El de 1936 no fue un verano más en La Laguna. Muchos no pudieron disfrutar como hubieran querido de esos días algo más cálidos y de esas noches casi siempre frescas. En las primeras horas del 18 de julio los artilleros del Grupo de Montaña de Tenerife se apoderaron de los puntos neurálgicos de Aguere sin una mínima oposición (1). Posiblemente pocos podrían pensar que los sucesos de esa mañana marcarían las siguientes décadas y mantendrían su sombra en el presente. El Ayuntamiento no fue ajeno a estos graves acontecimientos. Lo que se desencadenó en esa jornada era una respuesta militar y profúndamente reaccionaria contra la legitimidad republicana, que especialmente desde la victoria del Frente Popular había planteado grandes avances en los derechos de las mayorías trabajadoras y campesinas, los de las mujeres y a la promoción de una acción claramente laicista. El alcalde de ese momento, Alonso Súarez Melián, fue despojado de su cargo ese mismo día y trasladado a prisión. Su propio n...