miércoles, 1 de abril de 2009

Un 1º de mayo de Crisis. Un 1º de mayo de unidad.


Hoy se han juntado l@s dirigentes de los veinte países más poderosos del planeta en Londres y hasta hace poquito estaban en el palacio de una de las personas más ricas del planeta celebrando una gran cena de gala para arreglar la crisis....que mundo más loco.
Me recuerda un programa de una radio local que tuve la ocasión de escuchar este martes. En el mismo se encontraba una parlamentaria (CC), el concejal de deportes de Santa Cruz (PP) y una concejala del Rosario (PSOE) entre los tres, que calculo que probablemente ganen juntos en un mes lo mismo que yo gano al año, sin embargo no se sonrojaban (al menos yo no los veía) a la hora de hablar de la Crisis, los problemas del empleo o la sanidad.
No creo que esos veinte poderosos puedan salvar al mundo, porque lo que tratan de hacer es salvarse a sí mismos, salvar al sistema que les dio el poder y sus privilegios, sus guardaespaldas, palacios de gobierno, limusinas, cenas de gala y recepciones. Tratan de salvar al capitalismo.
Queda un mes para el primero de mayo y como trabajador espero que se aproveche la celebración para devolver a los trabajadores y trabajadoras nuestra voz en un momento que se nos quiere convertir en simples espectadores.
Esta fecha es sin duda el día clave del movimiento obrero, sin embargo debemos de reconocer que ha perdido su identidad reivindicativa original para convertirse en un acto sindical hecho un poco a desgana.
Los trabajadores y trabajadoras se olvidan que el nacimiento de esta jornada se debe a las huelgas masivas convocadas el 1 de mayo de 1886 en los Estados Unidos para defender el derecho a trabajar 8 horas diarias (en una época en que jornadas de entre 14 y 18 horas eran normales) que además costó la vida a seis trabajadores.
Ahora 123 años después de esos acontecimientos y 120 de que se declarara ese día como “Día de la Clase Trabajadora” vivimos un momento histórico peligroso, donde el miedo a la pérdida del trabajo, la poca sindicación y leyes regresivas como las de las 65 horas semanales que se pretendía aprobar en el Parlamento Europeo nos sitúan a los trabajadores y trabajadoras en una difícil situación.
Tenemos todas las condiciones, especialmente en Canarias donde las cifras de paro, precariedad laboral y escasez de sueldos son escandalosas, para que este primero de mayo recupere el significado original de día de lucha y conquista.
Es necesario que esos poderosos que hoy cenan en vajilla de porcelana escuchen a los trabajadores y trabajadoras que, sin comérselo ni bebérselo, se han convertido en los chivos expiatorios de esta Crisis del Capitalismo.
Si el dueño de una multinacional resulta que invertía sin control en bancos que le ofrecían fabulosos beneficios o en propiedades inmobiliarias que triplicaban su valor en poco tiempo y ahora se encuentra que sus juegos eran artificios que le han afectado a su economía ¿porqué debe ser el trabajador quien pague las consecuencias?¿porqué nos piden moderaciones salariales o reducciones de sueldo quienes blindan sus contratos o cobran ayudas de dinero público para salvar sus bancos?.
Desde esta humilde tribuna pido a los sindicatos de Canarias que ejerzan una actitud madura y de auténtico liderazgo de nuestra clase, que hablen y se pongan de acuerdo.
Ya sean sindicatos estatales o nacionalistas, socialistas o anarquistas, sectoriales o generalistas, olviden sus diferencias y marchemos juntos tod@s por las calles de toda Canarias el primero de mayo.
Espero que sepan olvidar rencillas y luchas estériles entre compañer@s para unirse en un día común en una marcha común, igual que ocurría en los primeros años de la transición.
Necesitamos esa fuerza en la calle, que nuestras reivindicaciones ocupen las portadas y no los políticos corruptos y sus banqueros. No podemos permitir que pase como un día de fiesta más. Hay que devolver la esperanza a una clase trabajadora que en gran parte no cree en los sindicatos.
Hago este llamamiento y espero que much@s otr@s, personas o colectivos, se sumen al mismo e intenten convencer a las fuerzas sindicales de la necesidad de una acción conjunta.
Creo que debemos y podemos reclamar nuestros derechos, el derecho a cobrar un sueldo justo adecuado al nivel de vida real, a tener unos horarios que nos permitan disfrutar de nuestras familias, el de mejorar nuestra formación, el de sentirnos representados y defendidos, el de tener mayor capacidad de decisión sobre nuestro futuro e igualdad de oportunidades.
El G20 se reunió a cenar, pero espero que no se cenen nuestras esperanzas, que con sus sueldos millonarios no decidan medidas donde a los únicos que nos piden “sacrificios” es a los que menos tenemos.

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