domingo, 29 de septiembre de 2024

Antonio Padrón Jorge, una vida de resistencia al franquismo

Antonio Padrón Jorge (señalado con el número dos) recordaba con añoranza las fiestas del Cristo de hace 85 años. Era uno de esos 321 jóvenes canarios que ese mes de septiembre de 1939 formaba parte del Batallón de Trabajadores 180, presos gubernativos que no había hecho o no habían terminado la mili. Ya habían pasado tres años en las cárceles franquistas por ser militantes, activistas o simplemente defender la legalidad del gobierno nacido de las urnas en febrero de 1936. Habían perdido amigos por el camino y sufrido por el mal trago de sus familiares. Ahora estaban pagando sus culpas, en el protectorado español en Marruecos, realizando trabajos forzados sin sentido, pero no les quebraron ni el ánimo ni el espíritu, al menos a algunos de ellos.
Sede de las Juventudes Comunistas laguneras en la década de los ochenta

Antonio era miembro de las Juventudes Comunistas, organización que crearon en La Laguna en 1934. Según recuerda otro de sus miembros, Elio Rodríguez, todo surge "en el garaje de Villa Loreto, nuestra casa en el camino de Lucas de Vega. Antonio Padrón, abnegado y compañero ejemplar, panadero, fue el Delegado del partido. Participaron, además, mi hermano Layo, que sería el Secretario Político; Luis González, Información; Sánchez, hijo del teniente de la Guardia Civil muerto por los fascistas; los hermanos Rivero y yo que fui el Secretario de Organización. No recuerdo si había alguien más".

Antonio, junto a otros muchos, fue detenido por las autoridades franquistas. En el Palacio de Justicia de Santa Cruz vive experiencias auténticamente inhumanas. Como le narró al investigador Ricardo García Luis, allí  "no nos daban comida a nadie (...) me colgaron por los pies, me ataron por los pies cabeza abajo, me tuvieron, yo calculé que era media noche, desde las doce de la noche hasta las tres de la madrugada me tuvieron colgado. Para que acusara, para que hablara...". Después será llevado a los barcos prisión, concretamente al Santa Rosa de Lima, donde a finales de 1936 verá como se llevan a su compañero Layo, deportado a Villa Cisneros, al que despide con el puño en alto. Según la memoria familiar, el padre de Antonio, miembro de Falange en La Laguna, tuvo que presionar al jefe de la policía para evitar que su hijo fuera "desaparecido" mientras permanecía preso.


Cinco años después parece que había pasado un siglo desde la fundación de las Juventudes. El 16 de septiembre de 1939 escribe a su familia desde Xauen, lo hace lleno de nostalgia. Añoraba “lo engalanada e iluminada que estaría La Laguna”, lo concurrida que estaría la verbena o “cuánto se habrán divertido todos los buenos laguneros y las simpáticas laguneras”.

En esas semanas habían perdido a tres compañeros por el tifus, dos palmeros y un tinerfeño, muchos sufrían de fiebres palúdicas,,, la situación era difícil de sostener y algunos decidieron pronto fugarse hasta el territorio ocupado por Francia. Esa fuga la recordaba muchos años después Antonio, fueron seis, uno de ellos mi tío abuelo Juan Pedro. Un Teniente Coronel mandó formar a los que se quedaron y a grito pelado les dijo: “¡hijos de puta!, ¡maricones!. Van a saber con quién están dando. Ahora se han ido seis, pero por esos seis me llevo doce; por cada uno que escape me cargo dos”. Ciertamente se llevaron a doce, entre desmayos de muchos que pensaron que ese sería su final, aunque finalmente no cumplieron sus amenazas. Entre malos tratos y enfermedades pasaron esos meses. El 20 de mayo de 1940 son devueltos a Tenerife, la sorpresa era que les tocaban varios meses más de servicio militar y a algunos los presionaron para formar parte de la división azul, para pagar sus penas “matando rojos”.

Antonio junto con otros compañeros del Batallón 180

A muchos, esos años de mal trato y miedo les rompieron. Les hicieron desistir de sus sueños políticos, incluso de la esperanza. A sus hijos e hijas no les contaron nada, mantuvieron esos recuerdos en el silencio. Antonio estaba hecho de otra pasta. Vuelve a La Laguna y colabora en la articulación del PCE. En Aguere las noticias de los éxitos de los aliados en la II Guerra Mundial despertaron la esperanza. Si los nazis estaban en retroceso, si el dictador italiano estaba acorralado...tarde o temprano le tocaría a Franco. No se olvidarían de los republicanos, que dejaban su sangre en la resistencia francesa, en los campos de exterminio nazi o en el ejército francés. En 1940 ya hay células comunistas en Gran Canaria. En 1944 se recompone parte de la estructura del PCE y en la Universidad se edita un periódico clandestino. En los años siguientes más núcleos se van articulando en Santa Cruz de Tenerife, La Palma o el Puerto de la Cruz...En 1945 se atreven a lanzar octavillas y hacer pintadas por el primero de mayo...hasta hay intentos de huelga. Incluso logran difundir una proclama del gobierno republicano en el exilio, además de disponer de un periódico llamado Unidad, igual que la CNT, que volvió a tirar en total clandestinidad el mítico En Marcha. Antonio Padrón era dirigente local de los comunistas laguneros. En mayo, él y otro histórico como Floricel Mendoza, son detenidos junto a 21 compañeros más. No sería el golpe más duro a las fuerzas democráticas. En 1947 la Brigada Político Social detectó una comunicación entre los núcleos de izquierdas de Tenerife y La Palma. Casi un centenar de jóvenes militantes comunistas, socialistas y anarquistas son hechos prisioneros y son sometidos a un Consejo de Guerra en el cuartel de San Francisco de La Laguna en septiembre de ese año.

Qué gente más valiente esa que sabiendo lo que les podría pasar, pusieron en riesgo todo por la libertad. Si has ido por Francia verás decenas de recordatorios a sus resistentes. Plazas, calles, monumentos, días de fiesta y conmemoración...aquí, ni sabemos de su existencia.

Antonio Padrón Jorge no perdió esa ilusión por ver cambiar el mundo que le rodeaba. En la década de los setenta, ochenta y noventa colabora con la causa soberanista en Canarias, formando parte de las candidaturas del Congreso Nacional de Canarias y de la coalición que conformaron esta organización y el Frepik Awañak. La bandera roja compartió su corazón con la de siete estrellas. No perdió la memoria de lo que había vivido y ofreció generoso testimonio de ello con investigadores como Ricardo García Luis, reclamando, antes de la Ley de Memoria, que se diera el homenaje que merecía Domingo Cruz Cabrera, fundador de Barrio Nuevo, para el que reclamó la escultura que lo recuerda. Cerró su ciclo vital cumpliendo su deseo final, que sus cenizas quedaran en San Roque, donde cayó el valiente Tinguaro.


Fotos: Archivo familiar de Antonio Padrón, cedidas por su hijo, Juvenal Padrón

Fuentes utilizadas

  • GARCÍA LUIS, Ricardo: «El busto de “un trabajador”», Diario de Las Palmas, Las Palmas de Gran Canaria, 11 de septiembre de 1997

  • Cabrera Acosta, Miguel Ángel. Algunas notas sobre la oposición política al franquismo en las Canarias Occidentales (1940-1960). El museo canario 1988, nº 48, p151-161

  • LEÓN ÁLVAREZ, A. (2018). «El espacio público de La Laguna: del conflicto histórico (1931-1939) al reciente combate por la memoria». En R. J. GONZÁLEZ ZALACAÍN y C. RODRÍGUEZ MORALES (coors.), Los patrimonios de La Laguna. La Laguna: Instituto de Estudios Canarios, pp. 315-344.

  • Morera, Álvaro. Entrevistamos a Elio Rodríguez-Figueroa: http://elcanario.net/Articulos/entrevistaaeliorf2.htm


domingo, 22 de septiembre de 2024

Una leyenda del fútbol canario y un republicano consecuente, Francisco Peraza Hernández

A las cuatro de la tarde del 8 de octubre de 1936 a Francisco Peraza le esperaba un Consejo de Guerra. Su delito, haber sido concejal del último gobierno republicano de Aguere. Llegaba allí tras sufrir prisión y tortura, poco podía imaginar que treinta y tres años después el mismo régimen que lo juzgaba le estaría haciendo un homenaje. Su legado y su memoria le hicieron brillar, incluso en la oscuridad del franquismo, que tuvo que reconocer su trayectoria vital dándole su nombre a uno de los más destacados espacios deportivos de su municipio. El deporte lo convirtió en una persona muy valorada y querida en La Laguna y el conjunto de Canarias, uno de los jugadores de fútbol más reconocidos del primer cuarto del siglo XX, aunque también fuera un hombre con unos firmes compromisos políticos.

Aunque nació en 1897, no es hasta 1912 que aparecen las primeras crónicas periodísticas donde lo señalan, por un lado como estudiante aplicado y por otro, como delantero del Laguna Sporting Club, uno de los primeros equipos de fútbol isleños (1). Parece que su estancia en Reino Unido le había ayudado a traer una gran afición a la práctica de este deporte (2).

Para el año 1915 ya forma parte del Club Aguere(3), del que será vocal y también ejerce de jugador del Tenerife Sporting Club, uno de los antepasados directos del actual CD Tenerife, con el que juega en Sevilla (4), sufriendo una lesión, pero trayéndose una importante copa.

También dedica su tiempo a otros deportes, como la lucha canaria (5), aunque será el balón el elemento que más éxitos le reporta en esos años, en especial tras recalar al Hespérides lagunero en 1919 (6).

Peraza se casa en 1921 con Elena Hernández Barbusano. Al año siguiente se suma a la directiva del Hespérides. Allí conoce a Honorio de Armas (7), un joven republicano que será desaparecido con la llegada del franquismo.

En el año 1924, Francisco Peraza toma posesión del histórico Hotel Aguere, un espacio que renueva y adapta conforme al gusto de la época. En buena parte, debemos agradecerle su actual aspecto interior gracias a esa labor (8). En esos años de la década de los veinte está disfrutando de sus últimas temporadas de práctica futbolística. Los cronistas de la época recuerdan que “el nombre de Peraza, símbolo del «Hespérides», debiera enaltecerlo la afición deportiva de La Laguna, que a él, hoy exclusivamente a él, debe lo que ha sido y representa” (9).

Los homenajes le llegan pronto y en 1926 recibe un banquete en su honor, para reconocer su etapa de jugador, que está terminando (10), pasando a otras labores dentro de este deporte. Un año después era nombrado presidente del Real Hespérides, durante mucho tiempo, uno de los clubes laguneros más destacados (11). Permanecerá en este puesto hasta 1930.

Con la llegada de la II República sale a la luz la faceta política de Peraza, que formó inicialmente parte de la primera asamblea local del partido socialista junto a José G Rivero, Imeldo Álvarez Marrero. Ángel Rodríguez Manzano o Alfonso Martín Power (12), otro de los desaparecidos en los primeros meses del franquismo. También se presenta en las listas republicanas para esas importantes elecciones de abril de 1931, siendo uno de los firmantes de la declaración pública contra el candidato monárquico, cuyos apoderados “quisieron interrumpir con actos de violencia y matonismo la pacífica y correcta votación del pueblo lagunero” (13). Francisco formará parte del primer gobierno lagunero de esa etapa, siendo nombrado regidor (14), siendo elegido para la comisión que trabajaba en la mejora de los caminos del municipio (15). También será parte de los impulsores de la compra del solar para la Universidad, que ese gobierno adquiere en el entorno del Cercado del Marqués, una acción a la que la “Corporación Municipal ha dedicado sus mayores entusiasmos a este asunto, obteniendo de los propietarios del solar elegido por el Patronato Universitario, con unánime aplauso, condiciones ventajosas”. (16).

Su presencia en el republicanismo lagunero hace que incluso en la celebración de la elección presidencial de Niceto Alcalá Zamora el alcalde de la ciudad, Demetrio I. Pérez, que presidía la manifestación popular de júbilo, subiera al balcón de la casa de nuestro protagonista (17).

Además de esa labor política, entre 1932 y 1935 ejercerá de entrenador del Hespérides, marchando ese año a entrenar al Salamanca, en la capital tinerfeña (18). Durante esos años Peraza sigue apoyando a la República, aunque lo hará en las filas de Unión Republicana, formación que participa del Frente Popular y con la que logra una nueva acta de concejal en las elecciones de febrero de 1936 (19). Precisamente esta participación activa en el último gobierno republicano de Aguere será decisiva para su futuro y más todavía, la propuesta que realiza al pleno del 4 de marzo. En esa sesión, donde se le nombra inspector de Montes, pide además “los antecedentes que obren en dicha secretaría y por tanto en el Archivo municipal sobre la propiedad del Seminario Conciliar, con informe del Secretario o quien lo sustituya, de si es aplicable a los efectos de su incautación” (20). La prensa conservadora hizo una lectura especialmente negativa de esa propuesta, asegurando que “se acordó en la tarde del miércoles la Inmediata incautación del Seminario y Colegios de Nava y de las Dominicas, para implantar en ellos la enseñanza laica” (21).

También será uno de los encargados de formar la comisión que aborde la celebración del quinto aniversario de la República, junto a los ediles, Domingo García, Lorenzo Buenafuente, Antonio Velázquez, Domingo Álvarez, Cristino de Armas y Julio González (22). Esa jornada terminó con una gran merienda popular pagada por el consistorio para “los niños de las escuelas del término municipal, en número de muchos centenares” (23).

En mayo la petición de Peraza tiene una consecuencia. El pleno reclama al Estado “la incautación donde se halla establecido el Seminario Conciliar, para establecer en el mismo las escuelas necesarias para atender la matrícula de escolares de esta localidad (...) al llevarse a cabo la sustitución de la enseñanza religiosa” (24). Posiblemente esa propuesta le sentenció. Los golpistas no tuvieron en cuenta otras iniciativas, de mejora de los montes públicos, mejora del Mercado o seguridad de barrios como La Cuesta.

A partir del 18 de julio, como el resto de concejales de izquierdas de ese ayuntamiento, es detenido y trasladado a la cárcel municipal. Como ya dijimos, el 8 de octubre es sometido a Consejo de Guerra, en compañía de Enrique Aracil Cortés y Tomás Álvarez (25).

Algunos testimonios nos hablan de ese momento. El joven anarquista, Antonio García García, recuerda verlo allí, en esa prisión pequeña “archetada,  rectangular como un gran túnel oscuro, con rejas de hierro y un techo de entarimado de madera, custodiado por falangistas y soldados de artillería”, en la que Peraza era “jefe de los presos” (26). El concejal comunista, Mauro Martín Peña, recuerda de esa etapa que "...me encontré con mis compañeros de corporación, Luis Rivero, José González, conocido por "Pepe Cañizares", Domingo Álvarez Gutiérrez y el inolvidable compañero Francisco Peraza Hernández, excelente persona e inmejorable futbolista, al que después de tantas injusticias y atropellos, pero ya fallecido, se le hizo el honor y homenaje” (27). En sus memorias también señala las jornadas de trabajos forzados, haciendo calles y caminos, donde los malos tratos eran frecuentes, a ese respecto dice "al compañero Francisco Peraza, trató cierto día este sujeto de darle una paliza. Peraza impuso su condición de hombre, su valentía y no fue castigado, ni volvió a trabajar. Le cogió miedo el sujeto" (28).

La siguiente vez que la prensa habla de él será en libertad. En 1946 es nombrado entrenador al Club Canarias de Tejina (29).

Como tantos represaliados, la salida al exilio es una de las que se plantean, en una sociedad donde se le mira con miedo y se le persigue política y económicamente. En 1949 decide marchar a Venezuela y el poeta Manuel Verdugo le dedicó un sentido poema en el que dice “en la historia brillante del fútbol tinerfeño, tu nombre queda escrito con letras destacadas” (30).

En la tierra de Bolívar permanecerá hasta 1956, entrenando al Unión Caracas y otros clubes, pero decide volver a su tierra. El periodista Antonio Llombet hizo una breve crónica sobre su retorno “deja entre nosotros un vacío. Perdemos la presencia de un buen amigo y de un magnífico deportista. Juntos asistíamos a los encuentros de fútbol, comentando sus incidencias y apreciando la evolución que ha ido tomando el balompié venezolano”. Le confesaba además sus planes “solicitaré ingresar en la Escuela de Preparadores. Deseo obtener el título de entrenador regional y dedicarme con preferencia a la Orientación técnica de los clubs modestos” (31). Su impacto social se demuestra con que en esa misma época en Tenerife se creará un club infantil con su nombre (32).

Ya bastante mayor, el pleno de La Laguna decide darle una distinción por su dilatada carrera y su papel en el fútbol local. Paradógicamente es uno de los voluntarios que participaron en el golpe del 18 de julio de 1936, Narciso de Vera, el responsable de la moción, que se votó en la sesión del 30 de septiembre de 1968 (33), en la que ignorando su activismo político, centran el reconocimiento en su labor deportiva. En el mes de abril de 1969 se concreta esta propuesta, con el nombre del principal campo deportivo del municipio (34). Francisco Peraza aparece feliz, con su cabello totalmente blanco y visiblemente emocionado. Es un día que sin duda le llega adentro, aunque no sé si sanará sus heridas del tiempo de prisión. No llegará a ver la vuelta de la democracia. En 1971 su vida de apaga, entre numerosas muestras de pena y recuerdos de su carrera (35).

El nombre de Peraza sigue ahí, presidiendo la entrada de una de las principales instalaciones deportivas de La Laguna, aunque el tiempo y el olvido haga que muchos no sepan que esta decisión fuera una victoria frente a los que querían borrar de la faz de la tierra a un deportista y a un político excepcional.





Fuentes consultadas

  1. La Opinión. 24 de agosto de 1912 p1

  2. Studer Villazán, Luana et al (2012) En Rebeldía. Once desaparecidos de La Laguna durante la Guerra Civil en Tenerife. Le Canarien ediciones. Santa Cruz de Tenerife p58

  3. Diario de Tenerife. 2 de junio de 1915 p2

  4. Galarza, Juan y Padilla Luis. Capítulo del libro ‘El CD Tenerife en 366 historias. Relatos de un siglo’

  5. Gaceta de Tenerife. 9 de agosto de 1917 p2

  6. La Prensa. 19 de septiembre de 1919 p1

  7. Gaceta de Tenerife. 1 de septiembre de 1923 p3

  8. Hoy. 20 de junio de 1933 p8

  9. La Prensa. 28 de septiembre de 1926 p3

  10. La Prensa. 19 de octubre de 1926 p1

  11. Las Noticias. 15 de enero de 1927 p2

  12. La Prensa. 27 de mayo de 1931 p4

  13. Las Noticias. 2 de junio de 1931 p5

  14. Las Noticias. 6 de junio de 1931 p1

  15. Las Noticias. 27 de agosto de 1931 p1

  16. Las Noticias. 27 de noviembre de 1931 p1

  17. La Prensa 12 de diciembre de 1931 p1

  18. La Prensa. 23 de agosto de 1935 p6

  19. Gaceta de Tenerife. 1 de marzo de 1936 p5

  20. AMLL. Libro de Actas del Ayuntamiento de La Laguna. 4 de marzo de 1936 P 155

  21. Gaceta de Tenerife. 13 de marzo de 1936 p1

  22. AMLL. Libro de Actas del Ayuntamiento de La Laguna. 8 de abril de 1936 p199 bis

  23. La Prensa. 15 de abril de 1936 p2

  24. AMLL. Libro de Actas del Ayuntamiento de La Laguna. 29 de mayo de 1936 p 234 bis

  25. Gaceta de Tenerife. 8 de octubre de 1936 p1

  26. López Felipe, José Francisco. La represión franquista en las Islas Canarias 1936-1950. Ed Bechomo. Canarias. 2002. P108-109

  27. Martín Peña, Mauro. Sin rencor. Memorias de un republicano. La Orotava. 2014. p89

  28. Idem p93

  29. Aire Libre. 20 de mayo de 1946 p4

  30. Aire Libre. 7 de febrero de 1949 p3

  31. Aire Libre. 14 de julio de 1956 p2

  32. Aire Libre. 5 de marzo de 1956 p4

  33. AMLL Libro de Actas del Ayuntamiento de La Laguna. 30 de septiembre de 1968 p67-69

  34. El eco de Canarias. 3 de abril de 1969 p11

  35. El eco de Canarias. 19 de marzo de 1971 p5


domingo, 15 de septiembre de 2024

Adrián Savoie Benítez y el republicanismo tinerfeño

Adrián Savoie nació en una sociedad donde buena parte de la intelectualidad, de la burguesía urbana y amplios sectores de la clase obrera se sentían cada vez más abandonados e ignorados por un modelo de monarquía sustentado en los viejos poderes caciquiles. Un régimen que sistemáticamente trataban de bloquear cualquier tipo de cambio o avance social.

Nacido a finales del siglo XIX, en 1889, en una capital comercial del atlántico, como era Santa Cruz de Tenerife. Era hijo de Manuel Marcelino Savoie Labra, que llegó a ser Fundador de la Cámara de Comercio tinerfeña, además de síndico en el ayuntamiento capitalino durante la I República, y Tomasa Benítez García (1). Una familia burguesa, ligada al comercio internacional, de raíces europeas, que se pudo permitir dar una formación amplia a sus hijos.

En ese contexto acomodado se desarrollaron los primeros años de Adrián, en una sociedad donde los ideales republicanos y modernistas avanzaban, muy presentes en su propia familia, frente a los modos propios del Antiguo Régimen, que trataban de pervivir a toda costa.

Con apenas trece años aparece en la prensa, como un alumno destacado de la escuela de segunda enseñanza ubicada en Ireneo González, donde obtiene matrícula de honor en compañía de otros alumnos con ilustres apellidos de la burguesía tinerfeña como Romeu, Ravina, Maffiotte, Hardisson o Guimerá (2).

Al terminar sus estudios comienza a mostrar un claro interés por la política y el modelo de sociedad en el que vive. Tiene diecisiete años cuando su nombre aparece, en compañía de su hermano mayor, Manuel, en la visita a la cárcel de numerosos representantes del Partido Republicano Federal, como los jefes de los comités, Patricio Estévanez y José Suárez Guerra, en repulsa por la detención de Santiago García Cruz, periodista de mismos ideales que era director del periódico El Progreso (3). Este medio había publicado en la portada de su edición del 26 de junio de 1906 un artículo de Francisco Pi y Margal, titulado “El hombre y el soldado”. En ese escrito se hacía una clara crítica al uso de la violencia contra el pueblo: Estás en la verdad, joven soldado; nadie padece más que tú violencia. El rey extiende sobre ti su cetro, el coronel su bastón, el capitán su espada; hasta el cabo tiene sobre ti su vara. (…) Mas tú dispones de armas, tú y cuantos gimen bajo el mismo yugo. ¿Cómo las blandes contra un pueblo inerme?”. El director de El Progreso fue sometido a un juicio militar y mantenido en prisión hasta julio de ese mismo año (4), lo que, como vemos, genera una gran indignación de los sectores del republicanismo insular.

Al año siguiente, en 1907, es señalado como tesorero de la nueva asociación, denominada Juventud Republicana tinerfeña. Esta entidad estará presidida por el joven periodista Leoncio Rodríguez, con la vicepresidencia de Ramiro Maldonado, secretario general, Francisco Martínez Viera y vicesecretario contador, Rubens Marichal (5), que posteriormente llegaría a ser diputado en la II República. Abrieron un emblemático local en la Calle Ruiz de Padrón de Santa Cruz de Tenerife, junto a la Plaza del Príncipe, donde desarrollaron una intensa actividad social y cultural.

Los hermanos Savoie ligan su republicanismo a valores como el laicismo y el librepensamiento, en este sentido son firmantes en favor del Congreso de Librepensamiento, que se iba a celebrar en Praga en el año 1907 (6). Como ha señalado Juan Avilés, “en las décadas finales del siglo XIX los ideales del liberalismo progresista eran también los de la masonería” (7), que también tiene una destacada presencia en el republicanismo isleño.

En esos años, a caballo entre finales del siglo XIX y los primeros del XX, la fuerte tensión insularista por la capitalidad del Archipiélago, entre Gran Canaria y Tenerife, llega a casi todos los sectores sociales. El Partido Republicano tinerfeño no es ajeno a esa situación, siendo especialmente beligerante con el papel de Fernando de León y Castillo, muy ligado a la monarquía borbónica y una de las más destacadas figuras políticas del momento en Canarias. Adrián Savoie firmará uno de los telegramas, junto con otros muchos responsables de su organización política y de los sectores de la sociedad tinerfeña, en contra de los manejos del líder conservador en favor de reforzar el papel de Las Palmas de Gran Canaria frente a Tenerife (8). Poco después manifestarán públicamente su visión sobre el pleito insular, diciendo: “no nos cansaremos de repetirlo, está claramente manifestado el odio con que León y Castillo, el cacique teldeño, ha distinguido siempre a esta tierra tinerfeña” (9).

En 1910, ante la cercanía de un nuevo período electoral, en los salones de Juventud Republicana se celebra una asamblea para abordar la reconfiguración del partido en Tenerife y La Gomera, ejerciendo Agustín Estrada y Emilio Calzadilla como presidentes de mesa. Adrián Savoie fue nombrado en esa sesión como responsable de una de las comisiones de distrito (10). A finales de ese año también se le elige como secretario de la Junta municipal del partido político en la capital tinerfeña, nombrándose como presidentes a José G. Martín Briganty y Alfonso Delgado Lorenzo (11).

El Partido Republicano manifiesta en ese año su total apoyo con Alejandro Lerroux, donde numerosos firmantes apoyan al político español manifestando que si “Lerroux está a plena dignidad. A plena dignidad están con él los radicales de Tenerife” (12). Es bastante evidente la forma en la que el republicanismo progresista enlaza con esa percepción insular, como isla que estaba siendo atacada en los acuerdos y las gestiones de los principales gobernantes, ligados a la monarquía.

La Juventud Republicana logra atraer a perfiles que años después tendrán un papel destacado, aunque ligados a otros partidos. Es el caso de Fernando Arozena Quintero, elegido presidente en 1911, mientras Adrián recibe el cargo de vocal (13). Fernando, años después, transitará al socialismo en los años posteriores y llegará a presidente del Cabildo en la etapa final de la II República, siendo duramente represaliado.

Adrián Savoie seguirá muy activo, siendo parte de la Juventud Republicana y el Partido Republicano en distintas responsabilidades. En 1914 deciden crear la "Liga anticlerical española-Delegación de Tenerife", en un acto donde “se congregaron numerosos elementos anticlericales” en la sede de Juventud Republicana, donde “se expusieron propósitos a realizar que, de llevarse a la práctica modificarán, innegablemente, las costumbres religiosas introducidas en este pueblo de algún tiempo a esta fecha”. Siendo elegida una comisión ejecutiva formada por Joaquín Fernández Pajares, Francisco González Trujillo, José Martínez del Pino, Francisco Martínez Viera, Bernardo Más, Manuel Rojas y finalmente, Adrián Savoie (14). Tal y como refleja la prensa “uno de los primeros proyectos que abordará la "Liga anticlerical", será la construcción de un edificio que destinará a "Institución de enseñanza laica", cuya falta se echa tanto de ver en un pueblo tan liberal como el nuestro” (15), aunque su recorrido parece no ir mucho más allá de ese año, al menos en la prensa.

Como tantos otros jóvenes de su generación, Adrián mostrará gran interés por distintos aspectos sociales y culturales, incluyendo el deporte. Las fuerzas políticas, en especial la de izquierdas, logran una importante presencia en distintos ámbitos, uno es el mundo del fútbol, donde personas ligadas a las fuerzas republicanas, socialistas y anarquistas, serán frecuentes. Savoie es uno de los vocales elegidos en la directiva del Tenerife Sporting Club, presidido en esa época por Juan A. Núñez (16). El fútbol tendrá un creciente papel en la sociedad tinerfeña. Los clubes se crean y se transforman con rapidez, siendo Adrián Savoie un habitual en diversas labores directivas relativas a este deporte. En 1924 fue elegido vocal de la Sociedad Salamanca F. C., club presidido en esos años por Jacinto Casariego (17), aunque al año siguiente será elegido presidente y ocupará la mesa presidencial en el banquete de homenaje al jugador Raúl Molowny (18). Junto al Iberia y al Fomento, clubes que también tienen raíces vinculadas a las organizaciones republicanas y sindicales, suspenden su presencia en el campeonato “hasta tanto no estén hechas las reglamentaciones indicadas, la constitución legal etc”, siendo uno de los tres firmantes de esa declaración pública (19). También ocupará la dirección del Salamanca hasta 1929, año en el que renuncia de forma fulminante a este papel (20). En 1934, en plena República, fue nombrado presidente de la Federación Tinerfeña de Fútbol, donde como le acompañan como vicepresidente, Alfonso González Campos; secretario, José Arozarena; vocales, Juan Labory y Ángel Molowny (21).

Durante la I Guerra Mundial, igual que otros sectores de la burguesía republicana progresista, mantendrá un claro apoyo a las fuerzas aliadas, en especial a las francesas y a los belgas. Es uno de los encargados de ofrecer un homenaje al General Joseph Jacques Césaire Joffre, destacado militar francés y cara visible de  la derrota alemana en la batalla del Marne, en 1914 (22). Igualmente su nombre aparecerá en una “velada musical que en la hermosa quinta propiedad de Mr. Bellamy en el barrio de Salamanca” destinada a dar apoyo a la Cruz Roja británica y belga, en los últimos momentos de la Guerra (23).

Dos de las visitas de Lerroux a Tenerife serán momentos notables para el republicanismo isleño y en ambas estará muy presente Adrián Savoie. La primera sucede en 1915, donde numerosos asistentes acudieron a escucharlo en la terraza del Hotel Pino de Oro de Santa Cruz. La segunda visita será en 1922, en la que se celebró otro destacado acto, esta vez en el hotel Villa Benítez, con un banquete al que concurrieron 150 comensales, entre ellos numerosos de La Laguna (24). La foto de familia, en la que los líderes del partido rodean a su jefe máximo, muestran a nuestro protagonista en un lugar destacado, justo a su diestra.

En esos años las tensiones políticas van tomando cierta fuerza. En 1924, a raíz de un agitado pleno en la capital tinerfeña, donde acude como público, es detenido junto a Fortunato Benítez y Marcelino Albertos por escándalo público (25).

Su intensa actividad política y social se completa con la pertenencia a la Sociedad Cultural Echeide, donde ejerció de vocal (26).

En julio de 1929 es elegido vicepresidente de Juventud Republicana (27). Es un momento clave, la Dictadura de Primo de Rivera y los escándalos del rey Alfonso XIII han generado una creciente respuesta política y social. Los grupos republicanos y los sectores obreros se fortalecen, de modo que a finales de 1930 los capitanes Galán y García Hernández proclamaron la República en Jaca, aunque este proceso es rápidamente desmontado por las fuerzas militares monárquicas. Entre los detenidos están muchos de los líderes republicanos, entre ellos Niceto Alcalá Zamora. Con motivo del aniversario de la primera República, los repreblicanos tinerfeños escriben un telegrama dirigido al líder preso en la cárcel Modelo de Madrid. En el dicen: “En aniversario glorioso, republicanos Tenerife envíanle fervoroso saludo, esperando libertad José Naveiras, Antonio Lara, Ramón Gil Roldán, Andrés Orozco, Rubens Marichal, Santiago García Cruz, Fernando Arozena, Antonio Delgado Lorenzo, Arturo López de Vergara, Manuel Savoie, Adrián Savoie…” (28).

Con la llegada de la II República crecen las ansias colectivas de avance político. El viejo republicanismo tinerfeño se divide y aparece el Partido Republicano Radical Socialista, con posiciones más izquierdistas, donde es elegido contador de la nueva organización (29). Al año siguiente fue nombrado tesorero de la misma formación (30), que no tendrá el desarrollo que se esperaba, ante la destacada labor de socialistas, la importante presencia anarquista y el aguante de los viejos sectores del republicanismo. En 1933 la Asamblea del nuevo Partido lo designa para desarrollar la ponencia encargada de detallar los problemas de la Isla y la Provincia. En ese equipo estará acompañado de destacadas figuras del republicanismo, como Luis Rodríguez Figueroa, Adolfo Hernández o Isidro Navarro (31), dos de ellos asesinados tras el golpe franquista.

En los últimos meses de la II República el Partido Republicano Radical Socialista se alía con Izquierda Republicana y forma parte de la candidatura que conforma el Frente Popular, que se hará con la victoria en las urnas en febrero de 1936. En abril, José Carlos Schwartz y él son elegidos por aclamación como compromisarios para las elecciones en la asamblea de Izquierda Republicana (32). La prensa explica que en las elecciones celebradas el 26 de abril “fueron elegidos los siguientes señores: don José Carlos Schwartz, don Pedro García Cabrera, don Domingo Rodríguez Sanfiel y don José Miguel Pérez y Pérez, por las mayorías; y don Lucio Illada y don Adrián Savoie, por las minorías” (33), saliendo en mayo rumbo a la capital española en el vapor “Villa de Madrid” (34), regresando poco después junto al socialista Pedro García Cabrera (35), tras participar de la elección presidencial.

En el mes de junio es nombrado concejal de Santa Cruz de Tenerife por el Gobernador Civil, Manuel Vázquez Moro. No sabe que a la democracia le queda menos de un mes. Le acompañan entre las nuevas designaciones, Marcos Jiménez, Juan Toledo, el poeta Domingo López Torres y José Núñez (36), siendo elegido para formar parte de la Comisión de Gobernación (37). Según los expedientes de responsabilidades políticas, desarrollados durante la Dictadura, dirá que “durante su corta permanencia a dicha corporación fue de oposición a la iniciativa de los elementos extremistas que la integraban” y asegura, al menos eso explica a sus captores, que “interesó del Gobernador Civil fuera relevado en su cargo de concejal por la repulsión que le causaba la actuación de los dirigentes del Frente Popular”, además afirma que se limitó “a cumplir sus obligaciones puramente administrativas y sin actuación política alguna” (38). La tardía designación le permite no verse implicado en la moción contra el papel del General Franco o en el traslado de las banderas de Nelson de la Iglesia de La Concepción al museo municipal, acciones que dejarán un reguero de desaparecidos poco después.
Como le sucedió a tantos otros compañeros, el 18 de julio de 1936, con el golpe militar y reaccionario, Adrián Savoie sufrirá la consecuente persecución política, igual que el resto de sus compañeros republicanos. En septiembre de 1939, el listado del proceso de responsabilidades políticas seguidos contra el último gobierno republicano es desolador. El alcalde y compañero de partido, José Carlos Schwartz, ha sido asesinado, igual que José María Martín Díaz, también de Izquierda Republicana. Los socialistas Oscar Pestana Ramos, Domingo López Torres y Santiago Albertos Hernández sufrirán la misma suerte de los anteriores. Pedro García Cabrera estaba preso, la comunista Isabel González huida y escondida por sus amistades, Nicolás Mingorance logró huir a Chile, mientras que el comunista Francisco Rodríguez Guanche, que fue intercambiado a la “zona roja” en 1938, permanecía desaparecido, dato que a día de hoy no ha variado.

El miedo a las represalias personales o a graves sanciones económicas, hará que al igual que otros antiguos miembros de las fuerzas y sindicatos republicanos, trate de adaptarse al nuevo tiempo político y congraciarse con el régimen, donando ropa para los combatientes o participando del aguinaldo de los soldados nacionales, en diciembre de 1936 (39). No servirá de mucho. Al franquismo no le interesan esas tímidas muestras de presunta simpatía, para ellos es culpable de defender la democracia. En 1939 se desarrolla un extenso expediente de Responsabilidades Políticas en el que Adrián Savoie es señalado como comerciante, soltero, que vivía en la calle General Ramos Serrano Nº10. En su declaración en el juzgado afirma ser padre de un hijo reconocido, de diecisiete años de edad, nacido fuera del matrimonio. El informe solicitado a los responsables locales de Falange dice que “desde muy joven era un ferviente político republicano” y sus amistades “en su mayoría son de sus mismos ideales”, manifestando además que era “aficionado a juergas y diversiones”, aunque no lo consideran “peligroso para la paz”, pero sí, “indiferente por la Causa Nacional” (40).

El proceso busca economía con la que, por un lado, penalizar a cualquier oposición que se quiera articular contra el franquismo, por otro, saquear los recursos económicos y el escaso patrimonio de los perdedores de la Guerra, para tratar de recuperar una economía totalmente destrozada por el conflicto bélico. Adrián debe declarar que solo tiene una cuenta en la Caja de Ahorros y Monte de Piedad con 180,08 pesetas (41) y afirma no tener deudas ni propiedades. En el Boletín Oficial del Estado de 27 de febrero de 1940, Mauro Sánchez Hernández, Licenciado en Derecho y Secretario del Tribunal Regional de Responsabilidades Políticas de Las Palmas, confirma una sanción contra Adrián de 2.000 pesetas (42), una cantidad considerable, aunque menor que la que recayó sobre su hermano Manuel (43).

La situación que viven debió impactar notablemente sobre Adrián y su familia. Su vida política y social se detuvo de golpe. Se han incautado del poco dinero que había logrado ahorrar trabajando en la casa Elder, estaba señalado y condenado a pagar una fuerte sanción. Tal vez la suma de todo hace que, apenas un año después de la sentencia, decida acabar con su vida, tal y como recuerda la memoria familiar, el 15 de enero de 1941 (44), tenía 51 años. Fue una víctima silenciosa más del nuevo régimen.


Fotos: Grupo Fotos Antiguas de Tenerife 


Fuentes utilizadas

  1. Manuel José Guillermo Savoie Benítez: https://ancestors.familysearch.org/en/LZN1-HVX/manuel-jose-guillermo-savoie-benitez-1887-1949

  2. Diario de Tenerife. 17 de octubre de 1902 p3

  3. El Progreso. 30 de junio de 1906. p1

  4. Millares, Yuri. El hombre y el soldado”, de Pi y Margall: https://pellagofio.es/hemeroteca/periodicos-canarios/el-hombre-y-el-soldado-y-pi-y-margall-procesado/

  5. La Opinión. 12 de julio de 1907 p1

  6. Las Dominicales del libre pensamiento. 6 de septiembre de 1907 p3

  7. Avilés, J. (2003). Republicanismo, librepensamiento y revolución: la ideología de Francisco Ferrer y Guardia. Ayer. Revista De Historia Contemporánea, 49(1), 250–270

  8. La Correspondencia de España, 21 de noviembre de 1909 p1

  9. La Opinión. 13 de mayo de 1911 p2

  10. El Progreso. 11 de abril de 1910, p1

  11. La Prensa. 21 de noviembre de 1910 p2

  12. El Progreso. 31 de diciembre de 1910 p1

  13. El Progreso. 12 de julio de 1911 p2

  14. El Progreso. 14 de enero de 1914 p1

  15. El Progreso. 2 de enero de 1914 p1

  16. La Opinión 30 de octubre de 1914. p3

  17. El Progreso. 31 de diciembre de 1924. p2

  18. La Prensa. 7 de abril de 1925 p3

  19. La Prensa. 18 de enero de 1929 p3

  20. Las Noticias. 20 de marzo de 1929. p3

  21. La Prensa. 15 de agosto de 1934. p6

  22. El Progreso. 14 de abril de 1915 p1

  23. El Imparcial. 6 de mayo de 1918 p1

  24. El Progreso. 19 de septiembre de 1919 p1

  25. La Prensa. 11 de enero de 1924 p2

  26. El Progreso. 8 de enero de 1926 p2

  27. La Prensa. 16 de julio de 1929 p2

  28. El Progreso. 12 de febrero de 1931 p2

  29. El Socialista. 17 de agosto de 1931 p7

  30. La Prensa. 24 de agosto de 1932. p5

  31. La Prensa. 15 de septiembre de 1933 p2

  32. La Prensa. 19 de abril de 1936 p8

  33. Gaceta de Tenerife. 28 de abril de 1936 p3

  34. La Prensa. 6 de mayo de 1936. p3

  35. Gaceta de Tenerife. 26 de mayo de 1936 p2

  36. La Prensa. 14 de junio de 1936 p3

  37. La Prensa. 3 de julio de 1936 p3

  38. AHPSCT Expediente de Responsabilidades Políticas de Manuel Guadalupe Pérez y otros. ES.05.AHPLP/TRRPC.AHPLP-0295//003015108

  39. Gaceta de Tenerife. 26 de diciembre de 1936 p4

  40. AHPSCT Expediente de Responsabilidades Políticas de Manuel Guadalupe Pérez y otros. ES.05.AHPLP/TRRPC.AHPLP-0295//003015108

  41. Idem

  42. BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO 27 febrero 1940 p1023

  43. Medina Sanabria, Pedro. 995.657 Pesetas en 1868 Multas del Tribunal de Responsabilidades Políticas: https://pedromedinasanabria.wordpress.com/2010/10/19/995-657-pesetas-en-1868-multas-del-tribunal-de-responsabilidades-politicas/

  44. Rivas, Ramiro. Tenerife, del Frente Popular al 18 de julio p261