedicados al estudio del planeta y de sus gentes mediante “avatares” creados por manipulación genética imitando perfectamente a los na´vi. La relación entre los científicos y los humanoides será tan estrecha que estos acabarán sumándose a su defensa frente a las agresiones de la empresa y sus mercenarios.
La película recoge algunas cosas de antecesoras a las que sigue y en parte rinde homenaje. No puedes dejar de recordar grandes películas como “Lawrence de Arabia” con su inglés enamorado de los beduinos, el fantástico Richard Harris de “Un hombre llamado caballo”, los misioneros guerreros de “La Misión”, el soldado desubicado de “Bailando con lobos”, el ingeniero yankee de “La selva esmeralda” o el científico aventurero interpretado por Sean Connery en “Los últimos días del edén”.
Desde luego que advierto que en este caso no vas a ver una película de Costa-Gavras o una versión actual de “Novecento” al menos en lo discursivo, sin embargo se dan pequeñas pinceladas de unos personajes que sin desarrollarlos demasiado (no es cine independiente) te puedes identificar con ellos y su lucha en defensa de la madre tierra. La verdad que tal vez sin pretenderlo James Cameron y su equipo nos regalan una película con un trasfondo de crítica a las multinacionales, defensa de los pueblos indígenas, ecologismo o antibelicismo con la que también el presidente de Bolivia, Evo Morales se sintió identificado.
La verdad que me sorprendieron las declaraciones de Evo, al fin y al cabo se trata de una superproducción yankee y a el no cabría encontrarlo en una lista de admiradores del imperio. Sin embargo hoy, al salir del cine, lo comprendí y me sentí reflejado en sus declaraciones. Avatar en su trasfondo narra la historia real de millones de personas que en estos momentos y en este planeta luchan contra grandes empresas y los gobiernos que las respaldan para salvar sus hogares. Si, por desgracia de eso Bolivia sabe mucho, no en balde siendo uno de los países que menos contamina con gases de efecto invernadero ha sido catalogado por organismos internacionales como uno de los más afectados por el cambio climático generado por los países del norte. Los habitantes de Bolivia, en su mayoría pueblos indígenas, han venido sufriendo la desaparición de sus glaciares, la quinta parte de los que había en zonas tropicales del planeta, han sufrido brutales sequías, el saqueo maderero en las zonas selváticas y la hasta hace poco la rapiña de sus riquezas minerales del subsuelo. En ese lugar el indio, el hijo de la Pachamama, era una molestia, un obstáculo que podía ser expulsado o directamente eliminado. Por suerte, al igual que en Avatar los indígenas han reaccionado y han recuperado el poder sobre su tierra colocando por primera vez en su historia reciente a un indígena en el palacio presidencial (aunque Evo resida habitualmente en un modesto piso).
Debemos agradecer a Cameron por haber convertido un alegato ecologista en la película más taquillera de la historia, probablemente haya hecho más labor pedagógica que miles de artículos en la prensa. Yo sinceramente disfruté de esta mañana en el cine e incluso sus actores virtuales me lograron sacar lágrimas y compartir emociones con los na´vi, al fin y al cabo con piel azul, roja, negra o canela todos sabemos bien como se las gastan los poderosos.
Esta semana tendremos nuestro modesto “Avatar” particular en forma de cortometraje llamado “El monstruo del sebadal” que se estrenará este miércoles, dedicada a criticar con fina ironía la destrucción de las praderas de sebas de Granadilla a manos de un puerto industrial más que cuestionado y cuestionable. Aunque no necesites llevar gafas especiales para verla y sea de muy escaso presupuesto merece la pena verla. Al final la fuerza de la imagen puede ser nuestro aliado más poderoso sea quien sea el que las haga.

Trailer de Avatar, para los que todavía no la conozcan.

Documental “Construyendo Dignidad” un impresionante testimonio de la lucha reciente de los indígenas bolivianos en defensa de sus derechos y de la gestación del proceso constituyente que por primera vez en 500 años les ha dado derechos a estos pueblos sobre sus tierras y su destino.

Trailer del Monstruo del Sebadal que se estrena este miércoles a las 20:00 horas en el Salón de Actos de Derecho de la Universidad de La Laguna (Campus de Guajara).

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Me gusta que lo hayas trasladado a un lugar como Bolivia, del que quizá debieramos conocer mucho más de lo que hacemos...
Rubens Ascanio ha dicho que…
Muchas gracias Acuarela, creo que un país tan humilde como Bolivia está dando una lección de dignidad a la humanidad y tod@s deberíamos de tratar de conocer un poco mejor ese trabajo hecho por los excluidos.

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