A finales de 1941 Amelia Ascanio Moreno estaba en prisión en Madrid. En el verano de ese mismo año hermano había sido fusilado por su activismo comunista y su papel en la defensa de la capital española durante la Guerra Civil, su pareja había sufrido la misma suerte en diciembre de 1939 y sus primos Pablo y Fernando estaban desaparecidos desde el año 1936, habían tenido la mala suerte de quedar en La Gomera. Su hermana Blanca y primo Juan Pedro estaban en prisión, una en la cárcel de mujeres de Tenerife y el otro en un campo de concentración de Marruecos, tras fugarse de la zona del Protectorado español. Al borde del 8 de marzo me gustaría recordar a una mujer que pagó su compromiso político con cinco años de prisión y decenas de años de exilio forzado. Amelia, junto con sus hermanos Blanca y Guillermo, eran parte de una familia de la pequeña burguesía de Vallehermoso que vivieron con emoción la resistencia a los últimos años de la Dictadura de Primo de Rivera, la caída de la monarquía...