Hubo muchas formas de resistencia, a veces tan sencillas como un simple papel. En un trozo de este material humilde, los presos republicanos que se amontonaban en la cubierta y las bodegas del Santa Ana, uno de los vapores fruteros usados como prisión improvisada por los franquistas, copiaron los nombres de doce compañeros desaparecidos. Los doce había sufrido la llamada “ley del saco”. La única fecha que acompañaba la lista era la del 21 de enero de 1937. En el trozo del papel aparecían los nombres del Antonio Montelongo (militante de la CNT), Francisco Delgado Herrera (presidente del sindicato de maestros de la UGT), Domingo López Torres (concejal socialista y uno de los grandes poetas de Canarias), Pedro Hernández Yanes (presidente local del PCE), José Yanes (también del PCE), los hermanos Cirilo y Leandro Liria (posiblemente de la CNT), Pedro Domínguez (comunista), Vicente Cabrera (de las Juventudes Libertarias), Juan José Martín Escobar (también cercano al PCE), Salvador García D...