En 1872, durante una reunión del Consejo General de la Asociación Internacional de Trabajadores (la primera Internacional), un representante británico, el Sr Hales, propuso una moción para que los 2 millones de obreros irlandeses que habían emigrado a Inglaterra forzados por el hambre no pudiesen formar secciones nacionales ya que según este representante el fin de la asociación era “destruir toda manifestación de la doctrina nacionalista…”.