Nada
fue igual para los hermanos Guetón, Manlio, Elio, Layo, Hostilio,
Orlando y Arnaldo desde que ese verano de 1936 el fascismo entrara
como un huracán en sus vidas, un suceso que destrozó a la Rodríguez
Melo. Los hijos de Luis Rodríguez Figueroa, uno de los más
brillantes intelectuales canarios de su generación, se habían
criado en una familia con profundos valores republicanos, en un hogar
con amor y miles de libros, que los animaba a estudiar, a mantener
hábitos saludables y a tener una mirada crítica. Podían haber sido
parte de la élite protegida isleña, de quienes se beneficiaban de
las miserias ajenas, pero optaron por ser coherentes con sus valores,
a pesar del coste.
Eran
unos jóvenes vitalistas, amantes del deporte y con un futuro más
que prometedor, que tenían claro que querían un futuro más justo,
donde la pobreza o las injusticias no tuvieran lugar. Hostilio, según
la memoria de su hermano Elio, tuvo un papel importante en la toma de
conciencia de varios de sus hermanos, siendo afiliado a la Federación
Obrera lagunera y militante comunista (1), participando en el mitin
comunista celebrado en Aguere en noviembre de 1933. En un garaje que
formaba parte del domicilio familiar, Guetón
Rodríguez, el hijo mayor, estableció en junio de 1936 la sede lagunera de
Socorro Rojo, organización de apoyo a las familias obreras. Este
joven, culto y cosmopolita, también era presidente del Comité
Insular Pro-Olimpiada Popular, un proyecto de olimpiada obrera y
revolucionaria que debía celebrarse ese mismo verano en Barcelona
(2).
En
octubre de 1934, en ese mismo garaje, se habían formado las
Juventudes Comunistas laguneras, donde militaron Elio y Layo, junto a
otros jóvenes laguneros (3). Ellos fueron los encargados de recibir
en el muelle de Santa Cruz a su compañero de las juventudes, el gran
canario que sería poeta y futuro premio Canarias, Agustín Millares
Sall (4). En ese mismo año otro de los hermanos, Manlio Rodríguez,
había sido elegido tesorero de la Federación Universitaria de
Estudiantes (5), aunque también militó en las filas del Partido
Socialista, ligado a la figura de Largo Caballero (6).
El
18 de julio de 1936 se desataron los odios de quienes veían en
cualquier cuestionamiento del orden establecido un riesgo para sus
beneficios e intereses. Al diputado Luis Rodríguez Figueroa lo
lanzaron al océano por la zona de Jagua. Guetón, tras pasar por la
prisión flotante y Fyffes, corrió la misma suerte, unos dicen que
muerto apaleado en un sótano de La Laguna, otros que lanzado al
mismo mar que su padre, pero que en la barca logró atrapar con sus
brazos a uno de sus verdugos y llevárselo al fondo del mar (7).
Hostilio Rodríguez
A
Manlio lo detuvieron y pasó por varios penales y manicomios,
sometiéndolo a todo tipo de terapias brutales, hasta que sus
hermanos lograron que pudiera ser trasladado a Colombia, donde
estaban refugiados (8). Layo Rodríguez había logrado terminar sus
estudios de náutica apenas un mes antes del golpe. Fue detenido el
mismo 18 de julio y llevado a los barcos prisión del puerto
chicharrero. Junto con dos decenas de militantes de izquierdas
considerados especialmente peligrosos fue llevado a Villa Cisneros,
desde donde logró escapar en 1937 en la gran evasión del Viera y
Clavijo, pasando posteriormente por la Guerra Civil, colaborando en
las tareas bélicas hasta el final de la misma. Elio, que también
logró huir de Canarias y estudiaba medicina en Madrid, además de
apoyando al gobierno legítimo.
Hostilio
estaba estudiando derecho internacional en Londres cuando el golpe
militar. Decidió incorporarse a la lucha en defensa de la República,
acudiendo a Madrid, en donde acompañará a Guillermo Ascanio en la
conformación del Batallón Canarias, participando activamente en la
defensa de la capital.
Con
el final de la guerra y la derrota republicana los hermanos Layo,
Hostilio y Elio deberán refugiarse en Francia, pasando por las duras
condiciones de los campos de concentración creados para alojar a
varios cientos de miles de refugiados (9). Los tres lograrán
colaborar con otro grupo de isleños para comprar una embarcación
muy precaria y cruzar el Atlántico, para lograr refugio en Colombia,
antes de que la II Guerra Mundial les atrapara. Aun así, a pesar de
lo vivido, Elio cuenta que participó en la nueva Guerra colaborando
con los ingleses en la liberación del Norte del África, y después
en la defensa del gobierno de Arbenz en Guatemala y en la Revolución
cubana, igual que Hostilio.
Poco
les había quedado en Canarias, su hogar, Villa Loreto, había sido
incautado y saqueado. El retorno a las islas de Elio y Hostilio será
en la década de los setenta, aunque el último vivirá el fin de sus
días en Colombia, donde tenía familia de los años de exilio. Elio
dejará el PCE y en sus últimos años de vida en Canarias formó
parte del movimiento independentista canario, dejando algunos
testimonios de su vida y obra en ese largo camino vital.
Fuentes
utilizadas
Millares,
Sergio. Hostilio Rodríguez, jefe del batallón Canarias en el bando
republicano. Revista Canarii. Nº5 octubre 2007 p12
Studer
Villazán, Luana et al (2012) En Rebeldía. Once desaparecidos de La
Laguna durante la Guerra Civil en Tenerife. Le Canarien ediciones.
Santa Cruz de Tenerife. P145
Entrevistamos
a Elio Rodríguez Figueroa:
http://elcanario.net/Articulos/entrevistaaeliorf2.htm
Canarias
educación. 1 de junio de 1987 p28
La
Prensa 12 de mayo de 1934 p4
López
Felipe, Francisco. Manlio Rodríguez, o como volver loco a un
Figueroa. Gaceta
de Canarias 7 de mayo de 2000 p108-109
Studer
Villazán, Luana et al (2012). Op cit p 149-151
López
Felipe, Francisco (2000) Op cit
Millares,
Sergio (2007) Op cit
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