Sebastián Perera Marrero, exconcejal socialista lagunero, murió a consecuencia de un maltrato inimaginable, lejos de casa, muy lejos, entre los muros de la prisión nazi de Mauthausen, el 12 de noviembre de 1941.
No queda mucho rastro de sus momentos vitales y sus vivencias bajo esa losa de más de ochenta años de olvido forzado. Sebastián, Chano para sus allegados, fue un lagunero más, nacido en 1906, estudiante en el que hoy es IES Cabrera Pinto, como acredita que su nombre aparezca entre los suscriptores que en mayo de 1925 aportaron dinero para el homenaje ante la jubilación del director del centro, Cabrera Pinto, en la que aporta tres pesetas, igual que tantos otros alumnos y alumnas. Una de ellas, solo tres años más jóven, pero en el mismo listado es la gran María Rosa Alonso (1). Formaba parte de ese apenas 50% de la población que en la década de los veinte sabía leer y además del reducido grupo que llegaba a la enseñanza media.
La mayor reseña sobre nuestro protagonista la tenemos en las páginas introductorias al libro “Memorias de un superviviente del holocausto nazi”, del también canario Nacianceno Mata. En ellas indican que Chano regentaba el surtudor de gasolina que se encontraba en la plaza del Dr Olivera (2), viviendo en esos años a poca distancia de su trabajo, en el número 3 de la cercana calle Candilas, junto a su mujer, Carmen del Castillo y su hijo (3).
Perera es miembro del partido socialista en los años de la Segunda República, viviendo justo al final de ese periodo histórico su designación como concejal del Ayuntamiento de La Laguna en el último gobierno republicano, una circunstancia que le marcaría por el resto de su vida. La prensa da cuenta de su designación como Síndico, dentro del gobierno encabezado por el alcalde Alonso Suárez Melián. La crónica periodística publicada el 1 de marzo de 1936 narra que tras la toma de posesión el público, que aplaudió mucho la constitución del nuevo equipo, “organizó una nutrida manifestación que recorrió las calles de la ciudad, llevando al frente los retratos de Galán y García Hernández, la bandera de la Federación obrera y varias banderas socialistas y republicanas” (6).
Apenas cinco meses duró este último gobierno republicano en La Laguna. El 18 de julio de ese mismo año de desató el golpe fascista y con él la detención y persecución contra todas las personas que habían participado de las organizaciones democráticas, cargos públicos, sindicatos o entidades culturales.
En esos días oscuros Sebastián Perera es separado de su familia y trasladado primero a la cárcel de La Laguna y posteriormente a los salones de Fyffes. El también compañero de corporación y militante del PCE describe en sus memorias las condiciones de vida de ese espacio, “esta cárcel era muy pequeña y de pésimas condicionaes, pero para la delincuencia que se daba en La Laguna, era suficiente. Agravó su espacio de alojamiento por la numerosa cantidad de presos encerrados en ella por motivo de la sublevación” (7).
En Fyffes permaneció hasta 1938, año en el que es canjeado junto a 97 compañeros a la zona republicana, llegando a Barcelona a pocos meses de la entrada de los franquistas en la capital catalana, viéndose obligado a seguir el camino del exilio junto con decenas de miles de republicanos más. Sebastián llega a un nuevo encierro, esta vez en el campo de concentración de Saint Cyprien, en el sur de Francia. Desde allí escribe a su hijo una emocionante carta adornada con dibujos de personajes Disney en la que en diciembre de 1939 le cuenta la sensación de pena que le deja no poder disfrutar junto a él de la alegría que le espera en los reyes de 1940, recibir su primera bicicleta de dos ruedas (8).
Nuestro protagonista, como tantos otros luchadores republicanos exiliados en Francia, trata de lograr una salida de esa situación en algún país de Latinoamérica, sin éxito, incorporándose posteriormente a la Compañía de Trabajadores Españoles, movilizada ante el ataque alemán al país galo y posteriormente siendo atrapado por los nazis, que lo trasladan al campo de Mauthausen y posteriormente a Gusen.
En Canarias la maquinaria de la represión no se detiene y se procede en 1940 al juicio contra el Gobierno republicano de Aguere. En este proceso, reflejado por el investigador Pedro Medina Sanabria, se le condena a pagar 100 pesetas, una cantidad importante en ese momento que tuvo que afrontar su familia, y a “inhabilitación especial para desempeño de cargos de mando y confianza del Estado” (9). Destacar que en el documento judical se aprecian importantes impresiciones, como que en ese momento tenía 55 años y que residía en Argentina, cuando en ese mes de abril de 1940 contaba con solo 34 años y estaba retenido en Francia.
Tras la fulminante derrota francesa a manos de la Alemania de Hitler, miles de republicanos son detenidos y trasladados a campos de concentración alemanes, uno de los más famosos y más terribles, el de Mauthausen y posteriormente al de Gusen, dependiente del anterior. Sebastián Perera apenas sobrevive unos meses al trabajo forzado, el maltrato continuado, el frío y la falta de alimento que vivió este lugar y en el campo de Gusen, donde muere el 12 de noviembre de 1941, siendo notificados sus familiares al finalizar la guerra, en el año 1946 (10) y (11).
Perera fue uno más de esos jóvenes isleños que vivieron con intensidad la ilusión de un cambio político y social, que acariciaron una libertad que les fue arrebatada con abosluta brutalidad. Su semilla enterrada en el olvido sigue viva. A raíz del acuerdo plenario que logramos en 2016 su retrato ocupa un lugar destacado de las casas consistoriales, ojalá sirva para honrar su memoria y su legado.
Fuentes consultadas
La Gaceta de Tenerife. Número 4653. 27 de mayo de 1925. P1
Mata, Nacianceno. Memorias de un superviviente del holocausto nazi. Santa Cruz de Tenerife. 2006 P. 55
Sebastián Perera, tinerfeño asesinado en Gusen: https://pedromedinasanabria.wordpress.com/2012/11/25/sebastian-perera-marrero-tinerfeno-asesinado-por-los-nazis-en-gusen/
Hoy. Diario Republicano de Tenerife. 17 de noviembre de 1932 P6
Agrupación Socialista de La Laguna en junio de 1931: https://pedromedinasanabria.wordpress.com/2016/05/15/agrupacion-socialista-de-la-laguna-en-junio-de-1931/
La Prensa. Número 9779. 1 de marzo de 1936 P2
Martín Peña, Mauro. Sin rencor. Memorias de un republicano. Santa Cruz de Tenerife. 2013. P. 87
Mata, Nacianceno. Idem. PP 56-60
Concejales de La Laguna sentenciados por el TRRP: https://pedromedinasanabria.wordpress.com/2014/03/16/concejales-de-la-laguna-sentenciados-por-el-trrp/
Mata, nacianceno. Idem. P. 58
Sebastián Perera, tinerfeño asesinado por los nazis en Gusen: https://pedromedinasanabria.wordpress.com/2012/11/25/sebastian-perera-marrero-tinerfeno-asesinado-por-los-nazis-en-gusen/