domingo, 25 de noviembre de 2012

Una breve reflexión de Engels sobre la cuestión nacional



En 1872, durante una reunión del Consejo General de la Asociación Internacional de Trabajadores (la primera Internacional), un representante británico, el Sr Hales, propuso una moción para que los 2 millones de obreros irlandeses que habían emigrado a Inglaterra forzados por el hambre no pudiesen formar secciones nacionales ya que según este representante el fin de la asociación era “destruir toda manifestación de la doctrina nacionalista…”.
Ante esa intervención tomó la palabra Friedrich Engels, uno de los más estrechos colaboradores de Marx. Engels manifestó que la moción de Hales “…una vez despojada de toda hipocresía, era someter las secciones irlandesas a la autoridad del Consejo Federal británico (de la Internacional), cosa que las secciones irlandesas jamás consentirían y que el Consejo no tenía el derecho ni la fuerza de imponerles…”
Va más allá Engels en su exposición y dice que “los irlandeses constituían una nacionalidad autónoma diferenciada, y el hecho de que hicieran uso de la lengua inglesa no podía despojarles de sus derechos…el ciudadano Hales había hablado de las relaciones entre Inglaterra e Irlanda  como si tuvieran un carácter de lo más idílico…pero la situación es bastante distinta. De hecho, había habido siete siglos de conquista y opresión, sería un insulto a los obreros irlandeses pedirles que se sometieran a un Consejo Federal británico”.
El pensador germano considera que la moción inglesa “estaba pidiendo al pueblo conquistado que olvidara su nacionalidad y se sometiera a sus conquistadores. Eso no era internacionalismo, sino simple palabrería a favor de la sumisión. Si los promotores de la moción estaban tan henchidos de verdadero espíritu internacional, que lo demostrasen trasladando la sede del Consejo Federal británico a Dublín y que se sometiesen a un Consejo de irlandeses. En un caso como el de los irlandeses, el auténtico internacionalismo debía basarse necesariamente en una organización nacional diferenciada, y estos debía estipular en…su reglamento que su primer y más imperioso deber en tanto que irlandeses era establecer su propia independencia nacional…”.  
Me parece un texto interesante cuando tenemos a la vista unas elecciones catalanas envueltas en un pretendido carácter plebiscitario sobre el futuro de este país. Un debate sobre la cuestión nacional a nivel del Estado español  que sin duda tendrá sus efectos en otras realidades nacionales, como la canaria. Esta polémica entre Hales y Engels nos sonará familiar a los militantes de la izquierda canaria, donde queriéndolo o no siempre se plantea el eterno debate sobre el territorio en el que vivimos, un espacio geográfico, histórico y cultural que nos rodea y nos impregna, queramos o no, dotándonos de mayor o menor sintonía con nuestro pueblo según el análisis que hagamos. 

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