No, no pienso hablar del calor calimoso de hace unos días ni de los múltiples escandalazos políticos que nos azotan. Hablo del infierno de verdad, el de fuego y azufre, de eso también sabemos mucho tras más de treinta años de gobierno de la derechona, tal es así que resulta que a nuestro Ayuntamiento no se le ocurre otra cosa para burlar la Ley de la Memoria Histórica que para salvar al “Monumento a Franco” endosarle un lifting de nombre por el de “Ángel caído”. Aunque uno sea muy poco religioso, sabe que el Ángel caído es una de las denominaciones de Lucifer al ser expulsado del cielo. Cierto que le han puesto un nombre diabólico al homenaje a un gran demonio que gobernó el Estado Español durante 40 años, sin embargo uno no deja de maravillarse de las ocurrencias de nuestros munícipes. Cuando uno mira en la web de nuestro Ayuntamiento (para ver como justifican esta “brillante” idea) se puede entender algo, ¡claro!, es que el listillo de turno usa para publicitar el monumento una foto ...