sábado, 16 de agosto de 2008

¡Independentista! ¡Comunista!


La pasada semana en los medios de comunicación de Tenerife nos encontramos con un absurdo debate entre el portavoz del PP en Santa Cruz, Ángel Llanos, y el ex consejero del Cabildo por IU y actual portavoz del PSOE José Manuel Corrales.
Tras unas declaraciones de Corrales sobre la ineptitud de Llanos, este le replicó diciendo que "un tanto comunista de la política comercial”, la replica de Corrales fue igual de ingeniosa, recordándole su afiliación a Intersindical Canaria y que “Llanos ha estado en el bando del independentismo y ahora lleva la bandera española en el reloj, supongo que para expiar culpas". De paso Corrales dijo que siempre había tenido una visión socialdemócrata de la realidad.
Es curioso como los “demócratas de pro” a la menor oportunidad utilizan posicionamientos políticos absolutamente legítimos y democráticos a modo de insulto y ataque.
Los comunistas e independentistas fueron protagonistas de la lucha por la democracia y la justicia social en nuestro País, también han ayudado a generar tejido social que responda a las distintas agresiones que sufre Canarias y su población. Incluso fueron en gran parte responsables de que a día de hoy tengan un Ayuntamiento democrático en que personas como ellos puedan medrar.
También han ofrecido respuestas a la pérdida de nuestra identidad y la recuperación de nuestro pasado, el conocimiento y difusión de nuestros deportes tradicionales, la artesanía, las músicas populares…
A día de hoy ocupan puestos en todos los ámbitos de la sociedad, encabezando proyectos de defensa del territorio, asociaciones vecinales, sindicatos, proyectos culturales, en el deporte, en las universidades… hasta en alguna iglesia.
La verdad es que muchas de las mejores personas que conozco en este País son independentistas y comunistas.
Sin duda esta forma de hacer política de baja calidad va bien con los tiempos que corren. Tal vez para algunas personas les sirva o se sientan más identificados con sus portavoces políticos en el Ayuntamiento.
La democracia la dejan escondida debajo de la alfombra cuando les interesa. Enseguida que se relajan se les cae la máscara y se lanzan a hacer declaraciones donde varios miles de canarios se convierten en objeto de burla, amenaza o insulto.
Todavía recuerdo en las elecciones de 2007 como Soria salía diciendo que había que evitar una “balcanización” del parlamento o a Paulino declarando en Lanzarote, que los ciudadanos no debían “desperdiciar” su voto con los pequeños partidos.
Un ejemplo de esta persecución de estos supuestos demócratas someten a otras ideas es lo que dijo el Concejal de Deportes de Santa Cruz, sin venir a cuento soltó ante los medios:
“Hernández-Abad criticó a los que defienden el independentismo "y quiero que oigan al pueblo de Santa Cruz en la plaza del Príncipe el día del partido (entre España y Rusia)", mientras se oían los vítores a España”.
Me pregunto cuales hubiesen sido sus declaraciones si ese día doscientas personas, con banderas tricolores, se hubiesen presentado en la Plaza del Príncipe.
La verdad es que creo que algunos se pierden más en sus pulsiones interiores anticanarias o anticomunistas que en hacer una política que de verdad solucione los problemas de la gente.
Estos representantes electos deberían de reflexionar antes de lanzarse a atacar a alguien por haber sido afiliado de Intersindical Canaria o por haber pertenecido a Izquierda Unida (por desgracia en su momento se le dio más confianza a un recién llegado a nuestra tierras que a militantes que llevaban años luchando aquí).
Ninguna de las dos cosas debe ser motivo de degradación o de vergüenza, más bien al contrario si analizamos nuestra historia más reciente.
Si les gustan los insultos les sugiero que se llamen los unos a los otros fascistas, incompetentes, frustrados, chaqueteros, incoherentes o incapaces.
Les dejo con una frase de Voltaire “Yo no estoy de acuerdo con lo que usted dice, pero me pelearía para que usted pudiera decirlo”, a ver si se la aplican algunos.

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