domingo, 16 de enero de 2022

Bernardino Afonso García, voz del movimiento obrero tinerfeño


El 19 de enero de 1932 estos dos jóvenes militantes de la izquierda tinerfeña entraban en prisión. Su único delito había sido redactar un artículo en el que criticaban a las fuerzas armadas por su represión contra el movimiento obrero en el órgano de expresión de la Federación Obrera de Santa Cruz de Tenerife, el semanario En Marcha. Mi tío abuelo Juan Pedro Ascanio García apenas tenía 17 años, su compañero, el lagunero Bernardino Afonso García, 24 (1).

Estuvieron seis meses en prisión, no fue su última vez, ni se podían imaginar lo que sucedería apenas cinco años después en ese momento, donde la Dictadura de Primo de Rivera acababa de morir y la II República empezaba su andadura. Juan Pedro participó en la creación del PCE en las Islas, Bernandino fue un activo militante de la CNT, organizaciones que mantuvieron importantes diferencias, pero que se encontraron una y otra vez en las movilizaciones sociales y también en las prisiones.

Bernandino nace en Valle Tabares, La Laguna, el 8 de diciembre de 1906 (2), en una familia humilde con doce hermanos más, varios de ellos también destacados activistas sindicales y políticos en la década de los treinta, como su hermano Francisco Afonso García, que acabó sus días tras los muros grises de las prisiones nazis después de luchar en Guerra española y también apoyando a Francia en la Segunda Guerra Mundial (3).

El joven lagunero conoció en su propio cuerpo la realidad de una sociedad en crisis, con unas importantes desigualdades, altos índices de desempleo y un caciquismo atroz, que controlaba casi todo. Es una sociedad que pasa en poco tiempo de una democracia escasamente desarrollada con una monarquía corrupta moribunda, a una dictadura militarizada y a una república. Son años de guerra colonial, donde el ejército reclutaba a los más humildes para luchar contra los Rifeños en los territorios norteafricanos ocupados por España. Bernardino es uno de los que deberá pasar por esa experiencia, aunque lo hará a los pocos meses del final de la contienda, con los ecos de terribles batallas y enormes matanzas todavía frescos. La prensa del 13 de marzo de 1928 lo nombra entre los jóvenes que partirán a Marruecos con el grupo de Artillería de Montaña de La Laguna (4). Igual que la Guerra de África tuvo consecuencias entre los altos mandos militares que posteriormente protagonizarían el Golpe, también lo tuvo entre los jóvenes de las clases populares de todo el Estado movilizados para una guerra, de la que una vez más, los señoritos se libraban.

Ya hablamos de su primera experiencia en prisión, tras varios artículos publicados por el semanario obrerista y libertario En Marcha. Se trata de la causa 45/1931, en la que actuará como abogado defensor de los dos jóvenes Luis Rodríguez de la Sierra Figueroa (5), miembro de una de las familias republicanas que con mayor dureza sufrió la represión franquista. El proceso se desarrolla como un Consejo de Guerra, que tiene lugar en la sala de actos del cuartel de San Carlos de Santa Cruz de Tenerife, por el delito de insulto a fuerza armada y sedición por dos artículos, titulados “La guerra y la madre del soldado” y otro llamado “Arona”(6).

Rodríguez Figueroa en la defensa asegura que aunque Afonso se reconoce autor de ese último “no estoy conforme en que sea constitutivo de ninguno de los delitos a que se refieren los artículos 249 y 258 el Código de Justicia Militar, pues ni en el primer articulo ni en el segundo contiende injuria alguna contra el Instituto de la Guardia Civil”, rechazando igualmente que sea culpable de pena alguna (7).

A pesar de los esfuerzos de su abogado Ascanio y Afonso son condenados a un año de prisión, igual que otros miembros de En Marcha por circunstancias similares, ingresando en la misma el 19 de enero de 1932 (8), permaneciendo seis meses en la cárcel.

Durante esos días, junto con los otros militantes de izquierda detenidos por sus artículos, son el centro de campañas de apoyo promovidas desde las organizaciones sindicales y políticas afines. En el medio Espartaco Juan Pedro Ascanio, Bernardino Afonso, Imeldo Guerra, S. Infante, Francisco Román, Juan J. Coba, Antonio Vidal Arabí y Nicolás Padrón Brito escriben un manifiesto denunciando la injusticia que sufren, en el que dicen “nosotros, los presos sociales que nos hallamos en esta Cárcel Provincial, cumpliendo la condena impuesta por los Tribunales Militares, por el delito de ofensa a la “Fuerza Armada”, habiéndosenos aplicado el Artículo 268 del Código de Justicia Militar...”, añadiendo que permanecen en prisión a pesar de la opinión de la Fiscalía de la República, que consideraba que los procesos debían pasar a la “jurisdicción ordinaria” (9), idea que posteriormente se impone.

En septiembre de 1932 el "Diario Oficial de Guerra", publica una disposición, concediendo la libertad condicional a varios penados de la Prisión Provincial, entre los que está Bernardino Afonso, que vuelve a la calle definitivamente en la tarde del 24 de septiembre (10). En la salida le acompañan Miguel Luque, Francisco Román, Francisco S. Infante, Juan José Coba y Nicolás Padrón (11). Según la tradición familiar, su sobrina recibió el nombre de Libertad Afonso para conmemorar la dura vivencia de Bernandino, aunque tras el golpe fascista tuvo que cambiar su nombre por el de Beatriz (12).

La Gaceta de Tenerife publica los efectos de la Ley de Amnistía, que se les aplica a finales de ese mismo mes de septiembre, ya que “por la Auditoría se ha hecho aplicación de los beneficios de la Ley de Amnistía de 11 del corriente mes, promulgada con fecha 21, a los siguientes sentenciados por la Jurisdicción; Don Bernardino Afonso García, don Pedro Málaga Peral, don Juan Marrero Morales, don José Enrique Gutiérrez, don Juan José Coba Cabrera, don Miguel Luque Espino y don Antonio Vidal Arabi” (13).

Tras su puesta en libertad, Bernardino, junto con la mayoría de detenidos, se reincorpora activamente a sus tareas militantes en el efervescente ambiente político y social que se vive en Tenerife en los primeros años de la República.

Apenas cinco meses después de salir de prisión ya participa con intensidad y de forma destacada en actividades como el mitin pro presos organizado en el local del Parque Recreativo capitalino por la Confederación Regional del Trabajo. En ese acto tomarán parte “un delegado de la Federación de La Laguna, los obreros Bernardino Afonso y Francisco S. Infante, el abogado José Trujillo y Manuel Pérez, secretario del Comité Regional de Canarias”. Además en el evento se aborda también la situación de “los procesos de Buenavista y La Laguna , así como sobre el curso de los conflicto desarrollados últimamente” (14).

El Diario Hoy narra su valiente intervención en el mitin cenetista, “en primer término, hizo uso de la palabra Bernardino Afonso, del ramo de la Construcción, que combatió duramente la actuación de las autoridades con motivo de los últimos conflictos sociales, teniendo frases de aliento para la causa de la Confederación. Aludió a la situación de los presos por delitos sociales, a los que dijo por todos los medios debemos defender” (15).

También forma parte activa del Congreso Regional Obrero que se desarrolla en abril del agitado 1933, en el que Tenerife vive algunas de las mayores movilizaciones obreras y sociales del momento. Lo celebran en el Teatro Guimerá, estando en la mesa presidencial junto a Manuel Pérez Fernández, Juan José Coba, Francisco Marrero, Ricardo Sanz y Manuel González. Afonso, dirigiéndose al plenario en nombre del Comité pro Presos que “refirió la actuación de dicho Comité en la misión que le fue encomendada y defendió la causa por que algunos compañeros permanecen encerrados en cárceles, donde — añadió — nada bueno se aprende” (16).

No solo mantiene una activa labor sindical, vinculado al movimiento anarquista, también colabora con el cada vez más fuerte Sindicato de Inquilinos, que en ese momento manifestaba tener más de 2.500 asociados en la Isla. Participa junto con otros destacados líderes sociales de Tenerife en el mitin organizado en el antiguo cine San Sebastián, evento en el que participa como representante de la Federación Obrera, reseñando varios desahucios vividos en La Laguna, según la crónica periodística “citó la manera trágica de vivir en las ciudadelas, manifestando que los trabajadores tienen derecho a vivir en un hogar decente y sin lujos, pero no en pocilgas. Pidió que si no se concedían las tiendas de campaña que el Sindicato tiene solicitadas, que se les den los edificios públicos que permanecen cerrados y que son del pueblo” (17).

También representa a la Federación Obrera de Santa Cruz en el mitin del Sindicato de Obreros del Tabaco, acompañando a su representante principal en la toma de la palabra, Domingo García, militante comunista y futuro concejal lagunero en el último gobierno republicano, asesinado meses después del golpe militar, según los medios de comunicación del momento “ambos se extendieron en amplias consideraciones sobre la cuestión que ha motivado la Asamblea, resaltando el sinnúmero de familias canarias que quedarían en la miseria en plazo breve si rápidamente no se resuelve por el Gobierno de la nación el aumento de pedidos de tabacos a los Sindicatos de industriales de las islas” (18).

Afonso también forma parte de los importantes mítines que se celebran en la capital tinerfeña con motivo del 1º de mayo de 1934, organizado por los Comités Local y Regional de la C. N. T., y en el que hablará ante el numeroso público asistente, junto a Gabriel de la Fuente y Manuel Pérez (19).

El 13 de mayo de 1934 la prensa publica uno de los pocos datos de su vida privada que trascienden, el matrimonio civil de Bernardino Afonso, de 27 años de edad, con Nieves Márquez Acosta, de Santa Cruz de Tenerife, 29 años y viuda (20).

La huelga de los obreros del Dique del Este de Santa Cruz de Tenerife también contó con el apoyo de Bernardino, que en junio de 1935 manifiesta su respaldo a la misma, relatando a los asistentes a la asamblea celebrada en el local del Sindicato de la Construcción, en la chicharrera calle San Francisco Nº61, donde tras abordar los motivos de la huelga y el apoyo del sindicato a la misma “interesó la opinión de la mayoría de los asistentes. Estos acordaron no entrar al trabajo en tanto no se busque una solución satisfactoria al problema” (21).

El último testimonio periodístico que habla de Bernardino es el propio medio de expresión del Sindicato de Inquilinos, La Voz del Inquilino, que en su número primer número y único, publicado en julio de 1936, recoge las palabras de nuestro protagonista principal en el gran mitin que llenó la Plaza de Toros de la capital. Este artículo sale a la luz justo una semana antes del golpe Franquista y seguramente lo situó aún más entre los individuos a los que perseguir por el nuevo orden. Narra que en su discurso ante el público lee, “unos datos que demuestran con cifras claras y concretas que no es un tópica el calificar a una mayoría de propietarios como descarados explotadores. Hace alusión a la carencia de humanidad de dichos propietarios, aportando documentos demostrativos, que levantan aplausos de aprobación. Se extiende analizando las consecuencias de tal conducta, y los acusa de atentadores contra la salud pública. Mermando, sin razón ni conciencia, el ingreso, ya corto, de un jornal de trabajador, son los propagadores eternos de la inmoralidad y fomentadores de la tuberculosis "porque el niño que vive en habitación insalubre, que no puede respirar aires puros en aquellas —ellos llaman casas— cuevas, sin ventilación y aprovechada hasta la más mínima parte para hacinar carne humana; sin consideración a clase o sexo, ese niño, mal alimentado, más pronto haya a la tuberculosis que a disfrutar una mediana salud. Es preciso, es necesario, es forzoso, que tal estado de cosas acaben para siempre y para eso, acabar con esa explotación e inmoralidad, es para lo que nosotros estamos aquí, y las acabaremos pese a quien pese y sea como sea". Según el mismo medio, la ovación que sigue a las encendidas palabras de Afonso “es imponente” (22).

El 18 de julio de 1936 cae como una losa de silencio y violencia sobre las vidas, los sueños y las esperanzas de miles de militantes, activistas, artistas, sindicalistas o simplemente personas que creyeron que los avances alcanzados ya no se podían perder. En casa de la familia Afonso la realidad fue dramática. Bernardino es detenido y comparece ante el temible Delegado de Orden Público, Capitán Manuel Otero Rubio, el 22 de septiembre de 1936 en el Palacio de Justicia. En esos mismos días son detenidos sus hermanos José, Francisco y Florencio, todos vinculados al anarcosindicalismo, el último de ellos, con apenas 18 años, es sometido a tales torturas que acaba arrojándose por una ventana del Palacio de Justicia de Santa Cruz, falleciendo casi en el acto (23). Hay referencias a las torturas que se realizaban en ese espacio de la capital tinerfeña, como recuerda la testigo Pino García, “los quemaban, hierros calientes por sus partes, después los sacaban a la Casa de Socorro” (24).

A Bernardino lo identifican varias personas como un destacado referente en el momento de la resistencia. Según el investigador Ricardo García Luis su vivienda, situada en el Puente Zurita, fue el lugar en el que Miguel González Gutiérrez, obrero de la CNT, junto con sus compañeros Luis García Delgado, Domingo Dieppa García y Felipe Rodríguez Pérez, acudió el 20 de julio de 1936 para tratar de lograr armas para defender la legalidad republicana (25), tal vez por su experiencia tras la guerra Rifeña.

Junto con cientos de hombres más es internado en el campo de concentración en el que se habían convertido los salones de Fyffes, apareciendo en los listados de presos de antes del 1 de diciembre de 1936 (26), allí también estaban otros familiares, como su primo Bernandino García Martín, también militante de la CNT, enviado posteriormente al Batallón de Trabajadores Nº180, que realizó trabajos forzados en el Marruecos español (27).

No he logrado averiguar qué fue de la vida de Bernardino tras su paso por la prisión franquista, si sobrevivió o tuvo la misma suerte que sus hermanos Francisco y Florencio. Tal vez, como tantos otros vivió oculto y ocultado, callando sus esperanzas de color rojinegro para un tiempo mejor, guardando para sí mismo sus ideales. Como expresó brillantemente otro de sus compañeros de prisión, José Antonio Rial, “desde julio de 1936 hasta abril de 1939, España fue transformándose en un país cursi-cruelísimo, donde volvía a imponerse la Inquisición, donde figuraban y ayudaban a mandar los analfabetos con “títulos” obtenidos en los cuarteles, donde de una generación del 27 de brillantes poetas, habían asesinado o hecho exiliarse a la mayoría, dejando en casa y activos a los malparidos y bastardos” (28).



Bibliografía y fuentes consultadas

  1. Ascanio Gómez, Rubens. Aproximación a la figura de Juan Pedro Ascanio García: un comunista inquieto: http://latadelgofio.blogspot.com/2017/11/aproximacion-la-figura-de-juan-pedro.html

  2. Medina Sanabria, Pedro. Bernardino Afonso García nació el 8 de diciembre de 1906: https://pedromedinasanabria.wordpress.com/2016/10/04/bernardino-afonso-garcia-nacio-el-8-de-diciembre-de-1906-en-valle-de-tabares/

  3. Medina Sanabria, Pedro y Hernández Romero, Fabián. Francisco Afonso García, lagunero nacido en Valle Tabares asesinado en Mauthuasen en 1942: https://deportadoscanarios.wordpress.com/francisco-afonso-garcia-1902-1942-lagunero-nacido-en-valle-tabares-asesinado-en-mauthuasen-en-1942/

  4. El Progreso. 13 de marzo de 1928. P2

  5. Medina Sanabria, Pedro y Hernández Romero, Fabián. Op. Cit.

  6. Gaceta de Tenerife. 16 de abril de 1932. P2

  7. Medina Sanabria, Pedro. Luis R. Figueroa disconforme con el Fiscal de la causa 5 de 1932: https://pedromedinasanabria.wordpress.com/2018/11/16/luis-r-figueroa-disconforme-con-fiscal-en-causa-5-de-1932/

  8. Medina Sanabria, Pedro. Bernardino Afonso García en prisión el 19 de enero de 1932: https://pedromedinasanabria.wordpress.com/2016/10/04/bernardino-afonso-garcia-en-prision-el-19-de-enero-de-1932/

  9. Espartaco. 28 de mayo de 1932. p4

  10. Hoy. 3 de septiembre de 1932 p3

  11. Hoy. 24 de septiembre de 1932. p5

  12. Medina Sanabria, Pedro y Hernández Romero, Fabián. Op. Cit.

  13. Gaceta de Tenerife. 29 de septiembre de 1932. P10

  14. Hoy. 5 de febrero de 1933. P3

  15. Hoy. 7 de febrero de 1933. p8

  16. Hoy. 11 de abril de 1933. p3

  17. Gaceta de Tenerife. 23 de mayo de 1933. p8

  18. Hoy. 30 de mayo de 1933. p3

  19. Hoy. 29 de abril de 1934. p2

  20. Hoy. 13 de mayo de 1934. p2

  21. Hoy. 12 de junio de 1935. p2

  22. La Voz del Inquilino. 11 de julio de 1936. p.2

  23. Medina Sanabria, Pedro y Herández Romero, Fabián. Op. Cit.

  24. García Luis, Ricardo. Crónica de vencidos. Santa Cruz de Tenerife. 2003. p.90

  25. Idem. p.170

  26. López Felipe, José Francisco. La represión franquista en las Islas Canarias 1936-1950. Santa Cruz de Tenerife-Las Palmas de Gran Canaria. 2002. p.142

  27. García Luis, Ricardo. Op. Cit. p.257

  28. VV.AA. Antología de Musas Cautivas. Zamudio. 2007. p.26



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