lunes, 7 de marzo de 2011

Crónica de un triple salto mortal con tirabuzón y vuelta pa atrás.


No, no entiendo algunos de los movimientos que se están dando en la izquierda de Tenerife últimamente, cosa que tampoco es difícil si vemos el andar de la perrita de los últimos años. Probamente se trate tan sólo de una cuestión personal, sin embargo se me hace un tanto difícil pensar en un espacio común donde los escindidos del PSOE con Viciana y Corrales a la cabeza se juntan con Román Rodríguez, una de las marcas verdes e Izquierda Unida.
Hace casi dos años el Secretario General de Izquierda Unida, Cayo Lara, durante una visita a la Isla fue preguntado por el señor José Manuel Corrales su respuesta fue clara y breve: “Yo siempre he dicho que cuando se pasa al PSOE una persona madura, que tenga convicciones profundas ideológicas lo hace por dos razones fundamentalmente: por dinero y por poder”. Toda la razón tenia el amigo Cayo y creo que con esa frase define perfectamente al que, hasta hace cuatro meses, fue un de los dirigentes más destacados del PSOE en Tenerife. Yo al menos no puedo olvidar que el señor Corrales fue una de las caras más visibles de IU en Tenerife, su último consejero en El Cabildo durante el mejor momento político que vivió esta formación. Su salida fue muy sonada en los medios, más aún cuando abandonaba la formación de izquierdas a las malas para, de la mano de Juan Carlos Alemán, entrar a formar parte del PSOE donde nuevamente ocupó importantes puestos al poco de llegar.
Siempre he creído en la capacidad humana de rectificar, sin embargo los giros bruscos siempre me chocan. Pasar en seis meses de postularse como candidato del PSOE en Santa Cruz a candidato de un frente unitario de izquierdas me choca, más aún cuando hace cinco meses -cuando las gestoras- las principales posiciones políticas liberales del PSOE eran idénticas a las de dos años atrás o a las de hoy, sin embargo por aquel entonces nada escuchamos decir al señor Corrales al respecto, a menos que fuera para justificar las políticas de Zapatero.
Personalmente me parece un tanto patético tratar de confundir lo que ha sido un claro conflicto de intereses personales y una batalla de poder dentro del PSOE con un profundo debate ideológico. No me gusta que nos tomen por tontos. ¿Sinceramente alguien se cree que el señor Corrales se hubiese acordado de la unidad de la izquierda de haber continuado como candidato socialista en la capital?¿creen que lo harían si no estuvieran faltos de mano de obra?¿Dónde estaba ese corazón tan “rojo” los últimos doce años?. Me parece que la propia decisión de los escindidos del PSOE de alargar su mano a IU y una de las marcas verdes insulares se debe a su propia debilidad, aliñada con un ansia difícil de satisfacer por volver a la política profesional cuanto antes. Sin esa debilidad que le da la falta de tiempo jamás se hubiesen rebajado a tratar con ellos, son especies profundamente diferentes, cuyo contacto podría asemejarse al efecto que tuvieron los conejos europeos sobre el delicado ecosistema australiano. Son estrellas acostumbradas a la papita suave que ahora quieren aterrizar en un nuevo espacio político, donde la falta de dinero la resuelven con mano de obra barata.
No quiero entrar a valorar las decisiones democráticas de organizaciones que considero compañeras de batallas -como es IUC- pero sinceramente creo que en los últimos meses no han mostrado una estrategia demasiado clara ni coherente. Pasar de presentar públicamente en diciembre un “nuevo” proceso de unidad de izquierdas llamado “Somos Más” para, en cuestión de semanas, lanzarlo sin miramientos por el barranco -con alguna de las organizaciones que lo integraba- (para disgusto de algún vocero radiofónico) para pasar a apoyar otro supuesto frente unitario, a priori con más posibilidades, resulta cuando menos sorprendente.
Nuevamente una parte de la izquierda de Tenerife cae en el error de lanzarse a correr para culminar un proceso político que en condiciones normales costaría mucho más tiempo, incluso años. Ahora quieren fraguar una nueva coalición en tiempo record, acelerando procesos y confluencias a marchas forzadas, con reuniones hechas una vez más en petit comité, para cumplir con la fecha electoral. Vuelven a preferir las carreras antes que construir organizaciones estructuradas que resistan los embates de los duros cuatro años que van de elección a elección. Una vez más se firman acuerdos basados en las marcas, supuestos fichajes estrellas y en aritméticas electorales hechas además, con unas justificaciones más o menos elevadas, echando mano esta vez de Nueva Canarias y colateralmente del PIL de Dimas Martín.
Por muy antidemocrática que sea la ley electoral en Canarias no todo vale compañeros y compañeras, hay veces que merece la pena construir las cosas un poco más lentas pero más seguras, más coherentes. Se vuelve a caer en la trampa de hablar de grandes alianzas pero sin asambleas, sin espacios comunes de debate y decisión, te puedes apuntar pero las caras que adornarán los carteles de mayo ya están elegidas, sospecho que incluso antes de hacerse público el acuerdo.
Veremos hasta donde llega este nuevo “proceso histórico”, esta nueva guagua asmática que arranca sin apenas tiempo de maniobra, esperando que con la sola presencia de destacados exmilitantes del PSOE se puedan arañar unos poco concejales. Un proceso que anuncian como “de largo recorrido” pero que en sólo unos pocos meses, si SXT no acaba absolutamente desinflada, se enfrentará a un nuevo proceso electoral. En el IU intentará levantar un poco la cabeza con parte de los votos de la debacle de Zapatero, los verdes (alguno de ellos) tal vez opten por la nueva marca encabezada por López Uralde y no sabemos si los muchachos que abandonaron el puño y la rosa querrán reeditar un acuerdo con NC o el PIL, para sacar los votitos necesarios en un nuevo ejercicio de pragmatismo electoral. Veremos entonces donde ha quedado el experimento.
Yo no pierdo la esperanza de que en mayo la ciudadanía antes que el divismo valore el trabajo incansable, constante, transformador, hecho pegadito a la gente, respondiendo a sus problemas reales, cambiando las formas de hacer política, llevando a cabo procesos de integración de la izquierda canaria hechos desde la base, contando en cada paso con los militantes. Esto no es mucho pedir, estoy seguro que se puede construir, más aún, por suerte lo veo día a día a mi alrededor. Sí se puede.