domingo, 16 de junio de 2024

La cruel muerte del panadero cenetista, Manuel Marrero Mendoza

Tenía 29 años cuando su esposa, Antonia Álvarez, lo encontró en el cementerio de San Rafael, tirado sobre una tabla mal colocada sobre unas burras, ya muerto tras pasar diez días en las cárceles franquistas, sometido a tortura. Manuel Marrero Mendoza fue un militante de la CNT, dentro del gremio de los panaderos, ocupando el puesto de tesorero del sindicato. Era un miembro activo de la organización desde los inicios del Federación Obrera. Su nombre aparece en el gran mitin obrero de junio de 1931 en la Plaza de Toros chicharrera, donde manifiesta que “ningún gobierno de ningún matiz político ha acertado a comprender las reivindicaciones del proletariado”, insistiendo en que “ni aun el primero de la República da con el remedio. Ahora ya sólo nos resta pedir, con la ley escrita en la mano, y luego exigir con violencia, que se cumpla la legislación social, arrasando, no de una manera suave, como la Monarquía, sino de un modo sordo, la República, ya que ésta parece no comprender tampoco las palpitaciones obreras. Habrá que estar en expectativa ante las Cortes Constituyentes, pues sabido es que los que allí van, legislan por sí y olvidan al pueblo que los encumbró”.
El veterano militante anarquista, Manuel Pérez, señala en sus memorias la importancia de los panaderos en el ámbito de la CNT, que reunía a más de doscientos trabajadores en la capital. En sus memorias afirma: "Debo confesar sinceramente que nunca encontré, en el transcurso de mi vida de luchador, un sindicato tan bien organizado y con un sentido tan profundo de responsabilidad como el de Panaderos de Santa Cruz de Tenerife".

Tenía cuatro hijos, el más pequeño bastante enfermo. Había logrado esquivar la detención en los primeros días del golpe. El domingo 9 de agosto de 1936 quiso ir a comprar el periódico La Tarde a la plaza de La Paz, allí fue detenido.

En el bando de guerra promovido por los golpistas se prohibía “la formación y circulación de grupos de tres o más personas”, en esa pérdida absoluta de libertades que caracterizó al nuevo tiempo político. Justo ese día de agosto, Manuel se había encontrado con dos compañeros de la CNT, Gervasio Cabrera Avero y Alejandro Gutiérrez González, una reunión denunciada por el Álferez Agustín Zancajo Osorio, por mantener una charla en La Rambla de Santa Cruz. Gervasio formaba parte de la sección de tabaqueros y Alejandro era miembro del gremio de transportes, ambos de la CNT, aunque en sus declaraciones niegan haber mantenido una reunión política, no es descabellado pensar que tuvieron un diálogo sobre la situación del momento y el papel de la principal fuerza sindical de la zona metropolitana.

Su familia esperaba a Manuel, pero pasaron las horas sin noticias. Su mujer optó a la desesperada por ir a buscar información suya en Caballería, en Capitanía o en las prisiones. Finalmente descubre que está en la Prisión Provincial de la calle San Miguel. Antonia Álvarez no sabía que en ese momento su marido estaba sometido a durísimas torturas. En las declaraciones que ofreció en el Procedimiento sumarísimo 295 de 1936, Antonia recuerda que aunque residía en el barrio del Perú, se encontraban en el domicilio de su familia en Tacoronte, al estar su bebé muy enfermo y requerir el apoyo de sus familiares. Su marido se había llevado ese día a Santa Cruz 200 pesetas que había ahorrado, dinero del que solo le devolvieron poco más de la mitad. No podemos saber si era dinero que tenía que ver con las finanzas sindicales y que tuviera que ver con el encuentro que mantuvo en La Rambla.

Como tantas mujeres republicanas, ella y su suegra llevaban alimento y ropas a los presos. A ambas les sorprendió recibir ropa totalmente mojada de Manuel, durante varios días. Finalmente el 19 de agosto recibe la noticia de la muerte de Manuel, al que ninguna había podido ver en esos días. La versión oficial habla de un “colapso”, uno de los carceleros que habló con Antonia le dijo que fue una angina de pecho...pero la realidad fue más cruel todavía.

La valentía de Antonia hace que reclame con muchísima fuerza poder despedirse de su marido, encarándose con los falangistas que custodiaban el cementerio para que nadie viera a las víctimas que acababan allí.

Gracias a la labor del investigador Ricardo García Luis conocemos este testimonio, cuando logra entrar en la sala donde lo tenían: “lo dejaron rapadito, rapadito, y luego como una venda puesta y una miga de pan aquí (en la frente), como burla. Estaba acostadito y le salían las bolsas de sangre por los lados (…) sus partes arrancadas. Las uñitas..., mire, yo no me quiero..., las uñas eran así, como tres finchos, que le metieron finchos así. Y los ojos eran abiertos, como pidiendo justicia”.

El asesinato de Manuel quiebra la salud de Antonia, que además en esos días también ve morir de fiebres a su bebé de apenas 17 meses. Queda viuda y con tres niñas pequeñas, muy enferma. Tendrá que pedir ayuda para sobrevivir, en especial del gremio de panaderos, que durante un tiempo recaudarán fondos y le darán alimento, en una solidaridad clandestina.

Su hija, Olga Marrero, expresó también cómo ni siquiera les dejaron saber exactamente dónde lo tenían enterrado y cinco años después, a qué lugar trasladaron sus restos, como una macabra forma de mantener el dolor de la familia que no tuvo dónde llorar a Manuel.

El panadero anarquista, una de las cerca de 900 víctimas mortales de los primeros años del franquismo en un territorio donde formalmente no hubo guerra, pero sí una rabiosa violencia política contra las fuerzas de izquierda.



Fuentes consultadas

García Luis, Ricardo. Crónica de vencidos, Canarias: resistentes de la guerra civil. Ed Marea. Santa Cruz de Tenerife. 2003 pp 61-72

León Álvarez, Aarón. La represión franquista en un territorio de retaguardia: El caso de Tenerife durante la Guerra Civil. Actas del Congreso Posguerras. 75 aniversario del fin de la guerra civil española. Pp 16-17

La Prensa. 24 de junio 1931. p4

Medina Sanabria, Pedro. Diligencias previas 186 de 1936: https://pedromedinasanabria.wordpress.com/2011/10/05/diligencias-previas-186-de-1936/

Medina Sanabria, Pedro. Tenía por costumbre ir por la Rambla XI de febrero: https://pedromedinasanabria.wordpress.com/2011/10/05/tenia-por-costumbre-ir-por-la-rambla-xi-de-febrero/

Medina Sanabria, Pedro. Tenia por costumbre ir a La Rambla y al Parque: https://pedromedinasanabria.wordpress.com/2011/10/05/tenia-por-costumbre-ir-a-la-rambla-y-al-parque/

Medina Sanabria, Pedro. Manuel Marrero Mendoza falleció de un colapso: https://pedromedinasanabria.wordpress.com/2011/10/06/manuel-marrero-mendoza-fallecio-de-un-colapso/

Medina Sanabria, Pedro. Comparecencia de la viuda de Manuel Marrero Mendoza: https://pedromedinasanabria.wordpress.com/2016/04/02/comparecencia-de-la-viuda-de-manuel-marrero-mendoza/

Pérez, Manuel. 30 años de lucha. Mi actuación como militante de la CNT y anarquista español. p374

Fotos: Fotos antiguas de Tenerife y Crónica de vencidos



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