Tenía solo veintiún años cuando llegó el 18 de julio de 1936, participando de la resistencia de su Isla, que logró mantenerse bajo control del gobierno legítimo durante una semana, sin la menor represalia contra los sectores conservadores. Con la llegada de los militares y falangistas a bordo del cañonero Canalejas casi trescientos tuvieron que huir al monte. Empezaban las detenciones, los fusilamientos y las desapariciones. Él y otros compañeros resistieron en unas duras condiciones, escondiéndose en lugares remotos y con alguna ayuda de simpatizantes y amistades.
Florisel logró permanecer casi cinco meses oculto, junto a otros ocho antifascistas, que se mantuvieron en la zona de Mazo. Milagrosamente consiguieron escapar de la Isla en una de las fugas más destacadas, usando un pequeño barco pesquero, llamado Añaza, con el que lograron huir en enero de 1937. Desde La Palma navegaron por el Atlántico hasta llegar a Mauritania y desde allí pasaron por Dakar y pudieron unirse a la defensa de la República. Este viaje a la libertad lo hizo en compañía de Jacobo y Domingo Calero Labesse, Juan Rodríguez Acosta, Manuel Brito García, Ernesto Pérez Martín, Francisco Pérez Triana, Gregorio de Paz Pérez y Manuel Azcárate Marina (3). Comunistas, socialistas y anarquistas, tantas veces enfrentados en el pasado, juntos en su lucha por la libertad. Llegaron a Valencia el 6 de marzo de 1937, el mismo día fusilaban a su hermano Néstor en Santa Cruz de Tenerife.
Su papel en esta etapa fue el de apoyar las labores de defensa militar de Madrid, en Atocha y en la 8ª División, mandada por el gomero, Guillermo Ascanio, donde llegó a ejercer de Director de la Escuela de Delegados Políticos (4). Con el final de la guerra tuvo que huir nuevamente, esta vez a Alicante, donde no pudo tomar ningún barco y fue atrapado por los franquistas, como tantos otros miles.
Hasta noviembre de 1942 permaneció pasando por cárceles y batallones de trabajadores forzados, hasta que recuperó su libertad y volvió a Canarias. No pudo disfrutar demasiado de su nueva situación. En las cárceles ya había formado parte de los grupos clandestinos que trataban de recomponer el Partido Comunista, a pesar de los riesgos evidentes. En Gran Canaria, Tenerife y La Palma intentó contactar y retomar la labor junto a algunos viejos compañeros de militancia. Las noticias que llegaban de Europa empezaron poco a poco a trasladar como los alemanes y los fascistas italianos sufrían cada día más reveses. Las tropas del ejército rojo avanzaban de forma imparable por el Este y la idea de que con la caída de Hitler y Mussolini acabaría el franquismo floreció en muchos corazones. El deseo a un futuro que creían que podrían alcanzar les hizo ser más atrevidos y atrajo a nuevos activistas.
Desde la clandestinidad trataban de repartir materiales políticos y trasladar informes al exterior sobre unas Islas que vivían en una situación de gran miseria, con unas condiciones laborales humillantes y con un dominio social salvaje. El 8 de mayo de 1945 fue detenido por la Guardia Civil, siendo sometido a torturas por el guardia implicado en los Sucesos de Hermigua, José Garrote. Lo recordó en sus memorias, “me preguntaba por su nombre y yo respondía negativamente, taponazo que te pego” (5). El reparto de unos simples folletos por compañeros de su organización le trajo unas duras consecuencias. Su vida volvió a quedar entre las rejas de las prisiones franquistas, desde Cádiz a Burgos, de donde salió en libertad provisional en 1948. Qué diferencia a lo que en esas mismas fechas vivían tantos militantes de la resistencia y de los partisanos antifascistas, que eran honrados y recibían justos homenajes por media Europa. Franco sería utilizado por parte de los aliados que lucharon contra los nazis, a esas potencias que se llenaban la boca hablando de democracia y libertad les venía bien su fervoroso anticomunismo.
Fuentes utilizadas
Cabrera Acosta, Miguel Ángel. La II República en las Canarias Occidentales. Santa Cruz de Tenerife. 1991. pp 270-271
La Libertad. 30 de abril de 1937. p2
Medina Sanabria, Pedro. Canarias dominada por el fascismo: https://pedromedinasanabria.wordpress.com/2013/08/02/canarias-dominada-por-el-fascismo/
Mendoza, Florisel. Con los parias de la tierra. Memorias. Centro de la Cultura Popular Canaria. Santa Cruz de Tenerife. 2004. p77-79
Idem p99
Barreto Martín, Eduardo. La represión franquista en La Palma. TFG Universidad de Salamanca. Julio 2022. p37
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