miércoles, 24 de diciembre de 2008
Cuando Europa deja de ser un oasis para la derecha.
No me deja de llamar la atención lo que ocurre en las calles de Grecia en los últimos tiempos. Que miles de jóvenes estudiantes y no estudiantes, se lancen a las calles de un País Europeo “tan avanzado y moderno” me genera diversas reflexiones y sentimientos.
Me encanta ver las caras de los analistas que estaban más que confiados que las revueltas sociales en Europa eran algo del pasado, propias del Tercer Mundo o de los barrios de inmigrantes, tal vez creyeron a Fukuyama con lo de su fin de la historia.
En los medios de comunicación de ambos lados del centro político no han dudado en atacar las lucha juvenil y adjetivarlos como antisistema, alborotadores, okupas o anarquistas…que es casi lo mismo que si eres de un país musulmán y te dicen que eres de Al Qaeda.
En Grecia ha cristalizado unos de los efectos que suelen generar las crisis económicas, la explotación sobre las personas y un sistema represivo, esos elementos sumados a un desencanto con la clase política y la globalización ha generado una rabia que no ha sido posible contener tras la muerte de un joven manifestante a manos de la policía.
De todas formas, antes del asesinato de Alexis Grigoropoulos, ya eran muchas las señales de que algo pasaba en el país Helénico.
Las protestas y las críticas contra un sistema que ha convertido a miles de jóvenes en trabajadores precarios, que no llegan a los setecientos euros y con una economía que al pasar al Euro ha visto un aumento escandaloso de los precios de los alimentos y otros bienes básicos era algo que nadie, ni siquiera la derecha, podía descartar.
Una señal evidente del clima político griego es el espectacular avance del Partido Comunista Griego que ha pasado de once diputados en el año 2000 a 22 del año 2007.
Igualmente el partido SYNASPISMOS junto a su coalición política y electoral SYRIZA (Coalición de diversos partidos y fuerzas de la izquierda radical y combativa) ha tenido un crecimiento muy importante que les ha otorgado 12 parlamentarios en las últimas elecciones.
En este contexto político no nos debe extrañar la importante labor informativa y movilizadora realizada por las organizaciones estudiantiles y por unos sindicatos de clase conscientes, que han llevado a cabo varias Huelgas de gran seguimiento como la del año 2001 que logró paralizar el País en defensa de las jubilaciones.
Por desgracia no podemos hablar de una situación revolucionaria, no existe una corriente única que lidere estas protestas o un objetivo final único, más bien es la exitosa confluencia de diversas tendencias políticas de la izquierda las que están provocando este proceso de insurrección ciudadana. Es, desde mi punto de vista, una nueva demostración (y van muchas) de que desde la coordinación y el trabajo conjunto los cuadros de la izquierda (siempre los mejor preparados y los más sacrificados) son capaces de grandes cambios políticos y sociales.
Aunque nos recuerde estéticamente y en algunos de sus contenidos al mayo del 68 francés, las calles de Atenas o Salónica no esconden arena debajo de los adoquines, más bien son el resultado de la desastrosa gestión de unos políticos neoliberales o “socioliberales” del siglo XXI que no han tenido escrúpulos en vender a la sociedad medidas de excepción, que sólo han acabado beneficiando a unos pocos (los de siempre) y perjudicado a una mayoría (los de siempre también).
Sinceramente veo con simpatía las movilizaciones griegas, aunque sea lamentable que hagan falta cócteles molotov y piedras volando para que el mundo se de cuenta de que algo va mal en Grecia y en el capitalismo.
Creo que hace falta que en una Europa avejentada y dominada por una derecha cada vez más extrema y xenófoba, se vean algunas luces de esperanza (aunque sean las de las llamas que alumbran las barricadas de Atenas o Salónica).
Que los jóvenes griegos, educados como nosotros en un ambiente profundamente “apolítico”, capitalista y relativista en cuanto a las ideas (vamos que son unos posmodernos), se hayan decidido a sacar a las calle sus protestas y dar a conocer su situación al planeta me parece estimulante.
No dejo de pensar que si en Grecia los jóvenes han tomado conciencia de su difícil situación y se han decidido a actuar con un paro del 9,6% y superando la educación secundaria el 82% de los jóvenes, que debería pasar en Canarias donde superamos un 16% de paro (de estos casi ¼ son menores de treinta años) y sólo el 35,6% de los adolescentes deciden continuar sus estudios una vez superada la Educación Secundaria Obligatoria... yo de Paulino iría racionando la venta de botellas de cristal.
Añado este magnífico documento obtenido por la Coordinadora Antifascista de Madrid sobre la labor de determinados medios de comunicación para elaborar campañas de difamación y criminalización de las organizaciones juveniles de izquierda alternativa.
Por desgracia por estas tierras conocemos bien esas prácticas. Un ejemplo lo tuvimos hace unos seis años, ante una de las exitosas acampadas organizadas por Azarug en La Palma, el telediario de Antena 3 en su edición estatal se emitió un mini reportaje sobre "campos de entrenamiento para la guerrilla urbana" en Euskadi, Cataluña y en Canarias con todo tipo de informaciones disparatadas de la periodista Isabel San Sebastián y como esta muchas más... .
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