lunes, 23 de febrero de 2009

And the Oscar´s goes to....


Chico, no se que me pasó anoche, echado en la camita, con el pijama puesto y la radio a media voz, a través de los auriculares, me quedé escuchando la ceremonia de los Oscars. Es cierto que es una americanada, pero para los que nos gusta el cine es sin duda uno de los premios a tener en cuenta de ese mundillo, además un motivo de alegría es que este año premiaron películas con cierto contenido ético y político.
Entre Oscar y Oscar iba cabeceando directo a los brazos de Morfeo y no se si por el sueño o pesadilla me surgió, entre la bruma del sueño, una ceremonia onírica de Oscars canarios (debe ser influencia de nuestro Oscar...Domínguez).
En un escenario lleno de lentejuelas doradas aparecía alumbrado por un foco y con un smoking brillante un presentador, acento canario y bembudo...ños, igualito que en la gala de la Reina del Carnaval de Tenerife, pensé.
Se lanza a anunciar el primer premio, es a la mejor canción, que ganan los señores Pedro Luis Cobiella, Ambrosio Jiménez y Antonio Plasencia por su versión y actualización del gran tema “Money, Money”, muy merecido, aunque poco trabajado, es su segunda estatuilla ya que recibieron anteriormente otra por “With a little help from my friends” si señor, pensé, forman una buena banda.
El Oscar al mejor guión le correspondió veterano escritor José Rodríguez (don Pepe para los amigos) por su brillante adaptación de “Todos los hombres del Presidente”, un premio emotivo por la avanzada edad del premiado, quien lo dedicó a la Virgen de Candelaria, al Capitán General de Canarias, a la Legión y su cabra majorera y a los alzados guanches.
Mejores efectos visuales le correspondieron al señor Ángel Llanos por su trabajo en “La vida es una Tómbola”, historia de un pibe de barrio que de la noche a la mañana pasa de ser un sencillo auxiliar administrativo a convertirse en el rey de la fiesta y la gesta en una corporación local.
El premio al mejor maquillaje le correspondió a José Manuel Soria por su brillante trabajo de en la obra maestra “Las sandalias del pescador”, es un merecidísimo premio por su uso magistral de la brocha para tapar cualquier imperfección del rostro (incluso de los más grandes), excelentes las caracterizaciones de los rudos pescadores de salmón nórdico.
El Oscar al mejor Montaje le correspondió a Pedro Rodríguez Zaragoza por su sublime labor el “Los piratas del Caribe” en especial el uso interesado de la tijera, el cortado, el pegado y las tomas falsas.
Ya en los grandes premios con gran expectativa de todos el premio al mejor actor le tocó (estaba cantado) a Paulino Rivero por su extraordinario papel en “Mentiroso Compulsivo” donde interpreta a un maestro de escuela capaz de traicionar a sus compañeros de trabajo por el poder y de engañar a la población pidiendo grandes obras para acabar con el desempleo.
El de mejor actriz le correspondió a Milagros Luis Brito por su sobresaliente papel en “La mala educación” donde interpreta a una responsable política que actúa sin piedad contra una escuelita y sus profesores para convertir el terreno donde se ubica en un nuevo Centro Comercial.
El gran premio de la noche, el de mejor película, fue para “La Playa” obra maestra de Miguel Zerolo que narra una oscura trama de especulación urbanística, compra de favores y corrupción en el romántico marco de una playa de arena dorada situada junto a un barrio pesquero.
Y a todo esto me desperté, escuché a mi hija que lloraba en la cuna... ¿estaría soñando con lo mismo que yo?

Les añado el mejor corto premiado dedicado a la realidad institucional de nuestros municipios, campaña contra el desempleo.

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