jueves, 1 de noviembre de 2012

Medios silenciados y comprados



Con la crisis, entre tantas otras cosas, vemos enflaquecer los medios de comunicación. Los periódicos pierden páginas, las radios cierran, las televisiones se fusionan dejando a miles de periodistas en el paro o en precario. Esta situación también enflaquece el derecho a la información de la ciudadanía, el derecho a conocer.

Días tras día las informaciones que desde las organizaciones críticas se envían se encuentran con el muro de la autocensura e incluso directamente con una censura institucionalizada que excluye a cualquier posición divergente. Es duro, ellos mismos te reconocen que “desde el Ayuntamiento nos pagan el sueldo”, en referencia a las publicidades institucionales que mantienen a muchos medios con vida y que sirven de eficiente bozal informativo.
La publicidad institucional es un recurso socorrido para modificar editoriales y convertir cualquier mala gestión en un mundo rosa. Con el dinero de todos los ciudadanos se compran voluntades, que en caso de seguir con una línea crítica acaban engrosando la lista del paro. Pobre del político que no juegue a eso, las empresas mediáticas no perdonan…hasta que pasas por caja. Me resulta escandaloso que hagan esto con tal impunidad, que nos silencien, que las crónicas cada vez se parezcan más a un listado de notas de prensa institucionales, planas, sin matices, llenas de fotos de políticos con casco o con la pala en la mano inaugurando una farola o una acera .
El reflejo más disparatado de esta situación llega a que a veces incluso se publiquen las respuestas que desde el gobierno de turno se da a una información ofrecida por la oposición, sin que ni siquiera su nota haya salido impresa.
La costumbre del afrecho institucional para alimentar a ciertos medios llega a que, por ejemplo, en La Laguna se gastaran en el 2011 1.795 euros mensuales en dos emisoras de radios ultraminoritarias como pago de favores en año electoral. Una vergüenza más con la que debemos convivir, mantener el tipo y seguir lanzando respuestas.
Como me gustaba de niño ver a Lou Grant, ese periodista dispuesto a todo por sacar una noticia, con medios cargados de información e investigación. Ahora, por desgracia, salvo por los recovecos de las redes sociales, las webs alternativas o los blogs, todo son bocas tapadas, manos encadenadas y carteras amarradas. Es lo que hay, la crisis sigue criando bichos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario