Igual que hoy, en mayo de 1939 el Pendón de la conquista de Tenerife abandonó el Ayuntamiento lagunero, pero para participar en la marcha de la victoria franquista. El franquismo se adornó con una épica imperial y tradicionalista de la que hechos como la conquista de Canarias no era ajena. Más allá de acabar con un sistema democrático, querían apelar a una imagen idealizada de un pasado de gestas y de pensamiento único, este símbolo fue útil para justificar el nuevo tiempo. El fascismo de ese momento tenía mucho de colonial, de reclamo de las glorias perdidas del pasado y de triunfos violentos contra otros pueblos. El mismo franquismo se nutría de militares que, en muchos casos, habían luchado en la guerra de Cuba y más tarde en la de África, donde las glorias de ese pasado mítico e idealizado estaban muy presentes. Hoy vuelve a salir por las calles de La Laguna una réplica de ese pendón, con cargos públicos peleando por cargarlo. Supongo que algunos solo lo colocan como parte de la “...