Esa
carta, publicada en un medio de Barcelona, se trataba del último testimonio que
he encontrado de una de las figuras más misteriosas y curiosas de la CNT en
Canarias, Miguel Luque Espino, que había nacido en el pueblo de Pedroche, una
pequeña localidad agrícola del norte de Córdoba, el 3 de octubre de 1902. Fue
un escritor prolífico, un activista social y cultural, pero también, un
antisistema literal, una persona muy ligada a los sectores más duros del
anarquismo, que convirtieron estas ideas en una forma de vida, clandestina y
rebelde.
Es bien sabido que el ideario anarquista logró
penetrar y expandirse por Andalucía de forma extraordinaria, aunque es difícil
detectar en los documentos analizados en qué momento Miguel Luque entró en
contacto con estos planteamientos. Lo cierto es que se percibe que casi desde
niño vivió con un profundo rechazo a la autoridad y al orden establecido,
huyendo del hogar siendo poco más que un niño. Con apenas doce años fue
detenido en Tarragona acusado de robo, desde ese año se repiten los procesos
judiciales y el uso de alias, Ramón Roca Jover, Luis Humbert Folch o Teodosio
del Val Martínez, transitando por Zaragoza y llegando al penal de Ocaña.
A pesar de esa agitada infancia y juventud, Miguel
logró acumular una buena cultura, destacando como escritor y pensador. Consideraba
al escritor madrileño, Eugenio Noel, como padre “auténtico y físico, no
solamente espiritual”. Noel no fue un intelectual al uso, amigo de los bajos
fondos y profundo antitaurino, en una sociedad no preparada para ello, murió
apartado, pobre y solo. De uno de los personajes de novela de este escritor
sacará uno de sus sobrenombres literarios, Leonardo Babel, que usará con
frecuencia en su etapa canaria.
En 1920 fue sometido a su primer
juicio militar, a consecuencia de unas lesiones a un paisano con un disparo.
Hacía la mili y por ello sería juzgado por ello, en el cuartel del 4º
Regimiento Pesado de Artillería, en Córdoba, aunque solo permaneció catorce días en prisión. En esa misma época se le juzga,
bajo uno de sus alias, Ramón Roca, por “abandono de las armas y deserción”, la
guerra del Rif estaba en su apogeo, poco antes del desastre de Annual.
A finales de la década de los veinte ya reside en
Canarias, primero en Gran Canaria, después en La Palma y finalmente en
Tenerife. El 3 de agosto de 1929 fue detenido en Santa Cruz de La Palma por su
labor periodística. Años después, el combativo medio palmero, Espartaco,
señalaría al cacique conservador, Esteban Pérez González, como el promotor de
esta primera detención Esta fue la primera vez que pisaba la cárcel por sus
escritos, pero no sería la última.
El 25 de noviembre de 1930 la Guardia Civil había
intervenido con fusiles en una manifestación pacífica en las calles de la
capital tinerfeña. Juan Agrella, un sastre chicharrero, había perdido la vida a
causa de los disparos y algunos más resultaron heridos. Eso conmovió profundamente
a la sociedad insular. Luque y otros autores hablaron de estos sucesos en
medios como En Marcha, voz de la Federación Obrera y posteriormente de la CNT. Lo
hizo por el primer aniversario de estos sucesos, en un nuevo tiempo político,
el de la II República, donde las leyes y las normas jurídicas seguían siendo
las de la época anterior.
Ese texto le llevará nuevamente a la cárcel por
atacar a la fuerza armada a través de la prensa. Miguel Luque resulta incómodo.
En esa época también fue uno de los promotores del Centro de Estudios Sociales,
un espacio de reflexión política y cultural, que promovió acciones contra la
jerarquía eclesiástica. El 19 de diciembre de 1931 se le condenó a más de tres
años de destierro. La repulsa frente a esta decisión se plasmó en las propias
páginas de En Marcha, donde, entre otras, el veterano anarquista, Juan José
Cova, afirmará que “el camarada Luque Espino ha sido condenado al destierro por
intromisión del jesuitismo y no por atacar a la Guardia Civil”.
El destierro se ejecuta a partir de 1932,
obligado a vivir en Los Llanos, en La Palma. Allí sigue escribiendo y
participando de la vida política, pero no tardará en ser juzgado por escapar de
este destierro, siendo detenido en Tenerife. En mayo de 1934 regresa a Tenerife,
aunque parece que será la última ocasión en la que lo hará, ya que en julio de
1935 el Boletín de la Generalitat de Cataluña dice que Miguel Luque está
domiciliado últimamente en Barcelona, donde es procesado en la Causa Nº248 por
estafa, y se le amenaza con ser declarado en rebeldía en caso de no comparecer,
parece que no surtió efecto, acabando en Medellín, Colombia, desde donde
escribió en 1936 a sus compañeros y compañeras de ideales.
¿Quién fue realmente Miguel Luque? ¿Hay alguna
imagen de él? ¿Jugó un papel en los Comités de Defensa de la Confederación? ¿Logró
participar de la Guerra Civil? ...muchas dudas que quedan en el aire y, que,
con un poco de suerte, se lograrán aclarar algo con este pequeño aporte a su
vida.
Fuentes consultadas
-
Hoja oficial de la provincia de
Barcelona. Número 564. 5 de octubre de 1936 p1
-
AHPSCT. Proceso contra Juan José Cova Cabrera y
Francisco Román Romero por delito de injurias por medio de la prensa. 13 de
enero de 1932. Ficha 887 de la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife.
Nº de Audiencia 13 y Nº de Juzgado 13.
-
AHPSCT. Proceso del 26 de enero de 1933 por injurias
por medio de la prensa a autoridades militares de la plaza. Ficha 1201 de la
Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife. Nº de audiencia 60 número de
juzgado 28.
-
AHPSCT. Proceso contra Juan Pedro Ascanio García por
injurias contra el Ministro de la Gobernación, del 13 de enero de 1932. Ficha
903 de la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife. Nº de la Audiencia 12
Nº de juzgado 12.
-
Espartaco. 16 de mayo de 1931 p2
-
Guzmán García, JL. En recuerdo de Antonio García
García (1918-2010). Revista En Marcha, órgano portavoz de la CNT de Canarias,
noviembre de 2010
-
Medina Sanabria, Pedro. Ante un inminente atropello: https://pedromedinasanabria.wordpress.com/2009/11/26/ante-un-inminente-atropello/
-
El Día. 20 de mayo de 1932. p3
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