lunes, 19 de mayo de 2025

Los años entre rejas de Florisel Mendoza

Florisel Mendoza fue detenido una vez más casi al mismo tiempo que los nazis se rendían a las tropas aliadas, el 8 de mayo de 1945. Este joven palmero había vivido casi diez años afrontando vivencias difíciles de imaginar. En 1932 había ayudado a conformar el PCE en La Palma, junto a figuras como Imeldo Guerra, José Migue Pérez, los hermanos Calero o Manuel Sanjuan (1). Sentían que las injusticias del mundo debían enfrentarse con todos los recursos disponibles. Su hermano, Néstor Mendoza, era tabaquero en Tenerife, donde se había acercado a los ideales anarquistas y a la CNT, sindicato mayoritario en su sector.

Tenía solo veintiún años cuando llegó el 18 de julio de 1936, participando de la resistencia de su Isla, que logró mantenerse bajo control del gobierno legítimo durante una semana, sin la menor represalia contra los sectores conservadores. Con la llegada de los militares y falangistas a bordo del cañonero Canalejas casi trescientos tuvieron que huir al monte. Empezaban las detenciones, los fusilamientos y las desapariciones. Él y otros compañeros resistieron en unas duras condiciones, escondiéndose en lugares remotos y con alguna ayuda de simpatizantes y amistades.

Republicanos palmeros alzados en los montes tras el 25 de julio de 1936
La venganza fue absolutamente salvaje. Él mismo la describió para el periódico La Libertad, en abril de 1937, diciendo que fue “una persecución enconada, en la que se empleó todos los medios, hasta el de amenazar a los campesinos con volar la casa donde se hallara a un huido con consentimiento o conocimiento del dueño, sin que éste lo denunciara, fueron aprehendidos unos antifascistas; se entregaron otros, porque para obligar a la entrega se apresaba a los familiares” (2).

Florisel logró permanecer casi cinco meses oculto, junto a otros ocho antifascistas, que se mantuvieron en la zona de Mazo. Milagrosamente consiguieron escapar de la Isla en una de las fugas más destacadas, usando un pequeño barco pesquero, llamado Añaza, con el que lograron huir en enero de 1937. Desde La Palma navegaron por el Atlántico hasta llegar a Mauritania y desde allí pasaron por Dakar y pudieron unirse a la defensa de la República. Este viaje a la libertad lo hizo en compañía de Jacobo y Domingo Calero Labesse, Juan Rodríguez Acosta, Manuel Brito García, Ernesto Pérez Martín, Francisco Pérez Triana, Gregorio de Paz Pérez y Manuel Azcárate Marina (3). Comunistas, socialistas y anarquistas, tantas veces enfrentados en el pasado, juntos en su lucha por la libertad. Llegaron a Valencia el 6 de marzo de 1937, el mismo día fusilaban a su hermano Néstor en Santa Cruz de Tenerife.

Su papel en esta etapa fue el de apoyar las labores de defensa militar de Madrid, en Atocha y en la 8ª División, mandada por el gomero, Guillermo Ascanio, donde llegó a ejercer de Director de la Escuela de Delegados Políticos (4). Con el final de la guerra tuvo que huir nuevamente, esta vez a Alicante, donde no pudo tomar ningún barco y fue atrapado por los franquistas, como tantos otros miles.

Hasta noviembre de 1942 permaneció pasando por cárceles y batallones de trabajadores forzados, hasta que recuperó su libertad y volvió a Canarias. No pudo disfrutar demasiado de su nueva situación. En las cárceles ya había formado parte de los grupos clandestinos que trataban de recomponer el Partido Comunista, a pesar de los riesgos evidentes. En Gran Canaria, Tenerife y La Palma intentó contactar y retomar la labor junto a algunos viejos compañeros de militancia. Las noticias que llegaban de Europa empezaron poco a poco a trasladar como los alemanes y los fascistas italianos sufrían cada día más reveses. Las tropas del ejército rojo avanzaban de forma imparable por el Este y la idea de que con la caída de Hitler y Mussolini acabaría el franquismo floreció en muchos corazones. El deseo a un futuro que creían que podrían alcanzar les hizo ser más atrevidos y atrajo a nuevos activistas.

Desde la clandestinidad trataban de repartir materiales políticos y trasladar informes al exterior sobre unas Islas que vivían en una situación de gran miseria, con unas condiciones laborales humillantes y con un dominio social salvaje. El 8 de mayo de 1945 fue detenido por la Guardia Civil, siendo sometido a torturas por el guardia implicado en los Sucesos de Hermigua, José Garrote. Lo recordó en sus memorias, “me preguntaba por su nombre y yo respondía negativamente, taponazo que te pego” (5). El reparto de unos simples folletos por compañeros de su organización le trajo unas duras consecuencias. Su vida volvió a quedar entre las rejas de las prisiones franquistas, desde Cádiz a Burgos, de donde salió en libertad provisional en 1948. Qué diferencia a lo que en esas mismas fechas vivían tantos militantes de la resistencia y de los partisanos antifascistas, que eran honrados y recibían justos homenajes por media Europa. Franco sería utilizado por parte de los aliados que lucharon contra los nazis, a esas potencias que se llenaban la boca hablando de democracia y libertad les venía bien su fervoroso anticomunismo.

No tardó en tratar de retomar su labor política, intentando reconstituir el Partido en La Palma poco después de ser liberado, aunque sin conseguir un grupo de personas para ello (6). Parecía que la represión y el miedo había ganado la batalla. Cuatro años después de salir de prisión por última vez, haría la ruta de tantos de su generación, cruzando el océano hasta Venezuela. Allí permaneció hasta 1977, cuando al fin pudo volver a una tierra donde podía defender sus ideales y valores en cierta libertad, dejándonos muchos testimonios de su vida y siendo una figura muy presente en los homenajes a las víctimas de la dictadura.

Fuentes utilizadas

  1. Cabrera Acosta, Miguel Ángel. La II República en las Canarias Occidentales. Santa Cruz de Tenerife. 1991. pp 270-271

  2. La Libertad. 30 de abril de 1937. p2

  3. Medina Sanabria, Pedro. Canarias dominada por el fascismo: https://pedromedinasanabria.wordpress.com/2013/08/02/canarias-dominada-por-el-fascismo/

  4. Mendoza, Florisel. Con los parias de la tierra. Memorias. Centro de la Cultura Popular Canaria. Santa Cruz de Tenerife. 2004. p77-79

  5. Idem p99

  6. Barreto Martín, Eduardo. La represión franquista en La Palma. TFG Universidad de Salamanca. Julio 2022. p37



No hay comentarios: