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Un testimonio de los fusilamientos en la Batería del Barranco del Hierro de Tenerife

Hasta ahora no había encontrado una sola imagen que plasmara los fusilamientos del primer franquismo en Canarias, pero una afortunada casualidad rompió con esta situación. Las manos del alférez de Ingenieros, Andrés Pérez Hidalgo, y un accidente permitieron que esta obra llegue hasta nosotros. Se trata de un testimonio único de algo que el nuevo régimen franquista no quería que se conociera con esa crudeza, la única imagen que he podido encontrar de uno de los fusilamientos desarrollados en Tenerife entre 1936 y 1940.

Hace unos meses encontré a la venta esta imagen, hecha a plumilla y acuarela, parte de una gran colección de libretas, dibujos y caricaturas que alguien dejó en un anticuario de Tenerife y que un coleccionista local compró para su venta. Todos formaban parte de materiales elaborados por un joven tinerfeño llamado Andrés Pérez Hidalgo, que en las primeras décadas del siglo XX dio sus primeros pasos como artista gráfico. Su obra refleja momentos de la historia que vivió, imágenes costumbristas, además de multitud de retratos, caricaturas y muchísimos bocetos, numerosos de carácter erótico.

En este pequeño dibujo supo captar el momento de la ejecución, en el que mientras unos pelotones esperan, otros actúan. Disparan contra tres hombres, uno con el puño en alto, usando uno de los laterales de los muros de la batería del Barranco del Hierro, con un cañón asomando desde sus muros, como escenario de la matanza. Al fondo, la costa sur de Tenerife, donde se incluye el malpaís de Güímar.

Andrés Pérez era hijo del escritor conservador portuense, Alberto Pérez Borges, que junto a sus hermanos recibió una educación donde la cultura y el arte tuvieron un destacado papel. Su hermano, Alberto Pérez Hidalgo fallecido de forma prematura, había despuntado como poeta y cronista, siguiendo los pasos de su padre. Andrés desde mediados de los años veinte ya era un habitual en medios como Hespérides o en la revista Horizontes. Como comenta la investigadora Yolanda Peralta, Andrés Pérez fue uno de los autores que participó de los dos primeros salones de humoristas canarios celebrados en la capital tinerfeña. Aunque algunas crónicas destacan sus obras, el periódico Gaceta de Tenerife criticó sus desnudos, diciendo en su edición del diez de diciembre de 1926 que “hemos de lamentar que sea este expositor el único que haya dado una nota de atrevido naturalismo”.

La influencia de su padre, una figura muy tradicionalista y cercana al clericalismo, parece que pesó mucho en la formación de sus hijos, que participaron activamente en los primeros años del franquismo. Andrés vinculó su vida con el ejército. En 1927 era sargento del Cuartel de la Batería de Montaña de La Laguna, siendo designado en julio de ese año para un destino en Santa Cruz, ciudad en la que se casó con su compañera, Pilar García Pestano y tuvo a sus hijos.

Entre julio de 1936 y junio de 1938 Andrés forma parte de la tropa destinada a las baterías militares de la capital. Por las crónicas periodísticas de la época sabemos que pelotones de Ingenieros fueron los responsables de efectuar las ejecuciones acordadas en unos procesos judiciales con unos procedimientos rápidos y con una clara ausencia de controles. Estos pelotones actuaron en las ejecuciones de los guardias de asalto, Francisco Cosme Guerrero y Valentín García García en diciembre de 1936, contra Néstor Mendoza, Enrique Villaverde, Zoilo Afonso, Rodrigo Coello y Rafael Fajardo, en marzo de 1937.

Según las investigaciones de Sergio Millares Cantero, de las 122 ejecuciones “oficiales”, más de la mitad se realizaron en la Batería del Barranco del Hierro, donde perdieron la vida sesenta y ocho hombres. Veinte fueron asesinados en los seis últimos meses de 1936, treinta y uno en 1937, dos en 1938 y once en 1940.

Sabemos que en Andrés fue nombrado Alférez Provisional en febrero de 1937 y que en el verano de 1938 fue enviado al frente, a la zona del Monte Cerredo, donde participó con las tropas franquistas en el ataque contra varios puntos de Cantabria.

La imagen que plasma posiblemente pertenezca a los fusilamientos de 1937, donde participaron varios pelotones debido al número de víctimas que iban a ser pasadas por las armas. No es descabellado pensar que lo visto le impactara lo suficiente como para plasmar su recuerdo, con un enfoque que curiosamente recuerda vagamente a la obra de Goya de los fusilamientos del 2 de mayo.

Otra de las casualidades de esta historia es que Andrés Pérez fue una de las víctimas mortales de una explosión vivida en la batería de María Cristina, en la zona de Barranco Hondo, a finales de 1939. Su muerte permitió sobrevivir a un dibujo incómodos, que acabó entre muchos otros que en algún momento acabaron olvidados y vendidos a un anticuario. Sin esas casualidades quizás hoy no tendríamos un testimonio como este, de un momento y de un espacio, que, como ha pedido la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica Tenerife, debe ser estudiado y ubicado, como espacio de la Memoria. Ojalá su deseo se cumpla y que, con la recuperación urbana de la antigua zona ocupada por la Refinería, salgan a la luz restos de este espacio marcado por la sangre de tantos inocentes.


Fuentes utilizadas

- Peralta Sierra, Yolanda. Los salones de humoristas canarios. XIII Coloquio de Historia Canario-Americana. 2000 págs. 2979-2986

  • García Luis, Ricardo. La justicia de los rebeldes, Los fusilados en Santa Cruz de Tenerife (1936-1940). Baile del Sol. Tegueste. 1994

  • Hespérides. 23 de mayo de 1926. p11

  • Las Noticias. 2 de diciembre de 1926 p23

  • Gaceta de Tenerife. 10 de diciembre de 1926 p1

  • Las Noticias. 7 de julio de 1927 p3

  • Gaceta de Tenerife. 10 de junio de 1928 p2

  • Gaceta de Tenerife. 2 de diciembre de 1936. p2

  • Boletín Oficial del Estado. 15 de febrero de 1937

  • La Prensa. 7 de marzo de 1937. p4

  • La Prensa. 23 de junio de 1938 p3

  • Boletín Oficial del Estado. 19 de junio de 1939 p3342

  • Canarias. 1 de diciembre de 1939 p20

  • Cuenta de Salvatorre en Todocolección


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