Las cárceles franquistas se llenaron de campesinos, obreros y activistas, pero también de intelectuales y artistas. Uno de ellos fue el pintor tinerfeño Antonio Torres González. Había nacido en 1910 en un hogar humilde. Desde muy joven tuvo que trabajar como tornero en una carpintería. Allí se acercó a los ideales anarquistas de la mano de la CNT, organización sindical mayoritaria en la capital tinerfeña. Según comentó al final de su vida, dio ese paso “porque UGT estaba manipulada por el Partido Socialista”. En la Academia de Bellas Artes de Nicolás Granados, en Santa Cruz, mejoró sus habilidades con el dibujo y la pintura, Esa militancia fue clave en lo que tuvo que afrontar a partir del 18 de julio de 1936. Daba igual que no se hubiera significado especialmente, hasta daba igual que fuera un católico practicante. Su hijo, en su tesis doctoral, indica que “un “chivatazo” fue el origen de que una oscura noche se lo llevaran pistola en mano”. Las autoridades franquistas lo apresaron, s...