martes, 21 de octubre de 2008

Una bandera, nuestra bandera.


El 22 de octubre de 1964, hace 44 años, en un documento del Movimiento por la Autodeterminación e Independencia del Archipiélago Canario (MPAIAC) se habló por primera vez de la bandera canaria con siete estrellas y con los colores blanco, azul y amarillo que ya en 1961 en Movimiento Canarias Libre difundió.
Es una bandera joven, pero que en sus pocos años de vida ha sido empuñada en miles de acontecimientos.
En la clandestinidad, en los estudios de La Voz de Canarias Libre, cosidas a mano en las casas de los militantes de izquierda que luchaban por la democracia, el socialismo y la independencia, luciendo sus estrellas en conciertos míticos como el de Pablo y Silvio de la Plaza de Toros, requisadas por la policía, en las manifestaciones de los sindicatos nacionalistas luchando por la dignidad obrera, en los ataúdes de Bartolomé y de Quesada, en las cárceles donde estaban los presos, en los actos de Solidaridad Canaria, en las rutas por los montes, en las manifestaciones por la Amnistía, colgada del Ayuntamiento de Las Palmas de manos del Alcalde de UPC, en la lucha portuaria, en las Universidades, en la batalla y la victoria contra la OTAN, en apoyo a mil y un pueblos porque es una bandera generosa, en la batalla contra los pendones de la conquista, en el barranco de Acentejo, en los Encuentros Juveniles, en mil charlas y debates, en camisetas o llaveros, en las calles contra el Radar o del Puerto de Granadilla, en las manifestaciones por la Paz…y en ataúdes, en demasiados ataúdes.
Es una bandera humilde, del pueblo, de estar pegada en una pared junto a la foto del Che, o protegiendo tú coche, en la Alzada del Estadio o amarrada a una caña de barranco para protestar, para alguno será sólo un trapo pero esta banderita no necesita militares para izarla, bandas de música o lujosos mástiles… para muchos es un símbolo que nos une con un pasado de lucha y con el futuro de libertad que estamos por conquistar.
De momento ha ganado un espacio en el sentimiento y el corazón de miles de canarios/as que ven en ella una seña de identidad que nadie puede robar o secuestrar, no es para agredir, sino para unir, unirnos libremente a un planeta que espera a estas siete islitas en libertad.
Feliz día de la bandera.

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