El de 1936 no fue un verano más en La Laguna. Muchos no pudieron disfrutar como hubieran querido de esos días algo más cálidos y de esas noches casi siempre frescas. En las primeras horas del 18 de julio los artilleros del Grupo de Montaña de Tenerife se apoderaron de los puntos neurálgicos de Aguere sin una mínima oposición (1). Posiblemente pocos podrían pensar que los sucesos de esa mañana marcarían las siguientes décadas y mantendrían su sombra en el presente.
El Ayuntamiento no fue ajeno a estos graves acontecimientos. Lo que se desencadenó en esa jornada era una respuesta militar y profúndamente reaccionaria contra la legitimidad republicana, que especialmente desde la victoria del Frente Popular había planteado grandes avances en los derechos de las mayorías trabajadoras y campesinas, los de las mujeres y a la promoción de una acción claramente laicista.
El alcalde de ese momento, Alonso Súarez Melián, fue despojado de su cargo ese mismo día y trasladado a prisión. Su propio nieto lo relató en el salón de plenos lagunero el 14 de abril de 2016, de “este Ayuntamiento no se llevó ni una cuartilla ni un plumín, ni permitió que durante su mandato nadie lo hiciera. Mi abuelo entró en política con la única finalidad de ayudar a los menos favorecidos” (2).
No fue el único en sufrir esta suerte, junto con líderes sindicales, activistas sociales o simples afiliados de las fuerzas republicanas, también el resto de concejales de izquierda sufrieron suertes similares. Como indica el excelente estudio del investigador Fabián Hernández “iban ingresando en las cárceles laguneras (cárcel municipal de La Laguna, cuartel de Artillería o la Jefatura Local de Investigación e Información de Falange sita en la trasera del instituto Cabrera Pinto). Muchos de ellos fueron sometidos a intensas torturas en los citados centros de reclusión” (3).
Una de las pocas crónicas desde La Laguna, realizada en primera persona tras vivir esos duros momentos, es la que aparece en las memorias del concejal comunista lagunero Mauro Martín Peña, que define a la perfección ese momento. Describe que las fuerzas reaccionarias apoyadas en los militares “se lanzaron como lobos hambrientos a la búsqueda y captura de todos los ciudadanos que habíamos ostentado cargos políticos, sociales, docentes y administrativos”. Su propia detención y la de su hermano se producirá en su domicilio en la noche del 19 de julio (4).
Las actas municipales de esos días, a pesar de su frío tono burocrático, también nos dan pistas de lo sucedido en el Consistorio en ese verano de 1936 y ayudan a retratar los perfiles que asumieron el poder en Aguere, por orden de los golpistas.
A las 12:30 horas del día del Golpe militar se celebra en el salón de plenos la primera reunión de la comisión gestora creada ese mismo día por los militares y las élites locales que les eran favorables, para tratar de remedar una legalidad que habían violentado. Dos vecinos ocupan un destacado lugar. Se trata de Ángel Núñez López, designado por ser el “mayor contribuyente de esta localidad”, y Agustín Monteverde y Lugo, que describen como “cabeza de familia más numerosa de este término municipal” La presidencia de esa primera cita la ostenta en esa sesión inicial el Teniente Jefe de Línea de la Guardia Civil en La Laguna, Pablo Sánchez Hernández, dando “cumplimiento a la orden recibida por el autorizante del señor coronel Comandante Militar accidental” (5)
En ese mismo día, pero a las 15:40 horas, se celebra una nueva sesión plenaria. En ella se designará como alcalde, por parte del Coronel Jefe de Estado Mayor de Tenerife, al Comandante de la Guardia Civil, Santiago Cuadrado, acudiendo igualmente los vecinos nombrados con anterioridad (6), que continuarán durante parte de ese verano ocupando sus puestos, ya que los volvemos a encontrar en las sesión del 21 de julio.
Santiago Cuadrado ese mismo día, durante el intercambio de disparos que se desarrolla en el exterior del Gobierno Civil, pierde a su hijo, fallecido en el tiroteo en el que participaba como voluntario y miembro de Falange.
Sus primeros mensajes se reflejan en las actas del día 21, donde manda un “afectuoso saludo al vecindario de esta localidad”, que quiere que llegue “a todos los ciudadanos sin ninguna distinción” (7). Eran poco más de las 16:20 horas y en ese mismo momento ya había numerosos vecinos y vecinas detenidos, presos y torturados por sus ideales políticos, como relata el propio Mauro Martín en sus recuerdos. Su hermano y él estaban en uno de los pontones prisión fondeados en el muelle de la capital tinerfeña sometidos a todo tipo de vejaciones (8). Dudo que en modo alguno conocieran o compartieran el mensaje de afecto de los responsables del nuevo régimen en Aguere.
En esa sesión de julio además se aborda la situación de algunos funcionarios. El alcalde faccioso indica que “para la buena marcha de todos los servicios es necesario el concurso de los funcionarios municipales”, por lo que se hace una relación de personas que deben recuperar sus puestos, ya que habían sido apartadas por diversos motivos durante los años de la República. Nada le preocuparon los 31 trabajadores, que según los estudios de Fabián Hernández y otros autores, fueron represaliados en el Consistorio lagunero por sus ideas anarquistas, republicanas, socialistas o comunistas entre julio de 1936 y 1940 (9), eran rojos peligrosos.
El primer alcalde franquista restituye en esa fecha a Cristóbal Salazar Suárez, que había sido apartado del Ayuntamiento en la última sesión plenaria de la República, en un expediente de “faltas de negligencia” promovido justamente por el concejal Mauro Martín Peña (10). Ese mismo funcionario es mencionado en el peródico de Falange, menos de dos años después, como “Jefe de Milicias de La Laguna” (11).
También recuperan su plaza funcionarial Francisco Padilla Bethencourt, destituido en 1932 por el Tribunal Contencioso Administrativo (12) y afiliado en Falange en 1938 (13). Igualmente sucede con Segundo Díaz, identificado en el medio falangista como “Jefe de Semana de Falange por Las Mercedes” (14). Otros de los miembros de la administración recuperados por los fascistas serán Nicolás Vera Expósito, Miguel González Crespo, Luis Marrero Rodríguez, Felipe Báez y el sargento de la Guardia Municipal, Clemente Barrera, siendo archivados sus expedientes por el “estado pasional con el que se ha desarrollado la última etapa municipal” (15).
De la misma manera en la que mientras más de treinta funcionarios sufrían diversas penas, estos ocho recuperan su puesto y además mantienen diferentes vínculos con el nuevo poder político. Evidentemente no son sus líderes o promotores, pero sí parte de los instrumentos necesarios para poder implementar las acciones del nuevo tiempo político.
Echemos un vistazo más detenido al papel de los dos vecinos colocados como parte destacada de las nuevas autoridades en la jornada del 18 de julio. No son dos simples individuos que pasaban por allí, se trata de dos destacados miembros de la derecha local y con una dilatada presencia en puestos de responsabilidad en distintas entidades y ámbitos, muy especialmente el religioso, ya que ambos forman parte de la Esclavitud del Cristo de La Laguna. Ángel Núñez López era un destacado empresario, también promotor inmobiliario, pero no eran sus únicas virtudes a ojos de los golpistas. En 1927 había sido elegido Esclavo Mayor de la Esclavitud del Cristo (16) y en 1928 Vicepresidnete del Circulo Mercantil El Porvenir (17). En la Dictadura parece que se vincula a Falange, ya que su principal altavoz lo señala como “camarada”, al felicitarlo al ser elegido como presidente de Cruz Roja en el muncipio “por su reconocida caridad cristiana, sus positivos valores morales y su acentuado patriotismo” (18).
Por su parte, Agustín Monteverde y Lugo, responde a un perfil muy similar, un hombre estrechamente vinculados a los poderes y a las élites, Marqués de Villafuerte, fue vicepresidente del Casino de La Laguna (19). También forma parte de la dirección de la Esclavitud, siendo elegido Comisario de Fiestas Religiosas de esta entidad en 1930 (20) y también Esclavo Mayor de la misma en 1934 (21). Al igual que su compañero de ideales, es señalado como miembro de Falange poco después de la instauración del nuevo Régimen, siendo responsable del Servicio de Comedores Infantiles (22). Una organización que de forma muy activa protagonizará algunos de los incidentes de mayor brutalidad y numerosos asesinatos contra civiles, que en la mayoría de los casos habían mantenido posiciones totalmente pacíficas en su vida.
El nuevo tiempo que llegó a la Ciudad recordaba a sus añorados y largos viejos años de nobles, curas y caciques. Sus protagonistas llegaban con hambre de venganza frente al atrevimiento de aquellos miles de ciudadamos y ciudadanas que habían votado tan mal en febrero de 1936. Esos rojos que habían cuestionado sus privilegios y su moral, única posible y santa. Mientras algunos de esos imprudentes que soñaron con futuros de educación universal, pan, igualdad, justicia y cultura sufrían cárcel, violencia o incluso acababan sus días en el fondo del mar o en una fosa olvidada, los guardianes del nuevo poder y sus sirvientes disfrutaron de las mieles del regreso y de años donde pudieron recuperar el miedo en el alma de sus trabajadores y cada vez más monedas en sus bolsillos. Sus hijos y nietos, en algunos casos, supieron cambiar de chaqueta apenas unas décadas después. Saltaron desde el azul mahón a defender lo mismo, con la misma banderita como pulsera, pero como adalides de una pobre democracia y una supuesta libertad que huele a naftalina.
Fuentes consultadas
Rivas García, Ramiro. Tenerife 1936. sublevación militar: resistencia y represión. Santa Cruz de Tenerife. 1999. p.49
Acta de Pleno. 14 de abril de 2016. p.98
Hernández Romero, Fabián. El último Gobierno municipal republicano de la ciudad de La Laguna: https://pedromedinasanabria.wordpress.com/2015/06/28/el-ultimo-gobierno-municipal-republicano-de-la-ciudad-de-la-laguna/
Martín Peña, Mauro. Sin rencor. Memorias de un republicano. Santa Cruz de Tenerife. 2013. p.p. 47-48
Acta de Pleno de 18 de julio de 1936. p. 278
Acta de Pleno de 18 de julio de 1936. p.279
Acta de Pleno de 21 de julio de 1936. p.280
Martín Peña, Mauro. Op. Cit. p. 49
El Ayuntamiento de La Laguna propone restituir a los funcionarios represaliados por el franquismo: https://www.europapress.es/islas-canarias/noticia-ayuntamiento-laguna-propone-restituir-funcionarios-represaliados-franquismo-20191113145708.html
Acta de Pleno de 16 de julio de 1936. p.277
Amanecer. 16 de enero de 1938. p.2
Gaceta de Tenerife. 3 de julio de 1932. p.2
Amanecer. 1 de junio de 1938. p.2
Amanecer. 19 de octubre de 1937. p.3
Acta de Pleno de 21 de julio de 1936. p.280
Gaceta de Tenerife. 5 de noviembre de 1926. p.2
Gaceta de Tenerife. 28 de diciembre de 1928. p.2
Amanecer. 30 de marzo de 1938. p.3
Gaceta de Tenerife. 19 de diciembre de 1922. p.3
Gaceta de Tenerife. 29 de octubre de 1930. p.1
Gaceta de Tenerife. 27 de noviembre de 1934. p.8
Amanecer. 30 de noviembre de 1938. p.3