Caridad Pérez vivió una parte muy dura y también invisibilizada de la represión, la de las mujeres republicanas. Fue una persona joven con ideales, activista sindical y social, que tuvo que afrontar la pérdida de la principal fuente de recursos económicos de su familia, el odio y la persecución política, con tres niños pequeños. Su historia es en primera persona. Con firmeza narra un tiempo atroz, donde tuvo que sobreponerse a los más de cinco años de cárcel que sufrió su marido, una época de hambre y miseria a las puertas de Fyffes o de otras prisiones, con unas torturas que lo llevaron a intentar acabar con su vida. Su recuerdo de esos primeros años de la Dictadura es claro y rotundo: “pasé hambre y miseria que no se lo imagina nadie, hambre, ganas de una gotita de café y no tener qué echar a la boca” (1). Nacida en Santa Cruz de La Palma en 1912, apenas tenía veinticuatro años cuando su compañero de vida, Miguel Gutiérrez Darias, taxista y militante lagunero de la CNT en la secció...